Este lunes 20 de enero termina el mandato del presidente número 46 en la historia de Estados Unidos, Joe Biden; el balance económico es inevitable en un periodo caracterizado por turbulencias e incertidumbre. Sin embargo, parece que los saldos finales son relativamente positivos.
Un análisis de Banco Base señala que durante la presidencia de Joe Biden la economía del país mostró un crecimiento acumulado (hasta el tercer trimestre del 2024) de 10,7%. De seguir con esta tendencia en el cuarto trimestre, sería el mayor crecimiento desde el segundo periodo de George Bush (2005 al 2008).
Si evaluamos el crecimiento promedio del mandatario saliente, tenemos que la expansión promedio por año de la economía durante la presidencia que finaliza es de 3,56% (si en 2024 crece 2,8%), el mayor promedio anual desde el segundo mandato de Bill Clinton.
Crecimiento impulsado por el rebote de la pandemia y el gasto público
Los analistas del banco mexicano consideran que el alto crecimiento se debió primero a un efecto rebote tras la pandemia, y por otra parte también influyó el incremento del gasto público.
Según las cifras oficiales, en el periodo presidencial de Joe Biden el gobierno ejerció un gasto total de 25,98 billones de dólares (años fiscales del 2021 al 2024), el máximo registro para cualquier periodo presidencial, mostrando un incremento de 36,11%, el mayor incremento desde el primer periodo de Ronald Reagan de 1981 a 1984, cuando el gasto público subió 56.31%. «De hecho, el mandato de Biden tiene a la fecha la mayor deuda y
déficit en registro», dicen en Base.
«Durante la administración de Biden, la economía vivió en una continua política fiscal expansiva con un alto endeudamiento público. Debido a la pandemia, el PIB mostró una contracción fuerte en 2020 (-2.16%), por lo que el gobierno en turno de Donald Trump, implementó políticas contracíclicas para acelerar la recuperación económica. La recuperación se alcanzó en el primer trimestre del 2021, solo un año después del inicio de la crisis. No obstante, aún (al tercer trimestre del 2024) se encuentra 0.36% por debajo del nivel que tendría si hubiera seguido la tendencia observada hasta 2019», explicó Banco Base en su análisis.
Como consecuencia del alto gasto público financiado por deuda, acompañado de una alta tasa de interés, se provocó que el gasto en intereses aumentara considerablemente. Así en el año fiscal 2022 el gasto por intereses fue de 475,12 mil millones de dólares, creciendo 34,9%. Para el año 2023 el incremento fue 38,7% (el más alto en registro), y en el año fiscal terminado en 2024 el crecimiento fue de 33,7%. Con esto, el gasto en intereses alcanzó un total de 881,65 mil millones de dólares en el año fiscal 2024, lo que representó el 13,1% del gasto total, se trata del porcentaje más alto desde 1999.
Inflación, «dolor de cabeza»
En la administración de Biden la inflación alcanzó un máximo de 9.06% en junio del 2022, cifra no vista
desde noviembre de 1981; este aumento de la tasa inflacionaria obedeció a factores como: 1) ajuste post pandemia ya que las personas dieron prioridad al consumo en servicios, 2) aumento sostenido en el gasto público, 3) efectos en precios de las materias primas por el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, y 4) distorsiones en cadenas de suministro por la política de cero COVID de China.
Ante el aumento de la inflación la Reserva Federal implementó una agresiva política monetaria restrictiva, al subir la tasa de interés en un total de 525 puntos base en 17 meses durante la administración de Biden.
«Debido a la alta tasa de interés y a una regulación deficiente de la banca, en marzo del 2023 se dio un desorden bancario que obligó a la Reserva Federal a otorgar préstamos de emergencia a los bancos, a la par que el gobierno de Estados Unidos, junto con la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) comenzaron a asegurar los depósitos de los bancos declarados en bancarrota. Se estimó que el costo de proteger los depósitos fue de 22.500 millones de dólares, de los cuales 19.200 millones se atribuyen a la facilidad anunciada el 12 de marzo para evitar riesgo sistémico y deberán ser reembolsados por los bancos a través de una tasa especial cobrada por el FDIC».
Los 3.300 millones de dólares restantes fueron absorbidos por el fondo del seguro de depósitos. Por otro lado, la Reserva Federal respaldó a los bancos a través de la ventana de descuento con préstamos de emergencia, además de lanzar el Programa de Financiación Bancaria a Plazo (BTFP por sus siglas en inglés) que permitió a los bancos acceder a préstamos a un año, garantizados por títulos de deuda pública reconocidos a su valor nominal. «Probablemente este fue el reto económico más grande al que se enfrentó la presidencia de Biden, dijo Biden.
Consumo, respaldo de la economía
El impulso del consumo, especialmente tras el fin de los confinamientos, fue un detonante de la recuperación económica en Estados Unidos.
El consumo mostró un crecimiento promedio por año de 4,78% entre 2021 y 2023; fue de hecho el segundo componente del PIB con mayor crecimiento promedio durante la administración Biden.
Por su parte la inversión fija bruta tuvo un crecimiento promedio por año de 4,96%, mientras que las exportaciones netas restaron crecimiento al caer 13,98%.
Turbulencias geopolíticas y riesgos de recesión
Es importante recordar que durante la administración de Biden comenzó la guerra entre Rusia y Ucrania, lo que llevó a Estados Unidos a imponer sanciones y otras medidas. Además, Estados Unidos regresó al acuerdo de París.
En el año 2023 se especulaba que Estados Unidos se encontraba cerca de una recesión debido a la alta tasa de interés, alta inflación, debilitamiento del mercado laboral y al agotamiento de los ahorros de las personas.
Sin embargo el país evitó dicho fenómeno; el gobierno realizó en ese año la mayor contratación de personal (709.000 puestos de trabajo) desde el año 1966.
«Actualmente, el mercado laboral muestra signos de debilitamiento y la morosidad de los créditos al consumo está en tasas no vistas en más de 10 años. Si la tendencia continúa, en 2025 la economía de Estados Unidos mostrará una desaceleración, propia del primer año de administración. Si en este año la economía de Estados Unidos solo se desacelera y no cae en recesión, la Reserva Federal habrá alcanzado el deseado soft landing», concluye Banco Base.