Las divergencias en los planes de vacunación marcan el pulso del mercado. Cuando asistimos a la presentación de las perspectivas para este año, vimos que todas las gestoras coincidían en un punto crítico: del éxito de las vacunas y las campañas de vacunación dependerá, en gran medida, la recuperación económica.
“Aunque los mercados se alegraron del pronto descubrimiento de las vacunas contra el COVID-19 a finales del año pasado, su desigual distribución por todo el mundo hasta enero ha despertado la incertidumbre sobre la capacidad de hacer frente a la pandemia a escala mundial. La notoria disputa entre la Unión Europea y AstraZeneca sobre el retraso en la entrega de vacunas a la zona del euro puso de nuevo estas preocupaciones en el punto de mira del mercado. Los riesgos de que los planes de vacunación sean desiguales en todo el mundo no son aislados a escala nacional. Sin una inmunización ordenada en todas las jurisdicciones, las perspectivas de una flexibilización cohesionada de las medidas de bloqueo se siguen recortando a corto plazo”, advierten los analistas de Monex Europe.
Lo cierto es que encontramos una gran disparidad. Países como Israel, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Dinamarca, el Reino Unido e incluso Italia y Alemania lideran la administración de la vacuna, países como Chile, México, Francia, Costa Rica o Argentina se van quedando rezagados.
Las campañas de vacunas son muy relevantes porque, tal y como recuerda el equipo de Portocolom AV, el mundo depende de la vacunación. “La tercera ola del COVID-19 sigue su curso. Y dependiendo del área geográfica a la que miremos tendremos mejores o peores noticias. El ritmo de vacunación muestra un aumento sólido. La UE sigue estando por detrás del Reino Unido y los Estados Unidos. Italia y España están mostrando una buena preparación en comparación con el resto de la UE. Veremos cómo afectan los problemas logísticos de las farmacéuticas al ritmo futuro. Las buenas noticias nos vienen de Israel, el país más avanzado en el ritmo de vacunación, donde en los grupos de edad vacunados ya se detecta una notable caída de los contagios. Entre quienes han recibido las dos dosis, el 98% de los estudiados tiene anticuerpos suficientes para estar protegidos, mientras que entre ellos el índice de contagios, en una evaluación inicial, cae el 50%”, señalan desde este agencia de valores española.
Un caso llamativo es el de Europa, donde la Comisión Europea ha mantenido un conflicto con AstraZeneca por el menor suministro de vacunas contra el COVID-19. “Los mercados bursátiles europeos se vieron frenados por las cifras económicas menos favorables, el endurecimiento de las restricciones y la lenta distribución de las vacunas”, apuntan desde el área de análisis de Bank Degroof Petercam. En este sentido, las tensiones en la distribución de vacunas generan incertidumbre en el mercado.
Por último, Yves Bonzon, CIO del banco privado suizo Julius Baer, se muestra claro y apunta que “curiosamente” los mercados han ignorado las curvas de infección del COVID-19 ante la perspectiva de alcanzar la inmunidad colectiva. En su opinión esto se debe, en parte, a que los inversores están mirando más allá del coronavirus.
“La nueva ola de la pandemia está demostrando ser más fuerte de lo esperado. Las medidas gubernamentales para preservar los sistemas de salud están pesando en la recuperación a corto plazo. No obstante, los impactos en la economía son modestos, dado que los sectores afectados por las restricciones a la movilidad y las medidas de distanciamiento social ya tienen niveles de actividad extremadamente bajos. Varios países, en particular en Europa, han reintroducido confinamientos o toques de queda. Curiosamente, los mercados han ignorado las curvas de infección del COVID-19. Aparentemente, la perspectiva de alcanzar la inmunidad colectiva ya a mediados de 2021 en los países que son más rápidos en vacunar a sus poblaciones está incitando a los inversores a mirar más allá de la pandemia para la normalización económica”, afirma Bonzon.
Expectativas sobre la vacunación
Según indican desde el Investment Desk de Bank Degroof Petercam, el inicio de la vacunación permite a los inversores ver la luz al final del túnel, pero el endurecimiento de las restricciones en muchos países está frenando el impulso de las bolsas a corto plazo.
Pero no solo esto, en opinión de Olgerd Eichler, gestor de cartera en MainFirst AM, el inicio de las vacunaciones vuelve a centrar la atención en el desarrollo de las operaciones comerciales, impulsando también el optimismo en los mercados bursátiles. Según explica Eichler, aunque no se espera que la vacuna esté disponible para amplios sectores de la población hasta más avanzado el 2021, los participantes en el mercado ya han fijado los precios en esta noticia.
«Esto también significa un cambio de paradigma en la percepción de muchas empresas en el mercado de capitales. Los precios de las acciones de las empresas que se vieron particularmente afectadas por la pandemia, especialmente en los sectores del turismo, el entretenimiento, la banca y la energía, se están recuperando con extrema rapidez. Para ellas, la disponibilidad de una vacuna abre la puerta a la vuelta a un nuevo tipo de normalidad», apunta Eichler.
Según su valoración, a medida que la incertidumbre fue disminuyendo, los típicos ganadores del coronavirus se alejaron un poco del foco de atención de los inversores. Pero puntualiza: “En cambio, las acciones más cíclicas y de valor disfrutaron de un resurgimiento. Sin embargo, a medida que la recuperación avanza, hay una mayor diferenciación según la calidad de las respectivas empresas. El rendimiento operativo es, una vez más, lo que cuenta”.
En este sentido, si las bolsas y la economía están ahora conectadas con la evaluación de las vacunas, también lo estarán cuando se logre administrar de forma generalizada y la economía recupere su normalidad. En opinión de Rune Kaland, gestor de carteras de la gestora nórdica DNB AM, “la vacuna y la reapertura de la economía provocarán un aumento de la demanda de petróleo, probablemente más rápido de lo que cree el consenso. La demanda de petróleo en China supera ahora los niveles anteriores a la crisis de la COVID. Puede que no ocurra tan rápido en el mundo occidental, pero hay una enorme demanda acumulada de viajes y ocio que será visible cuando la vacuna alcance cierto nivel, probablemente antes de este verano. Sin embargo, los precios del petróleo a corto y medio plazo están en manos de la OPEP+”.
La tercera ola y el inversor
El entusiasmo suscitado por las primeras vacunaciones se ha visto diluido por el enorme aumento de los contagios, que en algunos lugares ha resultado peor que la oleada inicial de marzo de 2020. “Solo llevamos unos pocos días de 2021 y la perspectiva de un regreso total a la normalidad en otoño ya parece desvanecerse en el horizonte, a menos que todos los gobiernos movilicen rápidamente sus recursos de salud pública para vacunar a su población”, afirma Richard Purkiss, gestor perteneciente al equipo de renta variable global de Robeco y médico cualificado.
Según indica Purkiss, para estar relativamente seguros de poder eludir la mayor parte del impacto económico más adverso de la pandemia para finales de septiembre, la tasa de vacunación mundial tendría que alcanzar los 30 millones de personas al día, ya que las vacunas requieren dos dosis. “Según nuestras estimaciones, la inmunidad de rebaño comenzaría a lograrse en torno a un nivel de vacunación o infección del 70% de la población. Esto podría resultar relativamente optimista, en especial si cualquiera de las variantes recientemente identificadas en Reino Unido y Sudáfrica, que aparentemente son más transmisibles, se convirtieran en cepas dominantes a escala mundial a lo largo de 2021”, señala.
Para Jeroen Blokland, responsable del equipo multiactivos de Robeco, todo implica adoptar para los inversores una actitud mucho más prudente hasta que haya más claridad. “Como enfatizamos en nuestra perspectiva para 2021, es probable que el camino hacia la nueva normalidad sea accidentado, y se espera que haya una cierta inestabilidad en la distribución de las vacunas. A medida que fuimos recibiendo información en las últimas semanas sobre el enorme desafío al que se enfrenta el mundo para alcanzar la inmunidad de rebaño, comenzamos a reducir la exposición general al riesgo de nuestras carteras a finales del año pasado”, apunta.
El desafío de los países emergentes
Una característica de este proceso de vacunación que vive todo el mundo es la divergencia, también en los países emergentes. Aunque, como recuerda David Rees, economista jefe de mercados emergentes de Schroders, mucho dependerá de por qué vacunas en particular opten los países, de la facilidad con que puedan vacunar a la población y de la estructura de sus economías.
“Por lo general, los países emergentes sólo han obtenido vacunas de un reducido número de fabricantes. Ninguna de las grandes economías emergentes ha solicitado la vacuna de Pfizer/BioNTech que se está empezando a poner en Reino Unido y Estados Unidos. Quizás porque es relativamente cara y requiere un almacenamiento extremadamente frío. En cambio, muchos países emergentes confían en una combinación de la vacuna Oxford/AstraZeneca, así como en las que se están desarrollando en China (Sinovac, Sinopharm, CanSino, etc.) y Rusia (Sputnik V de Gamaleya). Como mínimo, los países emergentes que dependen de vacunas que aún están en desarrollo tendrán que esperar más tiempo hasta que puedan inmunizar a sus poblaciones. Pero existe el riesgo de que algunas de estas vacunas se retrasen. Esto conlleva que las expectativas de una rápida distribución de las vacunas en los emergentes sean moderadas, al menos hasta que algunos de los tratamientos reservados comiencen a ser aprobados para su uso. E incluso cuando estas vacunas estén disponibles, seguirá siendo un monumental desafío logístico distribuirlas”, explica Rees.
En su opinión, está claro que las economías de los países asiáticos y europeos con gran peso de las exportaciones tienen menos que ganar con el despliegue de las vacunas; por el contrario, otros como Brasil, Sudáfrica y la India serán los principales beneficiarios. “Los niveles de contagios han sido relativamente altos, las poblaciones están dispuestas a vacunarse, las economías han sufrido profundas recesiones y, aparte de la India, el sector servicios tiene una gran importancia. La preocupación es que será extremadamente difícil distribuir vacunas y, tal como están las cosas, ninguno de estos países emergentes tiene suficientes tratamientos probados para inmunizar a sus poblaciones. Cuanto más tiempo se tarde en tratar el COVID-19, mayor será el riesgo de que se produzcan daños a largo plazo, lo que significaría que estas economías no volverán a ser las mismas”, advierte el experto de Schroders.