Luego de que en julio de este año el Banco Central de Chile sorprendiera al mercado con su mayor recorte de tasa desde 2009, los inversionistas internacionales han estado aumentando sus apuestas contra el peso chileno. Este es uno de los factores, según diagnostican desde el mercado, de la depreciación que ha experimentado el peso chileno en los últimos meses.
El dólar en Chile ha estado avanzando a paso firme desde mediados de junio de este año, acelerando el ritmo desde julio hasta cerrar en 910,28 pesos, según cifras del dólar observado del ente emisor.
Con estos resultados, la moneda local se ve separada de sus pares. Datos del portal financiero Investing indican que el peso chileno suma una depreciación de 5,6% en lo que va de 2023 respecto al dólar, superado sólo por la agresiva caída del peso argentino. En contraste, el sol peruano se mantiene relativamente estable en ese período y el peso colombiano, el peso mexicano y el real brasileño suman ganancias.
“Luego de que el Banco Central empezó un proceso de recorte que fue más fuerte de lo que se esperaba, hemos visto flujos de inversionistas extranjeros donde empiezan a tomar posiciones cortas en pesos y largas en dólar”, indica Juan Pablo Araujo, CEO de Itaú Chile AGF.
Los números dan cuenta de la actividad de carry trade en la divisa andina. Cifras del Banco Central muestran que las posiciones en derivados a favor del peso chileno entre los inversionistas no residentes llegaron a un peak a principios de julio y desde entonces cayeron rápidamente hasta su bajo más reciente a mediados de agosto. En ese período, el rearme de carry trade llegó a sumar 8.325 millones de dólares en posiciones en derivados.
Desde entonces, el arbitraje de extranjeros se ha ido relajando, pero de todos modos las apuestas contra el peso seguían 4.507 millones de dólares más altas que a inicios de agosto hasta el jueves pasado, último dato disponible.
¿Impacto en el peso?
Para Araujo, si bien la moneda chilena ha sido impactada por una depreciación general de los mercados emergentes y un aumento en la volatilidad, también la dinámica de tasas después de los recortes que ha hecho el Central favorece las posiciones especulativas. Con las tasas implícitas actuales, indica, “el costo para un inversionista para irse corto Chile y largo dólar, a un año, más o menos, es de 1% al año. Es un costo muy bajo”.
Para Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, es claro que el tipo de cambio está “desalineado” respecto a sus fundamentos económicos. “Por lo tanto, naturalmente, uno podría advertir que hay un componente de flujos que han elevado al tipo de cambio a niveles por sobre sus fundamentos”, comenta.
En ese sentido, la expectativa del economista es que después de los anuncios de la semana pasada del Central –que incluyen la suspensión de su programa de reposición de reservas internacionales– “la presión del tipo de cambio naturalmente se reduce”. Y, en esa línea, el pronóstico de Bci es que el tipo de cambio debería reducirse hasta rondar los 890 pesos por dólar hacia fin de año.
Nathan Pincheira, economista jefe de Fynsa, por su parte, describe la dinámica de carry trade como un componente de la evolución del tipo de cambio, “pero no diría que es el más importante”. “Si bien aquello puede haber tenido un efecto en el margen, no debiese ser tan importante, porque las perspectivas más generales de tasas en Chile versus EE.UU. no se han modificado tanto”, explica.
¿Qué está pasando, entonces? Para el economista, el deterioro de los términos de intercambio para el país andino ha estado impactando más la divisa. Esto en un contexto en que el cobre –principal exportación del país– ha caído un 4, 16% en 2023 y el petróleo WTI se ha elevado un 0,86% en ese mismo período.
De todos modos, Pincheira comparte que el dólar está más alto de lo que “debería” estar en Chile. El precio justo, estima, se ubicaría entre 850 y 860 pesos.
Los últimos pasos del Central
Después de mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) fija en 11,25% desde octubre de 2022, el ente emisor chileno inició su ciclo de recortes a finales de julio. En esa ocasión, sorprendió al mercado con una rebaja de 100 puntos base, el mayor recorte desde inicios de 2009.
Luego, a principios de septiembre, los consejeros de la entidad decidieron recortar otros 75 puntos base.
En su última reunión, celebrada el jueves de la semana pasada, el Banco Central volvió a recortar los tipos de interés, pero esta vez fue en 50 puntos base. Una señal al mercado de que están moderando el relajamiento de la política monetaria.
Además, la entidad anunció ese día la suspensión de su programa de reposición de reservas internacionales y la reducción gradual de su posición vendedora en el mercado forward, citando “las crecientes tensiones en los mercados financieros globales”.
Desde el mercado local esperan que esto le quite presión al peso chileno, y el efecto ha dejado una huella en las cotizaciones. Desde el lunes de la semana pasada, el dólar observado ha caído de 942,42 pesos a 910,28 pesos.