El gobierno de Brasil ha lanzado su esperado proyecto de reforma previsional, un cambio que Axel Christensen, director de Estrategia de Inversiones para Latinoamérica e Iberia de BlackRock, considera “medular” para equilibrar la economía del país. Ante el delicado proceso legislativo que se anuncia, lo importante será mantener el timón y avanzar a buen ritmo.
“Claramente, es una reforma significativa, si uno da por buenas las cifras del gobierno brasileño, estamos hablando de ahorros de más de 300 mil millones de dólares en diez años, lo cual equivaldría a un 15% del PIB de Brasil. Es un proyecto de ley muy importante que va en el sentido de resolver una situación deficitaria en el presupuesto federal que viene provocando un aumento del nivel de endeudamiento y compromete el equilibrio económico de Brasil en el largo plazo”, explica Axel Christensen.
El gobierno brasileño espera que a mediados de este año esté aprobada la reforma que requiere un cambio de la Constitución y, por lo tanto, una mayoría.
Para Christensen, será “un proceso largo en el cual el reto para el gobierno es atenerse a la propuesta original. Ya hay una experiencia anterior con el gobierno de Temer a finales del 2016, pero su propuesta se fue diluyendo al no alcanzar una mayoría en el Congreso. Por ello el gobierno actual tendrá dos desafíos: el primero conseguir la aprobación de la reforma a tiempo para que las finanzas no se sigan deteriorando y el segundo que las reformas no se diluyan. Es una reforma difícil, las reformas del sistema de pensiones en todas partes son especialmente difíciles porque involucran muchos detalles, tienen un impacto importante y suelen ser impopulares”.
El cambio supondrá un aumento de la edad mínima de la jubilación (de 62 para las mujeres y 65 para los hombres) y del tiempo de cotización. Se considera que el proyecto abre la posibilidad de un sistema de ahorro individual similar al de otros países de Latinoamérica, como Chile.
“Hay que entender el proceso de reforma de la seguridad social en Brasil como un proceso que va a involucrar múltiples etapas y proyectos. Lo que se presentó la semana pasada es la reforma del sistema actual para trabajadores de los sectores público y privado, la propuesta hace mención a la creación de un sistema de contribución individual a la semejanza del que existe en Chile, Perú, Colombia, México e incluso en Uruguay (con sus matices y diferencias). Pero sobre ese punto el gobierno brasileño todavía no ha anunciado los detalles, solo se menciona en la propuesta actual. Se espera que se anuncien en las próximas semanas más detalles sobre la posible portabilidad de los ahorros de un empleado de una empresa a otra. Por otro lado, tampoco ha quedado claro como sería la reforma de las pensiones en las fuerzas armadas y sobre ese capítulo se esperan también más detalles en los próximos días”, señala el director de Estrategia de Inversiones para Latinoamérica e Iberia de BlackRock.
Los inversores esperaban con interés este cambio, esencial para impulsar el mercado brasileño en los próximos años.
“Lo medular de la reforma es cambiar la dirección en la que iban las finanzas públicas en Brasil. El régimen previsional actual de Brasil está provocando un déficit que está haciendo insostenible el cargo de la deuda, que está ya cercano al 75% del PIB cuando cinco años atrás apenas superaba en 50%. Y los inversores internacionales están mirando esas cifras. Brasil perdió su categoría de grado inversor y esta reforma, si se aprueba a tiempo y sin quedar diluida, podría cambiar el escenario progresivamente, reduciendo los costes de financiamiento y dando un mejor soporte a los activos brasileños a largo plazo”, concluye Christensen.