Tras el Brexit y los movimientos antieuropeístas, la Unión Europea debe fortalecerse. El Fondo Monetario Internacional (FMI) insta a la eurozona a que avance hacia la unión fiscal, así como que comience a aplicar reformas estructurales para reducir las diferencias entre los países miembros, en particular reformas relacionadas con la mejora de la productividad y la competitividad.
Esta ha sido una de los principales mensajes que ha lanzado el organismo internacional tras la conclusiones preliminares de la consulta periódica realizada por el Artículo IV. En su opinión, una mayor consolidación fiscal es necesaria para mitigar los riesgos y poner la deuda pública en una clara trayectoria descendente, y para facilitar el ajuste externo.
La institución argumenta su propuesta apoyándose en el hecho de que la recuperación ha tomado cierto impulso gracias al círculo virtuoso del consumo privado y a la creación de empleo, así como a la recuperación del mercado de crédito. Todo este contexto hace interpretar al FMI que ha llegado la hora de hacer reformas sólidas.
“Es necesaria una mayor consolidación fiscal para situar la relación entre la deuda y el PIB en una clara trayectoria descendente y mitigar los riesgos. Un superávit primario del 4% al 5% del PIB tendría que mantenerse a medio plazo para situar la deuda en un camino hacia el 60% del PIB para 2025”, señala el FMI en sus conclusiones.
Una mayor integración se lograría a partir de esta unión fiscal, pero también la institución considera importante completar la Unión Bancaria con un sistema de garantía de depósitos en los países de la zona euro con un supervisor de créditos improductivos, y con la conclusión de la Unión de Mercados de Capitales. Ahora bien, el FMI también recuerda que el sistema financiero aún debe mantenerse bajo estricta supervisión, ya que considera que “el sistema bancario sigue siendo vulnerable”.
Junto con esta conclusión, el FMI también ha querido mostrarse tranquilo y ha señalado que la zona euro muestra una recuperación que considera cíclica, aunque se muestra prudente. “Se espera que la economía vuelva a tener un crecimiento positivo en 2017, pero las perspectivas a medio plazo siguen siendo débiles. Y es que la deuda pública sigue siendo elevada, a pesar del alivio del flujo de caja”, apunta el FMI.