Ante la atenta mirada de miles de personas a lo largo del planeta, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, encabezó la cuadragésima sexta edición del foro de política monetaria celebrado en Jackson Hole. El mercado global estuvo durante esta semana al borde del asiento esperando ver luces de la estrategia de tasas de la principal economía del planeta.
Abriendo la jornada de presentaciones, el banquero central recalcó el mensaje del año pasado: que la Fed va a tomar las medidas necesarias para bajar la inflación a su nivel meta, manteniéndola firme en 2%. En esa línea, aseguró que podrían venir más alzas en el horizonte.
“Estamos preparados para subir más las tasas de interés si es apropiado”, dijo, agregando que planean “mantener la política en un nivel restrictivo hasta que tengamos confianza en que la inflación está bajando hacia nuestro objetivo”.
Powell advirtió que “el proceso todavía tiene mucho por delante, incluso con las cifras recientes”, que han mostrado señales de mejora en algunas variables. Un par de meses de datos más positivos, recalcó, no son suficientes para convencerlos.
Eso sí, el economista destacó que la prudencia es una variable clave en el proceso. “Estamos en una posición de proceder cautelosamente”, monitoreando las cifras, explicó. Además, la Fed no ha logrado identificar una tasa “neutral”, lo que inyecta incertidumbre al asunto. “Estamos navegando por las estrellas con un cielo nublado”, relató.
El telón de fondo del simposio es el debate sobre si es momento de pausar las subidas de tipos de referencia. Especialmente después de que las minutas de la última reunión –que se llevó a cabo el 25 y 26 de julio– mostrara que algunos miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por su sigla en inglés) anticipan un mayor endurecimiento a futuro.
Ahora queda esperar la decisión del FOMC después de su próxima reunión, que se extenderá entre el 19 y el 20 de septiembre.
La visión del mercado
¿Cómo leen el discurso desde el mercado? Desde AllianceBernstein, el economista jefe Eric Winograd describió las palabras de Powell como “una gran decepción para cualquiera que esperara que abriera nuevos caminos o aclarara las grandes cuestiones de política monetaria del día”.
Según el profesional, el líder de la Fed “no hizo ni lo uno ni lo otro”, sino que “optó por reiterar que la Fed depende de los datos, que hay riesgos tanto de ir demasiado lejos en los tipos como de no ir lo suficientemente lejos”. En esa línea, Winograd asegura que son cosas que se han dicho antes y que ambas opciones de tasas –más subidas o una pausa– siguen sobre la mesa, “como lo han estado durante semanas”.
En cambio, desde Bank of America califican el discurso de «equilibrado», dado que consideran que Powell incluyó entre sus mensajes «algo para los halcones y algo para las palomas». En cualquier caso, los economistas de la entidad inciden sobre el hecho de que «la Fed no cree en una desinflación inmaculada», en referencia al escabroso camino de vuelta hacia el objetivo de inflación del 2%, e interpretan a partir de las palabras del presidente de la Fed sobre la tasa neutral de tipos que «está abierto a la posibilidad de que la tasa se haya incrementado, pero no tiene convicciones sobre este asunto».
Por su parte, Salman Ahmed, responsable global de macro y asignación estratégica de activos en Fidelity International, señaló que el discurso del timonel de la Fed coincide con las opiniones de la firma, pero advirtió que la presión económica que se ha visto al otro lado del Atlántico podría replicarse en EE.UU.
“Desde la perspectiva del ciclo económico, seguimos pensando que el mecanismo de transmisión se ha retrasado, pero no se ha roto”, señaló. Esto implica que las subidas de tipos acumuladas hasta ahora “empezarán a afectar negativamente a la economía a medida que factores temporales como el exceso de ahorro y el retraso de los vencimientos se vayan desvaneciendo en los próximos meses. Ya estamos viendo signos de esta presión en Europa y el Reino Unido, y creemos que EE.UU. seguirá su ejemplo a principios de 2024”, auguró.
Para Callie Cox, analista de inversiones de EE.UU. de la plataforma de trading eToro, si bien Powell fue “un poco más suave” que en el simposio del año pasado, de todos modos la señal es clara: “Aún no está dispuesto a soltar el acelerador”.
Eso sí, desde un punto de vista del mercado, la analista aseguró que aún hay margen para las inversiones más riesgosas, pese al entorno más restrictivo. “Merece la pena mantenerse alerta en este entorno sin renunciar por completo al riesgo. Una Fed agresiva puede no ser suficiente para descarrilar este mercado alcista a menos que veamos una recesión”, comentó.
Incluso el impacto del discurso es materia de discusión. Para Paul Donovan, economista jefe de UBS Global Wealth Management, es poco probable que el discurso sea útil para los inversionistas. “Los comentarios de Powell sobre la política de corto plazo sólo van a influenciar a los mercados hasta que venga el próximo punto de datos”, indicó en su comentario matutino.
¿Falta una subida de tipos?
La cautela en las palabras de Powell, más las señales mixtas emitidas por los datos macro, no consiguen poner de acuerdo a las diversas casas de inversión sobre el punto final en el ciclo de subidas de la Fed. Por ejemplo Paolo Zanghieri, economista senior en Generali Investments, afirma que «sólo unas lecturas muy sólidas de empleo e inflación en agosto obligarán a la Fed a subir los tipos en septiembre, y para octubre/noviembre pensamos que los crecientes signos de debilitamiento de la economía impedirán cualquier subida de tipos». Desde la firma han retrasado hasta finales del segundo trimestre de 2024 la fecha prevista para la primera bajada de tipos.
Para Enrique Díaz-Álvarez, director de Riesgos de Ebury, “aunque las declaraciones de Powell en Jackson Hole nos parecieron bastante heterogéneas y sonaron ligeramente más agresivas, una pausa en la subida de tipos en septiembre sigue siendo probable”.
Las palabras de Lagarde
Cerrando las presentaciones de la jornada, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, advirtió que podríamos estar entrando a una era de cambios en las relaciones económicas y quiebre de regularidades establecidas, con los desafíos que eso conlleva.
“Nos apoyamos en regularidades pasadas para entender la distribución de los shocks que es probable que tengamos, cómo se van a transmitir a través de la economía y cómo pueden responder mejor las políticas. Pero si estamos en una nueva era, las regularidades pasadas pueden ya no ser una buena guía sobre cómo funciona la economía”, indicó en su discurso.
Además de delinear los cambios que ha experimentado la economía global y los factores relacionados con las relaciones económicas clave, la economista indicó que las herramientas clave de los banqueros centrales en esta era de cambios son la claridad, la flexibilidad y la humildad.
Lagarde destacó que es tarea de los bancos centrales actuales diseñar nuevas estrategias para el nuevo entorno. “Las políticas en una era de cambios y quiebres requieren una mente abierta y la disposición a ajustar nuestros modelos analíticos en tiempo real a los nuevos desarrollos”, dijo.
A la par, la incertidumbre recalca el rol de los entes rectores. “Es aún más importante que los bancos centrales le den un ancla nominal a la economía y aseguren la estabilidad de precios, en línea con sus respectivos mandatos”, destacó.