Tras la agitada sesión de ayer protagonizada por Credit Suisse, los mercados han puesto todo el peso en lo que hagan y digan la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) y sus responsables, empezando hoy mismo por este último. Hasta que esto ocurra, la jornada arranca con caídas en las bolsas y con la entidad suiza pidiendo un préstamo de 50.000 millones de francos suizos (53.700 millones de dólares) al Banco Nacional Suizo (BNS), para reforzar preventivamente su liquidez.
A priori, una de las conclusiones que ha sacado el mercado de estos últimos días es que la quiebra de SVB y los apuros de Credit Suisse muestran que la fuerte subida de los tipos de interés que están realizando los bancos centrales saca a la luz los puntos débiles del sistema bancario y financiero a ambos lados del océano Atlántico. Sobre todo, según reconoce Yves Bonzon, CIO de Julius Baer, “los recientes acontecimientos nos recuerdan que normalizar la política monetaria tras la relajación cuantitativa, así como los tipos de interés cero o incluso negativos, no es tarea fácil para los responsables políticos, especialmente para los banqueros centrales”.
Por ahora, y las recientes preocupaciones sobre el sistema bancario estadounidense, desencadenadas por la debilidad de los bancos Silicon Valley, Signature y Silvergate, se han extendido ahora a Europa. “El índice Stoxx 600 Banks, el mayor sector de Europa, ha caído un 18% en una semana. Esto refleja tanto la naturaleza de los mercados nerviosos como la singular importancia de los bancos para las economías. Pero el sistema bancario europeo presenta una serie de diferencias clave con respecto al estadounidense, buenas y malas. La quiebra de un gran banco es menos probable, ya que el capital es elevado, la normativa estricta y las autoridades están sometidas a pruebas de estrés. Sin embargo, cualquier quiebra eventual, por improbable que sea, podría tener un mayor impacto y tardar más en resolverse que en Estados Unidos”, afirma Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro.
El BCE y Lagarde
Todo esto explica que hoy todos estén atentos a lo que el BCE y Christine Lagarde vayan a hacer o decir. En este sentido, nadie duda de la intención de la institución monetaria de subir los tipos de interés, pero parte del debate está en si será una subida de 50 o de 25 puntos básicos, así como el tono más o menos estricto que Lagarde traslade en su rueda de prensa.
Por ejemplo, Nadia Gharbi, economista para Europa de Pictet WM, considera que las renovadas incertidumbres tras el colapso del banco estadounidense Silicon Valley Bank refuerzan argumentos a favor de un enfoque “reunión a reunión” por parte del BCE. “De manera que es posible que su Consejo de Gobierno no proporcione orientación clara sobre trayectoria de tipos de interés y diga que las decisiones dependerán de los datos. Esperamos que el BCE aumente su tipo de interés oficial de depósito bancario en 0,5% este jueves 16 de marzo, como había previsto, con una subida adicional de 0,5% en junio, hasta llegar al 3,5%, aunque es posible un ritmo más lento de subidas de 0,25%”, reconoce Gharbi.
En cambio, Jesse Cohen, analista de Investing.com, considera que “los crecientes signos de tensión en el sector bancario europeo obligarán a la presidenta del BCE, Christine Lagarde, a aparcar sus planes de subidas de tipos cuando el banco central se reúna hoy. Los indicios de problemas en Credit Suisse y la preocupación por la exposición de los bancos franceses, alemanes, italianos y españoles al banco suizo en dificultades no dejan dormir a los responsables del BCE, que temen un contagio cada vez mayor. Lagarde tiene que tomar una decisión difícil y espero que ceda ante la presión y señale una pausa a pesar de la persistente alta inflación”.
La Fed y Powell
La presión que recae hoy sobre el BCE y Lagarde es similar a la que la Fed y Powell están soportando esta semana. Tras la intervención rápida y coordinada de las autoridades estadounidenses, los expertos analizan si la Fed puede reducir también el ritmo de subida de tipos o hasta incluso hacer ya la tan esperada pausa. En opinión de Stéphane Déo, jefe de estrategia de mercados de Ostrum AM (Natixis IM), “las medidas tomadas por la FDIC y la Fed reducen significativamente la probabilidad de una crisis sistémica de este tipo. Pero hay secuelas, la rentabilidad de los bancos o, al menos, la capacidad de los bancos para asignar créditos se verá inevitablemente afectada. Esta es, después de todo, la crisis crediticia que la Fed quería para frenar la inflación”.
Desde Schroders recuerdan que la próxima reunión de la Fed, prevista para el 21 y 22 de marzo, será clave. Se preveía en este encuentro una subida de 50 puntos básicos en un contexto de inflación aún elevada, pero consideran que la quiebra de SVB puede cambiar la situación. En palabras de Keith Wade, economista jefe y estratega de Schroders, “la Fed no quiere empeorar la situación actual, por lo que podría renunciar a un endurecimiento significativo. Sin embargo, la diferencia entre ahora y la crisis financiera mundial es que ahora la inflación es un problema. Eso limita lo que la Reserva Federal puede hacer, dado que el objetivo principal debe ser volver a situar la inflación en su nivel objetivo«.
Por su parte, Stéphane Monier, Chief Investment Officer de Lombard Odier, considera que la Fed también seguirá centrada en los datos y en cumplir su principal mandato: contener la inflación. “Aunque no estamos ante un panorama sencillo -la demanda de mano de obra sigue siendo fuerte y el crecimiento de los salarios debe ralentizarse aún más-, en conjunto estas cifras subrayan que las subidas de tipos de la Fed, que ascienden a 425 puntos básicos desde marzo de 2022, aún no han bastado para frenar la economía. La evolución de los datos económicos y la confianza en la capacidad de la Reserva Federal para gestionar la desaceleración estadounidense seguirán impulsando los mercados”, afirma Monier.
El sector bancario europeo y Credit Suisse
El segundo gran argumento que hemos escuchado esta semana por parte de los expertos es que la solidez, liquidez y solvencia del sistema financiero actual dista mucho de cómo era en la gran crisis financiera de 2008, tanto en Europa como en Estados Unidos. Una afirmación que, tras desatarse los problemas de SVB y Signature Bank, las propias autoridades han defendido.
Según Generali Investments, en general, los bancos de la UE parecen estar mejor posicionados frente a las tensiones del mercado que sus homólogos estadounidenses. “Actualmente, no vemos una lectura negativa significativa para los bancos europeos. Están mejor regulados, se financian a través de depósitos minoristas, que son más sólidos, y sus ratios de liquidez y capital están muy por encima de los requisitos mínimos”, señala.
Además, explica que la liquidez de los bancos europeos se gestiona adecuadamente, con ratios LCR muy por encima de los requisitos mínimos y ratios LTD generalmente en torno al 100%, con variaciones nacionales, por supuesto. “Los bancos han mejorado notablemente su gestión de la liquidez tras la crisis soberana de 2011; la dependencia de los instrumentos a corto plazo se ha reducido drásticamente y se han reducido los desajustes de duración. Están bien situados para evitar la necesidad de vender bonos con pérdidas; a la luz de la estabilidad de su base de depósitos, pueden esperar una recuperación del valor de los bonos”, añaden.
A esto hay que sumar, según su visión, el hecho de que el BCE también ha demostrado su capacidad para evitar problemas de liquidez en todo el sistema: “La inflación limita ahora su potencia de disparo, pero esperamos que un mayor escrutinio refuerce aún más la resistencia de todo el sistema”.
Es cierto que lo ocurrido ayer con Credit Suisse hace dudar de este argumento, pero los analistas insisten en que la entidad suiza simplemente está haciendo frente a sus propios problemas en el peor de los momentos. De hecho, ayer el Banco Nacional Suizo (BNS) y la Autoridad Suiza de Supervisión de los Mercados Financieros (FINMA) emitieron un comunicado en el que afirmaron que los problemas de algunos bancos en EE.UU. no suponen un riesgo directo de contagio para los mercados financieros suizos. “Los estrictos requisitos de capital y liquidez aplicables a las instituciones financieras suizas garantizan su estabilidad. Credit Suisse cumple los requisitos de capital y liquidez impuestos a los bancos de importancia sistémica. En caso necesario, el BNS proporcionará liquidez a Credit Suisse”, indica el comunicado.
Los bancos regionales en EE.UU.
En el caso de EE.UU., algunos expertos advierten de que el caso del Silicon Valley Bank (SVB) ha puesto ha descubierto la debilidad y falta de supervisión regulatoria de los bancos regionales estadounidenses. “El negocio de SVB ha estado muy concentrado en los sectores de la tecnología y las ciencias de la vida, respaldado por capital riesgo, lo que contribuyó a que se conociese su comportamiento una vez que las malas noticias empezaron a circular. Sus depósitos estaban muy concentrados, con una base de negocio minorista muy inferior a la del banco promedio regional; por ejemplo, el 95% no estaba cubierto por la protección de la FDIC (limitada a 250.000 dólares). Las salidas de depósitos se aceleraron, mientras que el precio de las acciones cayó en picado. El más pequeño Signature Bank -un prestamista líder para la comunidad de start-ups y la industria de las criptomonedas- se enfrentó a problemas similares a los de SVB”, explican desde el equipo de Insurance Management de Generali Investments.
Por su parte, Stéphane Déo, jefe de estrategia de mercados de Ostrum AM (Natixis IM), considera que los bancos pequeños están claramente bajo presión. “Su reciente bajo rendimiento en comparación con el S&P 500 es impresionante. El problema es, hasta cierto punto, específico. Los depósitos de SVB habían aumentado enormemente, lo que llevó al banco a invertir su liquidez en valores a largo plazo. Otro elemento específico era que el riesgo de tipo de interés no estaba cubierto, una aberración total en términos de gestión de riesgos”, aclara Déo.
“La crisis de SVB y Signature Bank parece ser muy específica de un pequeño número de bancos estadounidenses con un modelo de negocio similar. Sorprendentemente, SVB cometió un error clásico de desajuste entre activos y pasivos, lo que plantea dudas sobre la eficacia de la supervisión de su regulador. La era posterior a la crisis financiera de 2008 se ha caracterizado por una regulación mucho más estricta y eficaz del sector bancario en Estados Unidos y la Unión Europea. Se han endurecido los requisitos de capital y liquidez, y la situación actual no es comparable a la de 2008. Las pérdidas en activos de renta fija provocadas por la rápida subida del tipo de interés de los fondos federales han afectado a todos los bancos en distintos grados, pero no ponen en peligro sus requisitos de coeficiente de capital”, concluye Bonzon.