Las propuestas de política migratoria de las posibles administraciones republicana y demócrata para las próximas elecciones en EE. UU. contrastan marcadamente. Estas políticas diferentes tendrán un impacto significativo en la economía de América Latina, señala Fitch Ratings en un informe.
Los países centroamericanos en particular serán muy vulnerables a los cambios de política, ya que sus economías dependen en gran medida de las remesas.
Políticas migratorias divergentes
Si el expresidente Donald Trump fuera reelegido, podrían surgir un endurecimiento de la inmigración y una postura más confrontativa de EE. UU. hacia México y los países centroamericanos. Si bien la implementación sigue siendo incierta, su administración ha indicado cada vez más su voluntad de restringir significativamente los cruces fronterizos y aumentar materialmente las deportaciones de inmigrantes indocumentados.
Por otro lado, Fitch Ratings espera una continuidad de la política de la administración Biden si Kamala Harris es elegida. La administración de Kamala ha expresado la intención de impulsar una ley bipartidista que no se aprobó en 2024 después de la objeción republicana.
El proyecto de ley tiene como objetivo cerrar las lagunas en el proceso de asilo, dar al presidente mayor autoridad para cerrar la frontera cuando los cruces son altos y limitar la libertad condicional de inmigración, que permite a los migrantes ingresar temporalmente a los EE. UU.
Las remesas son motores económicos clave: América Central es altamente vulnerable a las políticas de inmigración de EE. UU., ya que las remesas financian un gran componente de su actividad económica. Las remesas para El Salvador y Nicaragua ahora representan más del 30% del PIB. Uno de los mayores receptores de remesas a nivel mundial es México, donde las entradas han aumentado de manera constante durante la última década a cerca del 3,5% del PIB, desde el 2%.