La guerra iniciada por Rusia en Ucrania, el aumento de la inflación y las perspectivas sobre las subidas de tipos por parte de los bancos centrales han marcado las conclusiones que arroja la última encuesta a gestores de fondos que elabora Bank of America mensualmente. Las expectativas de crecimiento económico y de beneficios se han contraído, mientras que la previsión sobre la subida de tipos de interés de interés a corto plazo han aumentado.
En particular llama la atención que la guerra entre Rusia y Ucrania ha provocado que los niveles de efectivo aumenten y sean los más altos desde abril de 2020, es decir, desde el peor momento de la pandemia. “Los inversores están muy largos en efectivo, materias primas, sanidad y energía, mientras que rehúyen los bonos, la UE y los productos discrecionales”, muestran los datos. Además, los inversores se han vuelto más defensivos, es decir, posicionándose en EE.UU., bonos, tecnología y productos básicos; al tiempo que han reducido su exposición a la UE, los bancos, la renta variable y los mercados emergentes.
“Las encuesta a gestores de marzo muestra que el sentimiento de los inversores es bajista: las expectativas de crecimiento mundial cayeron a su nivel más bajo desde la crisis de Lehman y la CFG de julio de 2008. La reciente desconexión entre el crecimiento mundial y la asignación a la renta variable se está corrigiendo ahora con un descenso significativo de la asignación a la renta variable. Dicho esto, los inversores siguen sobreponderando las acciones, no infraponderándolas; las asignaciones a la renta variable no están en niveles recesivos”, apunta la encuesta. de cerrar los ojos y comprar.
Parte de ese sentimiento se refleja en que las expectativas de beneficios globales se han deteriorado hasta un 57% en marzo de 2022, el más débil desde abril de 2020. Un nivel comparable a lo ocurrido en otros casos como fue el colapso de LTCM, el estallido de la burbuja Dotcom, la quiebra de Lehman y COVID. En este sentido, el 60% de los gestores de fondos considera que estamos en la parte tardía del ciclo frente al 48%. Además, la posibilidad de una estanflación ha aumentado hasta el 62% desde un 30%, mientras que las expectativas de un «boom» superan ahora el 35%, rebajándose desde el 65%.
La inflación y los bancos centrales es la otra gran preocupación que se detecta en la encuesta de este mes. Según indican desde BofA, el porcentaje de inversores que piensan que la inflación tenderá a la baja disminuyó hasta el 5%, mientras que una mayoría de los encuestados, el 51%, piensa que la inflación es permanente frente al 42% que piensa que es transitoria.
Esta visión sobre la inflación se complementa con su visión sobre qué harán los bancos centrales. En este sentido, los encuestados esperan 4,4 subidas por parte de la Fed a lo largo de 2022, frente a las 4 que esperaban el mes pasado. “El punto clave es que los riesgos de la guerra y la recesión han coincidido con unas expectativas de subidas de tipos más altas, no más bajas. El porcentaje neto de inversores que ahora esperan una curva de rendimiento más plana también ha disminuido ligeramente hasta el 34% (desde el 41%). Obsérvese que las expectativas de subida de tipos a corto plazo también han disminuido ligeramente hasta el 82% (desde el 88%), pero siguen siendo mucho más elevadas que en un contexto de recesión, cuando normalmente las expectativas de tipos a corto plazo serían muy negativas”, apuntan desde Bank of America.