Inmigración, seguridad y defensa, y los asuntos económicos y financieros, en particular el Brexit, han sido los principales temas que los países de la Unión Europea han abordado durante el Consejo Europeo del pasado 28 y 29 de junio. Para las gestoras, esta ha sido una gran ocasión para seguir arrojando luz al proceso del Brexit e ir disminuyendo la incertidumbre respecto a su salida de la Unión Europea.
Como principal conclusión sobre el Brexit, el Consejo, en su composición UE-27, ha adoptado unas directrices de negociación complementarias para las negociaciones, en las que se detalla la posición de la UE-27 sobre el periodo transitorio. Con estas directrices de negociación se faculta a la Comisión, como negociadora de la Unión Europea, para continuar las conversaciones con el Reino Unido. Como ya se tenía previsto, el periodo transitorio durará hasta el 31 de diciembre de 2020.
Pero, ¿qué pasará luego? Según lo aprobado, la clave estará en la negociación que se haga durante este periodo transitorio. “Los ministros de la UE han dado a la Comisión un mandato inequívoco sobre el tipo de periodo transitorio que tenemos en mente: aplicación íntegra del acervo de la UE en el Reino Unido sin participación en las instituciones de la UE ni en sus procesos decisorios. Los 27 se han apresurado a adoptar el texto hoy mismo y esperamos poder alcanzar rápidamente un acuerdo con el Reino Unido sobre este asunto”, señalaba Ekaterina Zaharieva, vice primera ministra de Bulgaria, tras el Consejo.
En opinión de Degroof Petercam AM, en estos momentos, las negociaciones no parecen que estén yendo a ninguna parte. “Podría cambiar el rumbo pero, por ahora, los riesgos siguen siendo negativos. En nuestra opinión, el impacto económico que está teniendo el Brexit no es positivo: hemos visto como el crecimiento se ha estancado en Reino Unido y la inflación está aumentando. Esta evolución es un obstáculo para el poder de compra de los hogares”.
El primer punto de enquistamiento de las negociaciones está en el papel que jugará Reino Unido a nivel comercial y la segunda barrera es qué ocurrirá con Irlanda. “El gobierno de May no convence a la Unión Europea de que se mantenga una frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda y que el Brexit todavía puede tener lugar según lo previsto. Por su parte, la Cámara de los Lores ha aprobado y remitido la ley de salida de la UE a la Cámara de los Comunes con la enmienda de que Gran Bretaña debe permanecer en la unión aduanera. Sin embargo, el gobierno de May ha descartado permanecer en ningún tipo de unión aduanera”, explica Guido Barthels, gestor senior de carteras en Ethenea Independent Investors S.A.
Según Gille Seurat, gestor de Multi Asset de La Francaise AM, pese a los pasos que se van dando, la situación pinta igualmente complicada. “Un hard Brexit, es decir, sin acuerdo sobre los términos de divorcio ya no es una opción, ya que sería demasiado disruptivo para las empresas. Dicho esto, las negociaciones son difíciles con el propio partido de Theresa May dividido entre los pro y anti Brexit, mientras la UE está unida. May se encuentra en una situación muy difícil y tanto la Cámara de los Lores como la Cámara de los Comunes están intentando suavizar el impacto del Bréxit. Hay una buena posibilidad de que al final Reino Unido termine con una acuerdo similar al de Noruega: siguen pagando, pero no tienen voto”, apunta.
Pese a que la incertidumbre no remite, desde Degroof Petercam AM consideran que el efecto del Brexit para los mercados está contenido. “Es muy difícil señalar qué activos están mejor y peor posicionados frente a este acontecimiento, por lo que intentamos centrarnos en los factores fundamentales. En cualquier caso, somos bastante optimistas con el futuro de la renta variable europea”, concluye.