A pesar de que el más reciente informe Perspectivas de la economía mundial del Fondo Monetario Internacional (informe WEO) eleva las proyecciones de crecimiento mundial para 2017 a 3,5%, frente al 3,4% de la última previsión y mantiene en 3,6% las de 2018, las perspectivas para América Latina sufrieron una ligera caída.
De acuerdo con el organismo, para América Latina y el Caribe se prevé una recuperación más débil de la antes esperada, con un crecimiento de 1,1% en 2017 y de 2,0% en 2018 (es decir, 0,5 y 0,2 puntos porcentuales menos que en la edición de octubre de 2016 del informe WEO y 0,1 puntos porcentuales menos que la actualización de enero). Dentro de la región, las perspectivas de crecimiento varían sustancialmente según el país. “Si bien la actividad de la mayor parte de los exportadores de materias primas estaría respaldada por la recuperación de los precios de las materias primas, los fundamentos internos continuarían desempeñando un papel determinante en las perspectivas de algunos países grandes. Al mismo tiempo, las perspectivas de México, una de las economías más grandes de la región, se han debilitado”.
En México se espera un crecimiento de 1,7% en 2017 y de 2,0% en 2018. La corrección a la baja del crecimiento —un total de 1,2 puntos porcentuales en el curso de dos años— “se debe al empañamiento de las perspectivas de inversión y consumo de cara a condiciones financieras menos halagüeñas y más incertidumbre en torno a las relaciones comerciales con Estados Unidos”. Factores que en opinión del organismo, compensan holgadamente el impacto positivo de la mejora de las perspectivas de Estados Unidos y la depreciación de la moneda.
Se prevé que, entre los exportadores de materias primas, Brasil dejará atrás una de las recesiones más profundas, gracias a un crecimiento previsto de 0,2% en 2017 y 1,7% en 2018 (0,3 puntos porcentuales menos y 0,2 puntos porcentuales más, respectivamente, de lo pronosticado en la edición de octubre de 2016 del informe WEO). Entre los factores que, según el FMI, contribuirán a esta recuperación paulatina están ‘una menor incertidumbre política, la distensión de la política monetaria y el avance del programa de reforma”.
Tras contraerse el año pasado, se espera un expansión este año de 2,2% en Argentina, gracias al aumento del consumo y la inversión pública, y de 2,3% en 2018 a medida que vayan recuperándose la inversión privada y las exportaciones. Venezuela sigue sumida en una profunda crisis económica; se prevé que el producto se contraerá 7,4% en 2017 y más de 4,1% en 2018, ya que la monetización de los déficits fiscales, las amplias distorsiones económicas y las graves restricciones a las importaciones de bienes intermedios alimentan una inflación en rápido aumento. El aumento de los precios de las materias primas contribuirá a estimular el crecimiento en 2017 en Chile (1,7%) y Colombia (2,3%).