Alex Veroude, director de mercados de crédito para BNY Mellon, recomienda la inversión en el mercado de titulizaciones asegurando que ha aumentado su liquidez, sus garantías y ha disminuido el riesgo. “La liquidez de las titulizaciones es más fluida de lo que la mayoría asume. El sector continua con la recomendación de ‘comprar y mantener’ gracias al aumento de las emisiones, lo que ha favorecido la entrada de inversores”, dice.
El volumen de títulos asegurados aumentó alrededor del 50% en 2015, alcanzado los 6.200 millones de dólares, de los que 3.500 millones son valores respaldados por activos (ABS) de los consumidores, 2.100 millones por préstamos estudiantiles y 700 millones por valores crediticios de pequeños comercios, explica el gestor. “Aproximadamente la mitad de este mercado tiene un rating de investment grade y la otra mitad carece de rating”.
Veroude apunta que los bonos corporativos convencionales han dejado de ser tan líquidos como en el pasado como consecuencia del aumento en las regulaciones, mientras que las titulizaciones (activos financiados a través de los mercados de títulos asegurados o mediante préstamos privados bilaterales) han estado creciendo en volumen y negocio. “La deuda ‘ilíquida’ es difícil de transferir, pero no imposible. Hemos sido capaces de comprar y vender deuda ‘ilíquida’ en el mercado secundario”, afirma el gestor de BNY Mellon.
En cuanto al mercado de high yield, el director de mercados de crédito señala que “ha habido menos morosidad en la última década que la que ha tenido lugar históricamente a causa de la intervención de los bancos centrales. Si los bancos centrales siguen inyectando dinero en el sistema, la morosidad de las titulizaciones bajará”.
Para Veroude, todo depende de las expectativas – “¿Será la próxima década igual o mejor que la pasada? – nosotros creemos que los próximos diez años no pintan muy bien”.