El peso mexicano ha registrado un primer trimestre inusual: si no sucede nada extraordinario, la divisa terminará los primeros tres meses del año incluso por debajo de 17 unidades por dólar. Al momento de escribir estas líneas, la cotización interbancaria se ubicaba alrededor de 16,69 pesos por dólar.
El segundo trimestre, en particular, es muy especial, porque será durante dicho periodo cuando se lleve a cabo la elección para sustituir al actual mandatario del país, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Todo indica que, por primera ocasión en la historia, será una mujer la que dirigirá los destinos de la segunda mayor economía de la región durante los próximos seis años. Dicha elección se llevará a cabo el domingo 2 de junio.
Las expectativas en torno al peso son diversas pero hay cierto consenso al menos hasta ahora, este consiste en que nadie espera una depreciación profunda de la divisa mexicana, aunque sí cierta debilidad precisamente por la inminencia del proceso electoral, pero nada relevante.
La mayoría de los analistas consultados por este medio, o de quienes elaboran sus boletines y análisis periódicos, están de acuerdo en que un proceso de depreciación del peso podría llevarlo nuevamente arriba de las 17 unidades por dólar, donde inició el año (empezó en 17,21 pesos). De cualquier manera sería poco relevante y algunos lo consideran hasta saludable, sobre todo para el beneficio de los exportadores, que llevan varios años sufriendo con la fortaleza de la moneda local.
Por ejemplo, el más reciente análisis de Citibanamex hace eco de cómo el peso sigue superando las expectativas y mantiene una fortaleza poco usual. Sin embargo, los expertos del banco ratifican su expectativa sobre una ligera tendencia de depreciación para la moneda mexicana a partir de finales de marzo, es decir, cuando inicia el segundo trimestre y las miradas de los mercados estarán más centradas en la elección presidencial.
Para estos expertos, conforme se materialicen los efectos de un menor diferencial de tasas de interés con Estados Unidos – el Banco de México bajó su tasa de referencia la semana pasada en 25 puntos base y la colocó en 11%–, el peso podría registrar un ligero movimiento de depreciación.
Otros bancos como BBVA, Base, Monex o instituciones bursátiles como Finamex reflejan un escenario similar. En el mercado esperan ligeras depreciaciones del peso pero nada para alarmarse, mucho menos si se considera que la divisa mexicana inició el sexenio del actual presidente en niveles de 21,20 pesos por dólar y que, en su momento de mayor debilidad, cuando la pandemia golpeó a los mercados en marzo de 2020, la divisa mexicana cayó a poco más de 25 unidades por dólar. En realidad estamos frente a un peso extremadamente fuerte, sostienen los especialistas.
Hasta ahora los análisis poco se refieren al resultado o las expectativas en torno a la elección presidencial. Quizás un factor es la cómoda ventaja que hasta ahora reflejan las encuestas a favor de la candidata oficialista Claudia Sheinbaum, sobre la candidata de una coalición opositora, Xochitl Gálvez. El promedio de las encuestas arroja una ventaja de hasta 20 puntos, según los datos.
Aunque las encuestas suelen fallar en las elecciones, al parecer se considera una ventaja muy difícil de remontar. En tercer sitio, muy lejos por ahora de cualquier posibilidad, está el candidato en solitario de un partido, Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Maynez, con apenas 8% de las preferencias electorales.
Pero los mercados también saben que todo puede cambiar en cualquier momento y que nada está escrito nunca. Por ahora, el peso luce con una fortaleza que parece a toda prueba, ya en el inicio del proceso electoral. Si esto seguirá así, nadie lo sabe.