A pesar dela volatilidad trimestral, el crecimiento en Estados Unidos se ha mantenido similar en 2015 a lo que era en 2014, gracias a la demanda de los hogares (consumo privado y la inversión residencial) y a pesar de la desaceleración de la demanda mundial.
Amundi espera que en 2016 y 2017, la demanda de los hogares siga siendo el principal motor de la economía. “Los estadounidenses han reducido su nivel de endeudamiento y, en esta etapa del ciclo, deberían beneficiarse de más aumentos de salarios (la economía está a punto de alcanzar el pleno empleo). El ‘efecto riqueza’ derivado de la apreciación de sus activos inmobiliarios debería favorecer una tasa de ahorro baja. Desde finales de 2014, también han podido disfrutar de las ganancias vía ahorro por los menores costes de combustible”, explica la firma en su último informe de mercado.
Sin embargo, los expertos de Amundi advierten de que el actual ciclo económico llegará gradualmente a su fin entre hoy y el año 2017. “Después de siete años de crecimiento ininterrumpido, creemos que el PIB debería alcanzar su potencial en algún momento del primer trimestre de 2017”.
El hecho de que el ciclo expansivo, que comenzó en 2009, esté llegando a su fin no significa que la actividad económica vaya a contraerse. La recesión no es un escenario que esté en el horizonte por razones específicamente relacionadas con la economía de Estados Unidos: los hogares han reducido su deuda (deuda estudiantil sigue siendo la excepción), las empresas no han incurrido en sobreinversiones (todo lo contrario) y el déficit público ha ido disminuyendo desde hace varios años, al igual que el déficit por cuenta corriente. “Lo único nublando el panorama es que la deuda de las empresas ha aumentado considerablemente mientras que las ganancias están bajo presión”, dice la firma.
En lo que respecta al mercado laboral, éste va a ser otro factor de apoyo. Estados Unidos se acerca poco a poco al pleno empleo.“No es probable que la creación de empleo vaya a la misma velocidad que hemos visto recientemente. Anticipamos una desaceleración de alrededor de 100.000 puestos de trabajo al mes suponiendo que la tasa de participación laboral se estabilice. En este contexto, creemos que los salarios deberían acelerarse aunque compensando parcialmente la caída en la creación de empleo en términos de crecimiento de los salarios agregados”.
Sin duda uno de los factores de la economía que más preocupa son los beneficios empresariales, que sufren una desaceleración tras varios años de crecimiento sostenido. La participación de los beneficios en valor añadido está en máximos desde la posguerra. Amundi anticipa un reequilibrio gradual a favor de los salarios: los beneficios seguirán creciendo pero a un ritmo más lento que el PIB nominal.
Los sectores más vulnerables al entorno económico internacional son el eslabón más débil y continuarán sintiendo los efectos de tres recientes eventos: el desplome de los precios del petróleo y los efectos secundarios vistos en el gasto en inversión del sector energético, la fortaleza del dólar y la desaceleración de las economías de los mercados emergentes. Sin embargo, parte de estos efectos, recuerda Amundi, ya han sido descontados en 2015. “La presión de estos factores en el crecimiento de Estados Unidos disminuirá gradualmente entre 2016 y 2017.