La coalición de izquierda Nuevo Frente Popular se alzó de forma inesperada con la victoria en la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas y, lejos de despejar las dudas del mercado provocadas tras la convocatoria del presidente Emmanuel Macron, ha devuelto el foco de los inversores a la preocupación por el déficit fiscal galo y su impacto en los mercados financieros.
Mark Haefele, director de Inversiones de UBS Global Wealth Management, ve tres resultados potenciales. En primer lugar, un gobierno tecnocrático, es decir, compuesto por expertos técnicos y no por políticos. Con todo, es una posibilidad poco probable, a juicio del experto. El segundo escenario apunta a un gobierno compuesto por partidos moderados (Partido Socialista y Juntos por la República, la coalición que aúna a los partidos afines al actual presidente Emmanuel Macron). Esta opción tampoco tendría demasiado recorrido. En este punto, Haefele recuerda que, según el artículo 12 de la Constitución francesa, el presidente de la República sólo podría disolver de nuevo la Asamblea en un plazo de 12 meses.
Una tercera opción podría ser que Macron nombrara un primer ministro del partido con mayor número de escaños en la Asamblea Nacional, que, tras las elecciones del domingo, corresponden al Nuevo Frente Popular (NFP). Aunque es habitual que el presidente nombre a un primer ministro del partido con mayor representación, no hay obligación legal de hacerlo. No es necesaria una votación de confirmación en el parlamento, pero en la práctica el primer ministro necesita el respaldo de la mayoría, dado el poder del parlamento para derrocar al gobierno mediante un voto de censura.
Eso sí, esta opción tendrá consecuencias económicas. En opinión de Haefele, “un gobierno del NFP probablemente intentaría deshacer las recientes reformas de las pensiones y de desempleo; aumentaría el salario mínimo y no emprendería la consolidación fiscal. Creemos que el programa del NFP, si se aplica tal y como se propone, puede conducir a un deterioro significativo del ya elevado déficit presupuestario”.
El resultado de los comicios del domingo, con todo, tendrá consecuencias en los mercados. Haefele asegura que “un parlamento indeciso es probablemente el mejor escenario para la renta variable europea”, y teniendo en cuenta que los índices bursátiles europeos apenas han variado en las primeras operaciones, “sugiere que el resultado no ha sorprendido”.
Así, aunque considera que este es el mejor resultado de la segunda vuelta, “la volatilidad puede seguir siendo alta”: la incertidumbre política sigue siendo elevada en Francia, y las elecciones han acentuado la atención sobre la precaria situación de la deuda francesa, con unos niveles de deuda pública y de déficit presupuestario elevados, según el experto. Por lo tanto, espera que se mantenga cierta prima de riesgo político, en comparación con la de hace un mes, y que el repunte del mercado se limite a muy corto plazo, “ya que es probable que los inversores extranjeros sigan considerando incierto el telón de fondo político de Europa”.
En renta fija, desde UBS aclaran que debido a la posible parálisis política, la limitada visibilidad de las decisiones políticas/regulatorias y la posibilidad de nuevas medidas negativas de calificación de la deuda soberana francesa, “la volatilidad de los activos franceses seguirá siendo elevada”. Por lo tanto, ante el limitado recorrido al alza en los bonos galos, en la firma ven mejores oportunidades en países con una trayectoria de deuda más estable.
En divisas, Haefele asegura que es probable que el impacto de las divisas sobre el euro sea limitado, pero también observa matices. En caso de que la izquierda forme gobierno e imponga su estrategia, “es probable que el cambio euro/dólar caiga por debajo de 1,05, dadas las implicaciones fiscales expansivas del manifiesto del partido en un momento en el que es probable que Francia se enfrente a un Procedimiento de Déficit Excesivo”. En caso de que se forme un gobierno compuesto por partidos moderados, el euro debería mantenerse cerca de 1,08, en su opinión.
Según Alex Everett, director de inversiones de abrdn, el resultado de las legislativas “ha supuesto un nuevo alivio en Francia” a ojos de los mercados, ya que la Reagrupación Nacional de Marine Le Pen “ha perdido de forma convincente su codiciada mayoría absoluta”, pero matiza que el sorprendente resultado de la coalición de izquierdas “deja una complicada lucha por el poder” en el país. “Ahora que parece muy probable que haya un parlamento sin mayoría, los mercados pueden consolarse con este resultado «menos malo». En igualdad de condiciones, no se espera un aumento significativo del endeudamiento francés. La política de compromiso implica pocos cambios a partir de ahora, suavizando los excesos de cualquier partido, asegura Everett.
Eso sí, el experto es consciente de que “una vez que el polvo se haya asentado, el estancamiento de un parlamento dividido resultará más perjudicial de lo que se pensó en un principio”. En este punto, señala a los problemas presupuestarios de Francia, que no han desaparecido: “El plazo del 20 de septiembre para presentar un plan creíble de reducción del déficit está cada vez más cerca. El intento de Macron de forzar la unidad ha alimentado aún más la discordia. Somos escépticos sobre la posibilidad de lograr avances presupuestarios significativos y seguimos infraponderando Francia frente a sus homólogos europeos”, asegura.
Peter Goves, responsable de análisis de deuda soberana de mercados desarrollados de MFS Investment Management, es claro ante los resultados de las legislativas francesas: “Política dividida, menor visibilidad política y más incertidumbres a medio plazo”. Mientras, a corto plazo, “una «coalición arco iris» o un «gobierno provisional» son factibles. Sin duda, no es el resultado más aceptable políticamente, pero tampoco el menos favorable para el mercado”, asegura, para después afirmar que mantiene su horquilla de 70-90 puntos básicos a corto plazo para los diferenciales entre el bono francés y el alemán. Detrás de estas dudas del mercado estarían “las relaciones con la UE, que pueden distar mucho de ser benignas, especialmente en un contexto de PDE” y aconseja vender en los repuntes de los diferenciales.
Por su parte, Kaspar Koechli, economista de Julius Baer, también observa que la ausencia de una mayoría absoluta de extrema derecha o de extrema izquierda en la Asamblea Nacional “mantiene limitados los temores sobre la aplicación de cambios en la política fiscal impulsados por el gasto y prácticamente sin cambios desde la primera vuelta”. Sin embargo, es consciente de que el mercado de renta fija puede seguir mostrando cierta inquietud ante un posible Gobierno de izquierdas, “que podría inclinarse más por el gasto y cuestionar los intentos de consolidación fiscal en su próximo proyecto de presupuesto para 2025, necesario para la reanudación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE”.
Con la incertidumbre política que sigue existiendo y un calendario poco claro para la formación de un nuevo gobierno, “es probable que asistamos a una ruptura del endurecimiento más reciente de los diferenciales que se produjo tras la primera vuelta del pasado domingo, después de que la conmoción por el anuncio de elecciones anticipadas provocara un repunte de los diferenciales”, según Koechli. Además, asegura que, aunque el euro se ha mantenido en rango, “está a la espera de más claridad y probablemente sea vulnerable a las noticias del frente fiscal francés”.
«A largo plazo, los acontecimientos de las últimas semanas son problemáticos desde la perspectiva de la UE. Una UE fuerte necesita una Francia fuerte casi tanto como una Alemania fuerte. Con una situación política cada vez menos clara en ambos países, el proyecto de la UE necesitará un nuevo impulso. Como escritorio, la opinión general fue reducir la exposición a los activos franceses cuando el presidente Macron anunció sus elecciones anticipadas, lo que refleja el aumento de la incertidumbre. Con las elecciones francesas acercándose a su final, el consenso se inclina más por identificar oportunidades de inversión. Sin embargo, nuestro sesgo hacia las empresas de relevancia mundial, en lugar de las que están más centradas en el ámbito nacional, seguirá siendo una característica de nuestro pensamiento», añade Jamie Ross, gestor de cartera de Janus Henderson.
Por ahora, la reacción del mercado ha sido mixta, dada la incertidumbre reinante. «El diferencial OAT-Bund a 10 años es ligeramente más estrecho, 65 puntos básicos. La renta variable francesa y europea abre la semana en positivo (en torno a un +0,5% a última hora de la mañana); y el euro abrió ligeramente a la baja, pero ya ha
recuperado esas pérdidas (EUR/USD a 1,0840)», destaca Vincent Chaigneau, responsable de Investigación de Generali AM, parte del ecosistema de Generali Investments.