La Fed cumplió con las previsiones y ayer anunció una subida de tasas de 25 puntos básicos, hasta el rango del 2,25% y el 2,50%. Sin embargo, lo más importante es que apuntó dos nuevas alzas para 2019. En opinión de las gestoras, este nivel de tasa es cercano al 2,5%-3.0%, considerado por la Fed como un objetivo a largo plazo.
El punto de partida para entender qué podemos esperar de la Fed es cómo ve el entorno. En este sentido y según señaló la institución tras su reunión, considera que el mercado laboral es fuerte, que el consumo es sostenido y que hay cierta moderación en el gasto de capital. Los pronósticos económicos se han ajustado ligeramente a la baja para los próximos años y las previsiones de inflación se mantuvieron sin cambios durante el período 2019-2021, entre un 1,8%-2,1% para 2019 y entre el 2%- 2,1% en adelante.
“La inflación está cerca de la meta y el FOMC no está preocupado por las expectativas de inflación. Estos pronósticos apuntan hacia un crecimiento moderado, con una presión inflacionaria moderada, justo en línea con la meta y con el comienzo de un mercado laboral menos saludable. Esto describe una desaceleración ordenada, que debería justificar solo un aumento limitado de los aumentos de tasas”, explica Patrice Gautry, economista jefe de UBP.
Este aumento limitado de las tasas de cara al próximo año deja fuera la posibilidad de que el mercado vea cuatro nuevas subidas, y la propia Fed apunta a dos más. Según afirma Bart Hordijk, analista de Monex Europe, “el caso de cuatro alzas en 2019 parece no ser una opción por ahora, aunque el gráfico de puntos todavía señala dos aumentos de tasas para el próximo año. El hecho de que el dólar se haya fortalecido ampliamente puede ser visto como una señal de que los mercados ya han puesto a prueba la moderación. Sin embargo, en los últimos años, los mercados subestimaron constantemente las alzas de tasas de la Fed, de las cuales podríamos ver una repetición nuevamente en 2019”.
En opinión de Aaron Anderson, vicepresidente senior de análisis de Fisher Investments, “las expectativas de que subieran los tipos ayer habían descendido en fechas recientes, pero ello no se debe a que la Fed haya cambiado su discurso. Muchos pensaban que la Fed podría introducir una pausa a la vista de la reciente volatilidad en las bolsas, pero lo mejor para la entidad es ceñirse a su mandato y no intentar orquestar un resultado concreto en los mercados capitales, un esfuerzo baldío que hace más mal que bien”.
En cambio para Ronald Temple, gestor y responsable de renta variable estadounidense de Lazard Asset Management, la Fed ha tomado la decisión correcta por los motivos equivocados. “Con perspectivas de crecimiento más moderadas, la Fed no ve más allá de los movimientos de mercado a corto plazo y no presta la suficiente atención a los beneficios de la gestión de la economía bajo presión. El aumento de la productividad laboral y del empleo va a acelerar el crecimiento económico. Por otra parte, la inflación en o incluso por encima del objetivo de la Fed también tiene sus beneficios”, argumenta Temple.
Lo cierto es que en septiembre, en su anterior reunión, la Fed estaba considerando tres alzas, pero, en opinión de Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum AM, afiliada de Natixis IM, “el ritmo de los precios del petróleo y su efecto en la tasa de inflación probablemente expliquen esta disminución”.
¿Y por qué solo dos alzas más? En opinión de Waechter, la economía todavía marca una tendencia que puede ir más allá del pleno empleo. “Este desequilibrio debe compensarse con una política monetaria que debe volverse un poco restrictiva para evitar posibles desequilibrios, actualmente no muy visibles pero que podría desarrollarse en un futuro no muy lejano. La economía ha cambiado, pero no tanto que puede funcionar mucho más allá del pleno empleo sin tener consecuencias que son difíciles de manejar a largo plazo. Además, la política de la Casa Blanca que alimenta la demanda interna está provocando un rápido aumento de las importaciones. A través de una política monetaria algo restrictiva, la Fed debe sopesar la demanda y limitar el desequilibrio externo”, explica.
Por último, Alex Fusté, economista jefe de Andbank, destaca a la hora de analizar la reunión de ayer de la Fed que el mercado tomó mal la última decisión de la Fed, que mostró una visión algo más dovish, pero no lo suficiente en su opinión. “La Fed continúa pensando que más subidas son necesarias, si bien cambió algunas palabras, como expects por judges, en relación con la conveniencia de aumentar tipos; lo que sugiere que empiezan a haber serias dudas entre los oficiales de la Fed. Eso ya es algo”, afirma Fusté.
En positivo, Mondher Bettaieb, director de crédito corporativo de Vontobel AM, destaca lo que ha supuesto esta decisión para dólar. “Lo que es positivo es que el dólar, como reacción, se encuentra en una tendencia bajista y lo mismo se espera para la rentabilidad de los treasuries, lo que debería ser un buen punto de apoyo para los mercados desarrollados de crédito y los bonos soberanos de los emergentes”, apunta.