La propuesta de presupuesto de México para 2022 continúa limitando los impulsos fiscales, lo que permite un pequeño déficit primario consistente con una relación deuda / PIB estable, afirma en un informe Fitch Ratings. Las políticas que priorizan la sostenibilidad de las finanzas públicas, junto con un marco de política macroeconómica estable, sustentan la calificación soberana de México (BBB- / Estable).
“El borrador del presupuesto 2022 tiene como objetivo un déficit fiscal del 3,1% del PIB y un déficit primario del 0,3%, en comparación con un superávit primario del 0,4% descrito en las directrices preliminares de abril. El presupuesto mantiene un perfil de gasto similar al de los primeros tres años de la actual administración. El gasto prioriza proyectos de inversión en curso, como el tren Maya y el proyecto ferroviario interoceánico Istmo de Tehuantepec, en un esfuerzo por mejorar el dinamismo económico en el sur de México. El gasto social se centra en aumentar el gasto en pensiones”, señalan los analistas de la calificadora.
Según Fitch, el gobierno de México evitó una reforma fiscal importante para aumentar los ingresos y se adhirió a una promesa reciente de descartar nuevos impuestos o tasas impositivas más altas en el corto plazo. Más bien, el gobierno seguirá intentando mejorar la recaudación de impuestos y reducir la evasión. El borrador del presupuesto introduce un régimen tributario simplificado destinado a alentar a las pequeñas empresas del sector informal a registrarse ante las autoridades tributarias.
“Además, el borrador propone reducir el impuesto a la participación en las utilidades de PEMEX (BB- / Estable), o derecho de utilidad compartida, del 54% al 40%, lo que reducirá estructuralmente la participación de los ingresos petroleros en los ingresos del gobierno en años futuros al 9% en 2021 y 8% en 2022. Los bajos ingresos del gobierno continuarán obstaculizando la capacidad de gasto de México”, explica la calificadora.
La política fiscal es consistente con una deuda / PIB estable a mediano plazo: “Proyectamos que la deuda del gobierno general, medida como Gobierno Federal y Seguridad Social más Estado y Municipios más IPAB, que administra el mecanismo de protección del ahorro bancario, pero sin incluir a PEMEX, se mantendrá ligeramente por debajo del 48% del PIB durante nuestro horizonte de proyección, significativamente por debajo del 2022. La categoría de calificación ‘BBB’ pronostica una mediana de 58,7%”, dice Fitch.
Fitch aumenta sus expectativas de crecimiento del PIB al 5,9% en 2021 del 5,3% y al 2,8% del 2,7% en 2022. El desempeño del 2T21 mejor al esperado explica el pronóstico más alto para este año, pero mantiene la cautela sobre las perspectivas de crecimiento a mediano plazo. Se espera que la recuperación de México quede por detrás de la calificación y de sus pares regionales. El crecimiento compuesto de cuatro años durante el horizonte de proyección, incluida la contracción de 2020, del 0,45% está muy por debajo de la mediana de la categoría «BBB» de 1,49% y los analistas de Fitch no esperan que el PIB anual vuelva a los niveles prepandémicos hasta 2023.
“Las previsiones económicas del presupuesto de un crecimiento del 6,3% en 2021 y del 4,1% en 2022 parecen ligeramente optimistas en comparación con las nuestras. Los casos de coronavirus han aumentado de manera constante desde junio y la recuperación en las visitas a los lugares de venta minorista y de recreación se ha revertido en parte. La industria está brindando un apoyo limitado con una debilidad generalizada en todos los sectores, incluida la interrupción de la producción de automóviles debido a la escasez de suministro. El desempeño económico de Estados Unidos, el aumento de los ingresos por remesas y la mejora del mercado laboral pueden proporcionar cierto impulso al alza. La confianza empresarial ha mejorado, aunque las empresas mantienen un enfoque de «esperar y ver» en la inversión, según una encuesta de Banxico”, señala la calificadora.
México recibió 12.000 millones de dólares tras el aumento de la asignación de derechos de giro estándar (DEG) del FMI destinados a impulsar las reservas de divisas. El presidente Andrés Manuel López Obrador indicó que estos fondos pueden usarse para pagar la deuda de la empresa estatal PEMEX y el gobierno compró 7.000 millones de las reservas internacionales de Banxico. Esta operación no afecta el perfil crediticio de México, ya que no anticipamos modificaciones legales que afecten la autonomía de Banxico, ni la recurrencia de operaciones similares. Esta operación reduce potencialmente los costos por intereses y el stock de deuda de PEMEX, pero esto no cambiaría el perfil crediticio soberano, dada la débil posición financiera de la empresa.
Fitch concluye: “Agregamos un escalón al resultado del Modelo de Calificación Soberana de México en nuestra Superposición Cualitativa (QO) para un historial de políticas macroeconómicas prudentes, creíbles y consistentes. El notch restado en el QO para las finanzas públicas refleja nuestra expectativa de tasas impositivas efectivas más bajas sobre PEMEX e inyecciones de capital recurrentes y apoyo a la gestión de pasivos”.