El miércoles 14 de agosto se conocerán los datos de inflación de Estados Unidos, pero desde el mercado ya se prevé con una moderación y por ende se analizan los distintos escenarios para la política monetaria.
Según un análisis de Nuveen, con la inflación moderándose a la baja lentamente, “la Fed continúa apuntando a fin de año para comenzar los recortes de su política monetaria”.
Además, la gestora dijo, en un comunicado al que accedió Funds Society, que con el mercado laboral más ajustado “se mantendrán los rendimientos de los T-bills a 10 años en un rango ya descontado por los múltiplos del equity”.
En este contexto, Nuveen cree “que la rentabilidad de las acciones estará cada vez más condicionada al crecimiento del flujo de caja libre subyacente” y según sus investigaciones “las acciones U.S. Large Cap Growth tienen ventajas en este contexto”.
Por otro lado, un informe de ING Bank firmado por James Knightley, Chief International Economist para EE.UU. y Chris Turner, Global Head of Markets y Regional Head of Research for UK & CEE evalúa tres escenarios posibles en base a las medidas que puede tomar la Fed.
Los expertos anunciaron que los mercados habían recortado las apuestas a un “recorte agresivo de los tipos”. Sin embargo, para ING la incertidumbre es elevada, sobre todo, si se tiene en cuenta lo sucedido la semana pasada.
Luego de los acontecimientos que siguieron al “lunes negro”, Knightley y Turner plantean tres posibilidades de acción para la autoridad monetaria.
En un primer lugar, asumen que la Fed recorta los tipos 50 pb en septiembre con recortes de 25 pb en noviembre y diciembre. El tipo de interés de los fondos de la Reserva Federal se reduce al 3,5% en 2025. Para los técnicos este escenario tiene un 50% de probabilidad.
Según el análisis, la economía seguiría creciendo, creando empleo y la inflación por encima del objetivo. En caso de que la inflación siguiera comportándose bien, permitiría a la Fed hacer cada vez más hincapié en su objetivo de «máximo empleo» en el mercado laboral.
Se trata de un escenario ligeramente bajista para el dólar. Es probable que el par euros/dólares pueda subir hasta 1,10 al inicio del ciclo de relajación de la Fed, pero puede que sea más difícil que siga subiendo, ya que Europa también está aplicando una combinación de política fiscal más restrictiva y política monetaria más laxa.
La segunda hipótesis es que la preocupación por los despidos lleve a la Fed a recortar los tipos de forma más agresiva para tratar de alejar la amenaza de una recesión con un 35% de probabilidad.
El aumento del desempleo se ha debido a que la oferta de mano de obra ha superado la demanda de trabajadores, y no a los despidos. Sin embargo, en este escenario, esa narrativa empezaría a cambiar con el aumento del número de despidos y, en un entorno de disminución de las preocupaciones por la inflación, la Fed recortaría los tipos de forma más agresiva y lleva el tipo de interés oficial a un territorio ligeramente estimulante. En consecuencia, a finales de 2026, a medida que la economía se estabilice, comenzaría a aplicar una política más neutral.
La caída del dólar debería ser más pronunciada en este caso, dado que un tipo terminal del 2,5% está muy por debajo de lo que se valora actualmente en la curva a plazo.
Por último, el escenario tres se basa en los temores de estanflación se traducen en tipos más altos a corto plazo, lo que provoca una recesión. La Fed respondería finalmente de forma más agresiva, lo que provoca una reducción de los costes de financiación a largo plazo. Sin embargo, para los expertos de ING esta situación tiene una probabilidad del 15%.
La inflación se mantendría más firme de lo esperado y obligaría a la Fed a mantener una política más restrictiva durante más tiempo. Al debilitarse el mercado laboral, aumentarían los temores de estanflación. Esto generaría una recesión más profunda desde finales de 2024 hasta principios de 2025 ayuda a amortiguar las presiones sobre los precios, dando a la Fed margen para empezar a recortar los tipos desde finales del primer trimestre de 2025. La Reserva Federal actuaría con más firmeza y rapidez para apoyar la economía y evitar que la inflación se sitúe demasiado por debajo de su objetivo. La política monetaria se movería en un territorio estimulante y luego empezaría a normalizarse a partir de mediados de 2027.
Este panorama le daría una visión pesimista a los mercados de divisas debido a la estanflación. La curva de rendimientos estadounidense volvería a invertirse, lo que favorecería al dólar frente a las divisas procíclicas y la mayoría de las divisas emergentes en general. Las divisas de las materias primas podrían sufrir fuertes pérdidas hasta que la Reserva Federal dé el visto bueno a la inflación. A partir de entonces, el dólar podría caer bruscamente de forma generalizada y hasta niveles más profundos que en los otros escenarios a medida que la Fed reduzca los tipos por debajo del 2%.
El estudio de ING advierte que no superponen el análisis del riesgo electoral, que también ha sido volátil. Se debe tener en cuenta que los análisis de todos los expertos han pasado en tan solo seis meses por escenarios con un posible triunfo del actual presidente Joe Biden, quien hoy ya no es candidato, o con el exmandatario Donald Trump como favorito y actualmente la vicepresidenta Kamala Harris ha repuntado las oportunidades del Partido Demócrata de ganar el sillón presidencial. Para leer el análisis de ING completo puede ingresar al siguiente enlace.