La mayor economía de América Latina ya eligió un nuevo presidente. El domingo 30 de octubre, el ex presidente brasileño Luiz Inácio “Lula” da Silva se impuso sobre su contrincante, el actual mandatario del país, Jair Bolsonaro. La victoria, eso sí, fue estrecha, con sólo dos millones de preferencia separando a ambos candidatos, de los 124 millones de votos emitidos.
El mercado anticipaba una victoria con poco margen para Lula, destacando que el referente de izquierda tiene una postura más moderada y menos espacio para hacer cambios radicales en esta ocasión. Eso sí, la división en el país es algo que quedó en la mente de los inversionistas.
Para Susannah Streeter, analista senior de inversión y mercados de Hargreaves Lansdown, Lula está “prometiendo una nueva era de cooperación global, después de ganar la elección por un pequeño margen”.
Con los ojos en el polarizado entorno descrito por los resultados electorales, uno de los pasos clave para el corto plazo es la transición. Los inversionistas ven un potencial riesgo en las señales que ha dado Bolsonaro de que no reconocería una derrota.
En ese sentido, Claudia Claudia Calich, gestora del M&G (Lux) Emerging Markets Bond Fund, ve buenas señales. “Actores clave, incluyendo algunos aliados de Jair Bolsonaro han alabado el proceso y varios países claves, incluyendo Estados Unidos, China y líderes latinoamericano ya han felicitado a Luiz Inácio Lula da Silva”, sostiene.
Streeter agrega que, si bien el margen entre ambos candidatos fue de menos de 2%, “se espera que sea lo suficientemente grande como para no encender el descontento”. Eso sí, advierte, el hecho de que Bolsonaro todavía no conceda la elección “está poniendo algunos nervios de punta”.
Los activos brasileños están en números verdes. El referente bursátil Bovespa cayó un 2% en las primeras operaciones del día, pero recuperó el terreno rápidamente. A menos de dos horas del cierre de la jornada, el indicador se mantenía relativamente estable, con una tímida subida de 0,04%. El real, por su parte, subía un 2,50% frente al dólar en ese momento.
Focos a futuro
En el corto plazo, el mercado está atento a los próximos pasos de Bolsonaro, quien tendrá que entregarle el mando del gigante latinoamericano el 1 de enero de 2023. Cómo evolucione ese traspaso podría mover la aguja de los mercados locales.
“Suponiendo que se desarrolle una transición de poder ordenada, consideramos que este resultado es favorable para el mercado, ya que debería llevar a rebajar la prima de riesgo político de unos activos brasileños profundamente infravalorados”, señala Xavier Hovasse, responsable de renta variable emergente de Carmignac.
Hacia adelante, los inversionistas ven como clave los nombramientos de algunos oficiales clave del gobierno, particularmente para el Ministerio de Hacienda. De todos modos, desde el mercado también destacan la elección del centrista Geraldo Alckmin como compañero de fórmula.
Otro factor que le da un sentido de optimismo al mercado es el balance de tendencias políticas que quedó entre los poderes del Estado. “El presidente electo va a asumir en el año nuevo y tendrá que trabajar con un Congreso donde los opositores tienen la mayoría”, destaca Paul Donovan, economista jefe de UBS Global Wealth Management.
En este contexto, el ejecutivo calificó el discurso que Lula dio tras conocerse los resultados como “muy balanceado” y “enfocado en la necesidad de unificar” al país.
Desde M&G, Calich concuerda con el diagnóstico. El hecho de que el Congreso esté dividido, dice la gestora, “debería darle controles y contrapesos a varias iniciativas, incluyendo el presupuesto para 2023 y la discusión de la regla fiscal”.
De todos modos, este componente de división es algo a los que los inversionistas están cada vez más acostumbrados. En palabras de Donovan, “el resultado estrecho y la división que existe en la política brasileña son un recordatorio de la tendencia global hacia la polarización política”.