La crisis sanitaria no solo nos ha traído el nombre de un nuevo patógeno, sino también un nuevo mercado: los bonos COVID-19. Según AXA IM, estamos ante un incipiente mercado de bonos que podría alcanzar los 100.000 millones de euros de tamaño solo en 2020.
“Nuestra estimación conservadora es que el mercado de bonos COVID-19 podría alcanzar un tamaño de 100.000 millones de euros este año si se mantiene el ritmo actual. La batalla contra la pandemia del Covid-19 tendrá un coste enorme para la economía global. Se necesitarán cientos de miles de millones de dólares para hacer frente a la crisis y recuperarse en ella. El FMI había estimado una pérdida acumulada del PIB mundial de unos 9 billones de dólares, más que las economías de Japón y Alemania juntas. Una respuesta a este desafío es el naciente mercado de bonos COVID-19, que vemos como una nueva área para la emisión de deuda de impacto, con similitudes a los bonos verdes y sociales. Creemos que estos bonos pueden ayudar a abordar los desafíos sociales actuales y futuros de la pandemia”, señalan desde la gestora.
A 4 de mayo, AXA IM ya había invertido, aproximadamente, 230 millones de euros en estos nuevos bonos COVID-19. “Está en línea con nuestro enfoque de estrategias sostenibles y de impacto”, señala la gestora. Un claro ejemplo de este floreciente mercado es el BBVA, que se ha convertido en el primer banco europeo en lanzar bonos sociales destinados específicamente a combatir los efectos del coronavirus. En total, la entidad ha vendido 1.000 millones de euros en bonos senior preferentes a cinco años con una demanda que ha quintuplicado la oferta y se ha situado en 5.000 millones a las pocas horas de abrir los libros.
Desde AXA IM explican que por ahora se han emitido dos clases de bonos COVID-19. Por un lado están los “bonos de propósito general o bonos de operación ordinaria, como parte de un plan de respuesta más amplio de COVID-19 por parte del emisor; y, por otro bonos de uso de los ingresos, que pueden ser emitidos bajo un marco que esté alineado con los principios y directrices de los bonos ecológicos, sociales y de sostenibilidad de la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA), o un marco específico de respuesta a COVID-19”.
En este sentido, puntualizar que, independientemente de la estructura de las transacciones, éstas están alineadas con la voluntad de los emisores de tomar medidas rápidas para combatir el virus y mitigar sus impactos sociales y económicos negativos. Por lo general, los bonos de COVID-19 se emiten para: financiar o refinanciar actividades que puedan contribuir a la lucha contra la enfermedad – mediante la vigilancia, el análisis y el apoyo a los servicios de salud pública; y/o ayudar a las empresas que se enfrentan a repercusiones económicas adversas, por ejemplo, prestando apoyo a las pymes que se enfrentan a problemas de flujo de caja. “Otras actividades pueden ser financiadas a través de los bonos COVID-19, pero consideramos que estas dos son las principales justificaciones para la adopción de medidas urgentes”, matizan.
AXA IM considera que los bonos COVID-19 ofrecen una herramienta de financiación para mitigar los efectos adversos de la pandemia y para hacer frente a los esfuerzos de recuperación después de la misma. “En línea con nuestro firme compromiso con la inversión sostenible a largo plazo, creemos que estos instrumentos deberían abordar tanto las preocupaciones actuales -por ejemplo, mantener los puestos de trabajo, apoyar la salud pública- como los desafíos más amplios de la sostenibilidad a largo plazo. Esto incluye consideraciones para minimizar el potencial de consecuencias negativas no intencionadas a largo plazo de la crisis”, explican.
Desde la gestora confían que al igual que ocurrió con el desarrollo temprano de los bonos verdes, las instituciones financieras y los emisores soberanos y supranacionales sean los principales impulsores de este mercado de bonos COVID-19. “Apoyamos el desarrollo del mercado pero, por supuesto, seguiremos analizando todas y cada una de las emisiones de bonos COVID-19, como hacemos con los bonos verdes y sociales. No aceptaremos simplemente la etiqueta a valor nominal; cada transacción en respuesta a la pandemia será estudiada para evaluar si debería ser elegible para este tipo de inversión”, concluyen desde AXA IM.