La resaca electoral francesa de anoche viene cargada de optimismo. Tanto los mercados como los inversores respiran con alivio después de que, tal y como apuntaban las encuestas, Emmanuel Macron y Marine Le Pen hayan pasado a la segunda vuelta el próximo 7 de mayo. Las bolsas europeas arrancan la semana abandonando la cautela de días anteriores y registran subidas en torno al 2%, que llegan al 4% en el caso del Cac francés.
La razón por la que los mercados han respondido de forma tan positiva, cree Tim Stevenson, director de renta variable europea de Henderson Global Investors, es que ya es casi seguro que, tras las elecciones alemanas de septiembre, la «prima de riesgo político», identificada por Citi con mucho acierto, disminuirá. Este optimismo se ha contagiado al resto de Europa.
Según Vicent Durel, gestor del fondo Fidelity Funds France Fund, este resultado electoral en la primera vuelta debería tranquilizar a los inversores, ya que el candidato centrista siempre ha salido vencedor en las encuestas frente a Le Pen. “Emmanuel Macron es un reformista de centro y proeuropeo, lo que tranquilizará enormemente a los inversores internacionales. Sin embargo, este escenario positivo depende de la victoria en la segunda vuelta, y de la obtención de una mayoría estable durante las elecciones legislativas”, defiende.
Hasta ahora, los bonos franceses se habían llevado la peor la parte ante la incertidumbre de esta cita electoral, por eso este activo ha sido el primero en beneficiarse de los resultados de ayer. “El diferencial entre los bonos del gobierno francés y alemán ha vuelto a situarse en lo más alto del rango en el que estaba cuando el entusiasmo sobre la flexibilización cuantitativa europea estaba en su apogeo. El haber vuelto a bajar a esos niveles nos dice algo sobre lo aliviados que se sienten los inversores”, explica Patrick O’Donnell, gestor senior de inversiones en Aberdeen Asset Management.
Andrew Belshaw, director de inversiones de Western Asset, filial de Legg Mason especializada en renta fija, cree que los programas económicos de ambos no servirán para afrontar adecuadamente los problemas estructurales y de competitividad subyacentes de la economía francesa. “En consecuencia, creemos que los diferenciales de la deuda francesa frente a la alemana deberían situarse en entre +50 y +60 puntos básicos, en vez de los +20 y +30 puntos básicos registrados hasta el último trimestre del año pasado. Tras la fluctuación de hoy, los diferenciales están, como mucho, en su valor razonable”, explica.
Por su parte, Bruno Colmant, economista jefe de Bank Degroof Petercam, estima que el efecto de alivio en los mercados se traducirá en «una caída de 0,20 a 0,30 puntos básicos en el spread entre Francia y Alemania, una subida en las bolsas, en particular en la bolsa francesa, y un rebote del euro», afirma Bruno Colmant, economista Jefe de Bank Degroof Petercam.
Opinión que también comparte Durel quien considera que “durante los próximos días cabe esperar un mejor comportamiento relativo del sector financiero en Francia y Europa en respuesta al descenso del riesgo político, lo que beneficiará al conjunto de las bolsas europeas”.
No es oro todo lo que reluce
Los analistas ven claro vencedor en la segunda vuelta a Macron, ya que las encuestas apuntan una diferencia de entre 20 o 25 puntos básicos entre ambos candidatos y a que ya ha recibido el apoyo de dos de los candidatos perdedores, el republicano Fillon y el socialista Hamon.
Según Christophe Bernard, Director de Estrategia en Vontobel AM, “Emmanuel Macron es el claro favorito para convertirse en el nuevo presidente, resultado que está en línea con nuestro escenario principal y que concuerda con el consenso general el mercado. Aunque no se puede dar nada por seguro, las últimas encuestas favorecían casi de forma unánime a Emmanuel Macron para la segunda vuelta, que podría proporcionar un frente unido republicano frente al Frente Nacional”.
Ahora bien, tanto Macron como Le Pen carecen de una fuerte estructura de partido detrás, por lo que sería bastante complicado para ambos lograr mayorías que apoyaran sus propuestas políticas. En este sentido, Francia podría caer en un cierto bloqueo a la hora aprobar medidas políticas.
Por este motivo, desde Barclays remarcan la importancia que tendrá las elecciones al Parlamento previstas para el 11 y 18 de junio. “Como hemos sostenido durante mucho tiempo, las elecciones parlamentarias de este año tienen un peso mayor que en el pasado, y posiblemente incluso superior a las elecciones presidenciales. Esto se debe principalmente al hecho de que el panorama político ha cambiado significativamente en los últimos quince años: ya no depende de dos partidos principales, y la votación está ahora significativamente fragmentada”, señalan.
Asamblea Nacional fragmentada
Sin duda, tal y como apunta Bernard, “es probable que las próximas elecciones parlamentarias den lugar a una Asamblea Nacional fragmentada, por lo que será un reto para el nuevo presidente capitanear una mayoría.
Ahora bien, este resultado no disipa todas las dudas y miedos que los inversores tienen, simplemente las alivian, por eso prefieren seguir manteniendo activos refugio y coberturas en sus carteras. “Reiteramos nuestra perspectiva constructiva hacia los activos de riesgo, en particular las acciones europeas, pero consideramos que algunos activos refugio, especialmente los Shatz de dos años, están extremadamente caros. Continuamos viendo el resurgimiento de la volatilidad como un riesgo clave, dado el número de desafíos geopolíticos que todavía están en juego y por lo tanto creemos que los inversores deben seguir manteniendo alguna cobertura de su cartera”, señalan Monica Defend, directora de Asignación de Activos Global y de Andrea Brasili, economista senior, ambos de Pioneer Investments.
Por su parte, David Zahn, director de Renta Fija Europea de Franklin Templeton Fixed Income Group, recueda que “a largo plazo, una victoria de Macron podría resultar negativa para los mercados de renta fija de Francia, dado que actualmente sus políticas son confusas y no parecen abordar las dos principales preocupaciones económicas del país: los altos niveles de ratio de deuda/producto interior bruto (PIB) y de déficit por cuenta corriente”.