El desarrollo de muchos países y el ascenso social de la población requiere cambios sustantivos en infraestructura que no podrán ser solo abarcadas por los gobiernos y eso abre una oportunidad para los inversionistas, dijo Larry Fink, CEO de BlackRock, en la carta para los inversores de 2024.
Según Fink, el sector de las infraestructuras, que está valorado en 1 billón (trillion en inglés) de dólares, es uno de los segmentos de los mercados privados que “crece con más rapidez”, y eso se justifica con tendencias macroeconómicas “innegables”, sobre todo en los “países en desarrollo”.
“En los países en desarrollo, la población es cada vez más rica, lo que impulsa la demanda de todo tipo de bienes, desde energía hasta transporte, mientras que en los países ricos, los gobiernos necesitan tanto construir nuevas infraestructuras como reparar las antiguas”, dice el CEO de BlackRock.
Sin embargo, también en Estados Unidos, donde la administración del presidente Joe Biden, ha promulgado una ley de inversiones en infraestructuras, todavía hay 2 billones (trillions) de dólares en mantenimiento diferido.
Pero esta necesidad de inversión en infraestructuras no puede ser abordada con deuda de los Estados, dijo Fink.
Por ejemplo, desde Italia a Sudáfrica, muchas naciones están sufriendo las mayores cargas de deuda de su historia. La deuda pública se ha triplicado desde mediados de la década de 1970, y alcanzará el 92% del PIB mundial en 2022.
Desde el comienzo de la pandemia, Estados Unidos ha emitido aproximadamente 11,1 billones de dólares de nueva deuda, y la cantidad es sólo una parte del problema, también está el tipo de interés que el Tesoro tiene que pagar por ella, explica.
El CEO de BlackRock repasó que hace hace tres años, el tipo de interés de una letra del Tesoro a 10 años era inferior al 1%. Sin embargo, actualmente, está por encima del 4%, y ese aumento de 3 puntos porcentuales “es muy peligroso”, alertó.
“Si se mantienen los tipos actuales, equivale a un billón de dólares más en pagos de intereses durante la próxima década”, estimó.
Para Fink esa deuda es un problema porque, históricamente, Estados Unidos ha pagado la deuda antigua emitiendo nueva deuda en forma de títulos del Tesoro y eso es “una estrategia viable” mientras la gente quiera comprar esos títulos. Sin embargo, opinó, “en el futuro, Estados Unidos no puede dar por sentado que los inversores querrán comprarlos en ese volumen o con la prima que lo hacen actualmente”.
En la actualidad, alrededor del 30% de los valores del Tesoro estadounidense están en manos de gobiernos o inversores extranjeros. Es probable que ese porcentaje disminuya a medida que más países construyan sus propios mercados de capitales e inviertan internamente, agregó.
Ante el escenario planteado, Fink cree que tendrá que existir alguna combinación de dólares públicos y privados porque la financiación “probablemente no pueda venir sólo del gobierno” porque la deuda es demasiado elevada.
Además, en un país con una deuda elevada también “sería mucho más difícil luchar contra la inflación”, ya que los responsables de la política monetaria no podrían subir los tipos sin aumentar drásticamente una factura del servicio de la deuda ya insostenible y por ese motivo para Fink es “inevitable una crisis de la deuda estadounidense”.
El CEO resaltó que los esfuerzos de Estados Unidos en materia de deuda no pueden verse solucionados mediante impuestos y recortes, sino que tienen que “centrarse en políticas favorables al crecimiento” que incluyan a los mercados de capitales para construir, en palabras del Fink, «uno de los mejores catalizadores del crecimiento» como son las infraestructuras y “especialmente las infraestructuras energéticas”.
La energía como sector clave
BlackRock encuentra la mayor demanda de nuevas inversiones en infraestructura en la de las infraestructuras energéticas por dos principales motivos: transición energética y seguridad energética.
El directivo resalta las virtudes de los casos de Alemania y Texas donde se está implementando la transición energética pero para llevarla a cabo se continúa utilizando energía con hidrocarburos.
Fink recordó su premisa de hace años en la que asegura que para tener seguridad energética, la mayor parte del planeta necesitaría «depender de los hidrocarburos durante varios años».
Más preocupaciones de Fink
En una extensa carta Larry Fink también dedicó una gran parte a su preocupación sobre la dicotomía de cómo el mundo se preocupa por extender la vida de las personas, aumentando considerablemente la esperanza de vida, pero no está tan latente la preocupación por “mejorar la vida de las personas” cuando llegan a edades avanzadas.
El CEO habló del problema del envejecimiento de la población y los planes de retiro en los distintos países. En ese sentido, comentó la importancia de buscar inversiones que puedan permitir una vejez digna con ahorros.
Además, el máximo expositor de BlackRock comentó sobre los planes de la empresa en las distintas regiones y los planes de expansión de la firma.
Para leer la carta completa puede ingresar en el siguiente link.