Joe Biden asumió la presidencia de EE.UU. el pasado 20 de enero de 2021 con la pandemia haciendo estragos en el país norteamericano que esperaba ansiosamente por las vacunas.
En ese panorama, Biden llegó y con él las vacunas. Además, la promesa de recuperar la economía del país, mejorar cuestiones sociales como la educación terciaria y solucionar la tensión en política internacional que se había generado con la administración Trump.
Uno de los temas que más inquietaba a la industria financiera era cómo reaccionaría el mercado, sobre todo, por la iniciativa de Biden de aumentar los impuestos a los más rico.
Sin embargo, el S&P 500 ha subido un 19% en el primer año de Biden, aunque el presidente se ha mostrado reacio a alardear de ello, tal vez porque sabe que está fuera de su control. Además, es posible que no quiera hacerse responsable del desempeño del S&P en 2022.
El aumento de la inflación y la promesa de tasas de interés más altas han llevado los rendimientos de los bonos a su nivel más alto desde antes de la pandemia. El Tesoro a 2 años cruzó el 1% esta semana después de ubicarse en solo 0,13% cuando Biden asumió el cargo, y el rendimiento del Tesoro a 10 años subió 31 puntos básicos solo este mes a 1,83%.
Un diferencial estrecho entre los rendimientos de los bonos a corto y largo plazo normalmente indica incertidumbre económica, aunque los economistas esperan que el rendimiento a 10 años continúe aumentando más allá del 2% este año.
A pesar del auge del mercado de valores y el sólido empleo, la encuesta mensual de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan registró una puntuación de 67,4 en noviembre de 2021, la más baja desde 2011.
Esto sucede en medio de trancas a los proyectos de Biden en el Congreso. Con una mínima mayoría, a un año de haber asumido hay varios temas que el presidente no ha podido solucionar.
Por otro lado, la administración de Biden puede mostrar indicios de tener la recuperación económica más grande del Covid-19 en el mundo: bajo desempleo, salarios más altos, un récord de 6,4 millones de puestos de trabajo creados en 2021.
Sin embargo, el 7% de inflación representa el aumento anual más alto desde 1982. El aumento de los precios podría convertir cualquier ganancia económica que Biden haya logrado en meras ideas secundarias, dice un informe elaborado por Forbes.
La tasa de desempleo ha caído a un número cercano a lo que era antes de que Covid-19 enviara una onda expansiva a través del sistema. Con 10 millones de vacantes, el problema de los empleadores son las renuncias. Cuatro millones y medio de trabajadores renunciaron a sus trabajos en noviembre, lo que elevó la tasa de abandono mensual a un máximo histórico del 3%, frente al 2,3% al comienzo de la presidencia de Biden.
Por otro lado, Eric Lynch, cogestor del fondo iMGlobal Partner US Valor dijo que “se podría perdonar a los observadores estadounidenses por su confusión al conciliar el desempeño económico y bursátil en auge de Estados Unidos en 2021 con el escaso índice de aprobación del 40% de sus ciudadanos para el manejo de la economía por parte del presidente Biden”.
Para Lynch esa brecha se atribuye a la inflación.
The Conference Board estima que el PIB real de EE.UU. en 2021 aumentará un 6,0 %, la tasa más alta en casi 40 años. El índice bursátil S&P 500 aumentó un 26,9 %, ya que se espera que el crecimiento de las ganancias del índice crezca casi un 50 %.
“Sorprendentemente, a pesar de que el índice de precios al productor aumentó un 9,7 % el año pasado, las corporaciones estadounidenses flexionaron con éxito su poder de fijación de precios y aumentaron los márgenes de beneficio. Los márgenes operativos del S&P 500 superaron el 13 % en 2021 frente a un rango previo a la pandemia del 10-12 % en la década anterior”, expicó Lynch.
La mayoría de los votantes se encuentran más preocupados por el aumento de los costos de la gasolina, los alimentos, la vivienda y la salud, comentó el asesor financiero. “De manera justa o no, muchos atribuyen las presiones inflacionarias a los planes de infraestructura de Biden legislados con éxito por 1,9 y 1,1 billones de dólares, y su plan adicional Build Back Better de 2,2 billones pendiente, si no ha tenido éxito hasta la fecha.
A la luz de tales preocupaciones de los votantes, las métricas de inflación persistentemente altas y una tasa de desempleo de EE.UU. de solo el 3,9%, la Fed ha señalado un cambio de tono claro. Los inversores ahora esperan que los aumentos de las tasas de interés y las disminuciones en el balance de la Fed comiencen a principios de marzo. Ha comenzado la volatilidad del mercado de valores real, especialmente para los activos de riesgo que más se beneficiaron de la generosidad del estímulo.
“Los inversores especulativos se sumaron a las políticas favorables a la inflación de Biden en 2021. En 2022 se están despertando con resaca”, concluyó.