Mañana, 29 de marzo, era la fecha prevista para que el Reino Unido saliera de la Unión Europea. Sin embargo, la prórroga alcanzada por Theresa May, primera ministra británica, ha aplazado esta cita en el calendario hasta el 12 de abril –pudiendo ampliarse al 22 de mayo si Westminster vota a favor el acuerdo–. Ahora bien, según las gestoras, los escenarios a los que se enfrenta el país y la Unión Europea no han cambiado mucho.
Por ahora lo único que ha cambiado es que el parlamento británico ha tomado el control del proceso del Brexit, ahondando más en la inestabilidad política del Reino Unido y en particular en la figura de Theresa May. Por delante, los escenarios que tienen los parlamentarios son, principalmente, lograr un acuerdo más blando, una salida sin acuerdo o un intentar sacar adelante un segundo referéndum, entre otras opciones. Ayer, ninguna de las propuestas alternativas al plan de May fue aceptada por el parlamento y la primera ministra, en un intento por avanzar y evitar una salida sin acuerdo, se comprometió a dimitir cuando la cámara apruebe el acuerdo del Brexit. De esta forma, ella no estaría presenten ni participaría del segundo paso de esta negociación la Unión Europea.
“Durante los últimos tres años, la salida del Reino Unido de la Unión Europea ha sido uno de los factores que más ha afectado a los mercados, sobre todo en Europa. Más allá de los miedos iniciales a una desintegración del bloque económico y político, el principal temor de los inversores es la posibilidad de que el Reino Unido abandone la Unión Europea sin acuerdo, sobre todo por los negativos efectos que podría tener sobre la economía. En nuestra opinión, en estos momentos y a corto plazo, el desencadenante más probable de una recesión en la Unión Europea sería una salida desordenada”, explica Ludovic Colin, responsable global de bonos flexibles de Vontobel AM.
En su opinión, esta opción parecía remota hace un mes, pero el punto muerto al que ha llegado el parlamento británico y la fecha límite del 12 de abril no dan mucho margen. “Creemos que a pesar de estar bordeando el límite de tiempo, todavía pensamos que sigue viva la posibilidad de alcanzar un Brexit con un acuerdo, pero será una decisión del Parlamento británico de última hora, bajo una enorme presión del público y posiblemente acompañada por la tensión de los mercados financieros”, afirma Colin.
Misma opinión comparten los analistas de ING: “Creemos que un Brexit más suave sigue siendo el escenario más probable, y esto probablemente precipitaría una extensión adicional al período de extensión del Artículo 50, suponiendo que el Reino Unido acepte que debe celebrar elecciones en la UE”. En este sentido, el último análisis de la entidad financiera advierte que si el Parlamento decide orientar el Brexit hacia una negociación “más suave”, muchos ministros euroescépticos conservadores podrían votar en contra del acuerdo.
Por último, desde DWS apunta que con tantos giros en torno al Brexit es fácil saltar por alto lo que realmente está marcando los puntos de inflexión en este proceso. “Para llegar a un Brexit caótico y sin acuerdos, parece que todo lo que uno tiene que hacer es imaginar que hasta el 12 de abril los parlamentarios siguen sin apoyar el acuerdo de Theresa May, sin encontrar un camino alternativo hacia adelante que la UE encuentra creíble. El 12 de abril es la fecha límite impuesta por la UE en la cumbre de hace unas semanas para el Reino Unido. Parece que hay muy poco interés en el lado europeo para otorgar una nueva extensión, simplemente para permitirle al Reino Unido más tiempo para decidirse”, apunta Stefan Kreuzkamp, jefe de inversiones y co-responsables de inversiones del Grupo DWS.
Impacto: economía y mercados
Colin avisa que un Brexit sin acuerdo crearía mucha volatilidad en los mercados financieros, sobre todo porque los acontecimientos se desarrollarían de forma descontrolada. “El impacto directo sería un posible shock sobre la libra esterlina, así como un periodo de estrés en el FTSE. El euro y los mercados europeos también sufrirían directamente. El impacto a largo plazo es difícil de predecir, pero asistir a un recorte de tipos de interés por parte del Banco de Inglaterra en un intento por suavizar el efecto sobre la economía. En este contexto, la economía británica probablemente entraría en recesión automáticamente”advierte.
Pero no sólo hay que valorar qué ocurrirá, sino lo que ya ha ocurrido. Christopher Gannatti, director del equipo de análisis de WisdomTree, destaca en el último informe realizado por su equipo que, desde que comenzó el Brexit, ha habido diferencias significativas entre las rentabilidades medias de las compañías.
“Es importante considerar el comportamiento de la libra esterlina durante este período. Por ejemplo, las compañías que han obtenido más del 30% de sus ingresos en la Eurozona podrían estar orientadas más globalmente con respecto a la distribución de sus ingresos. Uno y dos años después de la votación, la renta variable del Reino Unido en general tuvo un buen desempeño y las compañías tendientes a registrar más ingresos de la Eurozona, superaron a aquellas tendientes a obtener menores ingresos dentro de la Eurozona. Esto no necesariamente significa que los inversores ignoraban los riesgos en torno al Brexit, sino que nos inclinamos a pensar que la depreciación de la libra esterlina en estos períodos, haya sido el factor más importante”, explica Gannatti.