El dato de inflación de EE.UU. correspondiente a diciembre ha mostrado la aparición de una tendencia a la baja en la inflación, impulsando la renta fija y la renta variable. Sin embargo, los expertos de las gestoras advertían: la inflación subyacente sigue por encima del objetivo de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed). Ahora bien, el debate está servido: ¿qué podemos esperar ahora de la Fed?
En opinión de Callie Cox, Investment Analyst eToro, no se puede negar que el hecho de que la inflación se está ralentizando drásticamente demuestra que la economía está recuperando el equilibrio sin perjudicar seriamente al mercado laboral. “La situación actual se ajusta a la definición de aterrizaje suave, y se suma al cúmulo de pruebas de que la Fed debe dejar de subir los tipos y de aplicar una política agresiva. Sin embargo, el mercado podría interpretarlo como un momento para volver a apostar por el riesgo”, señala Cox.
La analista de eToro se muestra prudente ante este último dato y recuerda que la inflación de los servicios aún no ha tocado techo, “y ese es el tipo de inflación que la Reserva Federal quiere tener bajo control”, matiza. En conjunto, considera que este informe es una buena noticia: “La Fed lo está consiguiendo. Pero los inversores deben tener cuidado. La inflación aún no está totalmente controlada, y es fácil que los mercados se dejen llevar. Puede que no veamos nuevos máximos hasta que la inflación esté totalmente bajo control”.
La mayoría de los economistas y analistas coinciden en que la moderación de la inflación resta algo de presión a la Fed para que endurezca aún más su política monetaria. “Sin embargo, varios miembros del FOMC han expresado su determinación de seguir subiendo el tipo objetivo de los fondos federales a pesar de la ralentización de la inflación y del debilitamiento de los indicadores de actividad económica”, advierte David Kohl, economista jefe de Julius Baer.
En su opinión, el informe de inflación no es lo suficientemente suave como para convencer a la Fed de que deje de subir más los tipos. “Ajustamos nuestra proyección del tipo objetivo de los fondos federales con una subida adicional de tipos de 25 puntos básicos (pb) en la próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC). Seguimos considerando las subidas adicionales de tipos por parte de la Fed como un error de política que pesará sobre el crecimiento económico en la segunda mitad de este año, aumentando la probabilidad de recortes de tipos”, afirma Kohl.
Misma proyección hace Tiffany Wilding, economista de PIMCO para Norteamérica, quien también ve claro que la Fed reducirá su ritmo de subidas de tipos a 25 pb en su reunión de principios de febrero, tras haber subido 50 pb en su reunión de diciembre. “Nuestro sesgo ha sido que los datos de inflación y del mercado laboral se moderarán/debilitarán lo suficiente como para empujarles a hacer una pausa antes de su reunión de mayo, y consideramos que el informe de hoy es coherente con esa opinión. No obstante, los funcionarios de la Fed parecen prever subidas hasta mayo para situar el tipo de los fondos federales justo por encima del 5%”, matiza Wilding.
Mercado e inflación
Esta expectativa de un menor ritmo de subidas también se refleja en el mercado, dejando también sus consecuencias. Según Axel Botte, estratega global de Ostrum AM (Natixis IM), el mercado sigue opinando que la Fed no subirá los tipos tanto como indicaba en las proyecciones del gráfico de puntos (DOTS) de diciembre. “Las menores subidas de tipos previstas crean una dinámica de mercado favorable para los activos de riesgo (renta variable, crédito, incluso duración) en un contexto de caída del dólar”, explica Botte.
En este sentido, el carácter agresivo de las subidas de tipos ha provocado una importante volatilidad de los diferenciales en el mercado de crédito. Sin embargo, desde Schroders señalan que esta volatilidad disminuirá una vez que la Fed haga una pausa o ralentice las subidas de tipos.
“Los mercados mundiales de crédito ofrecen ahora un atractivo potencial de rentabilidad total global: ganancia de precio más ingresos. En cuanto a qué mercado es ahora más atractivo, la respuesta es matizada: Europa es notablemente mucho más barata, mientras que cualquier recesión en EE.UU. será probablemente menos profunda. Con unos tipos de interés más altos y los bancos centrales poniendo fin al QE, las empresas tendrán que centrarse en negocios sólidos y balances saneados si quieren prosperar cuando el crecimiento mundial se enfrente a vientos en contra. Esto significa que probablemente habrá abundantes oportunidades para diferenciar entre riesgo y valor en el crédito. Por eso nos centramos en la selección bottom up de valores para añadir valor, focalizándonos en la creación de operaciones de convicción a nivel empresarial y temático, al tiempo que buscamos una diversificación geográfica y sectorial natural”, explica Julien Houdain, responsable de crédito europeo de Schroders.
Ahora bien, en esta búsquedas de oportunidades y de activos de riesgo más atractivos habrá que estar pendiente de la evolución de la inflación, porque de ello dependerán las decisiones de la Fed y del resto de los principales bancos centrales de los mercados desarrollados. En este sentido, Botte advierte de que no puede descartarse que la reapertura de China induzca un pronto repunte de los precios del petróleo, lo cual elevaría la inflación. “La mejora de las perspectivas ya es visible en los precios de los metales industriales. En este caso, las expectativas del mercado volverían a converger hacia los niveles indicados por el FOMC… lo que podría provocar una nueva debilidad en la renta variable”, afirma.
Sobre esto último, Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM, añade que uno de los riesgos para las perspectivas de inflación es la reapertura de la economía china. “A pesar del impacto positivo que la noticia ha tenido en los activos de riesgo, los futuros sobre el precio del petróleo siguen apuntando a que el crudo se mantendrá en torno a los niveles actuales durante todo el año. Pero una recesión en EE.UU. más leve o un aterrizaje suave y un fuerte repunte del consumo de petróleo en China presionarían al alza el precio del crudo. Esto ralentizaría la caída prevista de la inflación en EE.UU., presionando a la Fed para que mantenga los tipos altos durante más tiempo”, explica Olszyna-Marzys. Con este argumento en la mano, el economista considera que hay “cierta incoherencia” en la reacción del mercado, “pero, por el momento, al mercado le gusta lo que ve”.
Los riesgos no serán lo único a lo que estar atento. Según Carlo Putti, Investment Director in the Public Fixed Income team en M&G, es probable que la inflación siga tendiendo a la baja, aunque la cuestión sigue siendo dónde se asentará. «Es probable que la desglobalización mantenga los precios de los bienes básicos por encima de los niveles anteriores al COVID, mientras que la rigidez del mercado laboral mantendrá la presión sobre los salarios y, en consecuencia, sobre los servicios básicos. Salir del pico de inflación es la parte fácil, volver al objetivo del 2% resultará mucho más difícil«, afirma Putti.
Por último, Enguerrand Artaz, gestor de fondos de la gestora francesa La Financière de l’Echiquier, detecta que existe un desajuste que persiste actualmente entre las previsiones de los mercados financieros y las del banco central. En este sentido, afirma: “Básicamente, las primeras prevén casi dos descensos de los tipos de aquí a finales de año, mientras que las segundas no contemplan ninguno. Esta situación recuerda además evitar un exceso de optimismo por parte de los inversores en relación con la capacidad de intervención del banco central, incluso en caso de ralentización económica acusada. Este escenario está cada vez más presente en las deliberaciones de los miembros del FOMC, aunque el término recesión no aparezca en las actas”.