Las respuestas de política monetaria adecuadas han contenido el impacto de la alta inflación en las calificaciones soberanas de América Latina, aunque es importante monitorear los posibles efectos indirectos, dice Fitch Ratings en un nuevo informe.
Además de los factores globales de los altos precios de las materias primas y las interrupciones del lado de la oferta, la alta inflación en 2021 también reflejó un estímulo excesivo en algunos países, monedas más débiles y choques idiosincrásicos, como la sequía.
“Nuestro caso base asume que las presiones inflacionarias disminuirán durante este año. Los bancos centrales han endurecido la política mucho antes de las esperadas subidas de tipos en EE.UU. Las expectativas de inflación a doce meses están por debajo de los registros actuales en los principales países con metas de inflación, pero se mantienen cerca o superan los rangos superiores de las metas, lo que sugiere que la inflación solo regresará a los niveles objetivo en 2023”, dicen los analistas de Fitch Ratings.
Fitch no ha tomado acciones de calificación negativas basadas únicamente en la dinámica de inflación en 2021-2022. Solo el 11% de los bonos soberanos latinoamericanos se encuentran ahora en Perspectiva Negativa, por debajo del máximo de casi el 60% en agosto de 2020, luego de varias rebajas.
Sin embargo, la alta inflación es parte del panorama económico más desafiante de 2022, junto con condiciones de financiamiento externo más estrictas y desaceleraciones en China y EE. UU.
“Pronosticamos que el crecimiento regional se desacelerará a alrededor del 2%, aunque esto no detendrá una consolidación fiscal más modesta en varios países (Brasil es una excepción notable)”, dicen desde la calificadora.
La inflación puede generar riesgos para las finanzas públicas, como demandas de control de precios, subsidios o reducción de impuestos selectivos. Puede aumentar los riesgos sociopolíticos, obstaculizando la formulación de políticas y las reformas. Los analistas de Fitch creen que dichos riesgos están contenidos actualmente, pero esto podría cambiar si la inflación se mantiene alta durante un período prolongado. Los registros de inflación prolongados o más altos de lo esperado también podrían obstaculizar el consumo y provocar más restricciones monetarias, frenando la inversión.