Edmond de Rothschild AM desveló, en sus perspectivas de inversión para el segundo semestre de 2024, que el escenario que afrontan los inversores en la segunda mitad del año estará marcado por un entorno económico «casi ideal», pero también por nuevos obstáculos políticos.
El entorno económico es más favorable de lo previsto para los mercados de capitales, por tres razones, según la firma. En primer lugar, porque la desinflación sigue su curso, a pesar de su trayectoria no lineal y de que la última fase de la normalización desinflacionista es la más complicada de ejecutar. Asimismo, la escasez de mano de obra en Estados Unidos ha empezado por fin a remitir, apoyada por una importante afluencia de inmigrantes. Finalmente, el escenario económico se ve influido por los recortes de los tipos de interés han comenzado en Suiza, Canadá y Europa. En Edmond de Rothschild AM aseguran que «deberían iniciarse antes del final del verano en Estados Unidos, sabiendo que la Reserva Federal, a pesar de todas las sorpresas en materia de inflación, ha descartado la opción de una nueva subida de tipos».
En este entorno, los expertos recuerdan que, históricamente, los mercados de renta variable han registrado rentabilidades positivas -y a menudo sólidas- en periodos de aterrizaje económico previos a una primera bajada de tipos en Estados Unidos. La perspectiva de una relajación monetaria, partiendo de niveles decentes, sigue sugiriendo que la Fed gestionará eficazmente la desaceleración y evitará una recesión.
Benjamin Melman, CIO global de Edmond de Rothschild AM, afirma que observando las rentabilidades registradas en lo que va de año, «parece que la historia se repite, lo que refuerza nuestra convicción de que, teniendo en cuenta la fortaleza de la economía mundial, tiene sentido seguir bien expuestos a la renta variable». El experto admite que lleva desde principios de año oscilando tácticamente entre la neutralidad y la sobreexposición, pero también que, cuando la Fed baje por primera vez sus tipos de referencia, «tendremos tiempo de revisar las perspectivas económicas y reajustar nuestras principales decisiones de asignación», aunque, por el momento, «prevalece la confianza».
¿Puede la agitación política en Francia convertirse en una crisis financiera europea?
Si gana el partido del “Rassemblement National” o en caso de un «Parlamento fragmentado», es posible -aunque poco probable- que el nuevo Gobierno francés se embarque en un programa de gasto que amplíe el déficit, según afirman en EdR AM, que recalca que esta situación «no impedirá que Bruselas abra un Procedimiento de Déficit Excesivo», además de que «las agencias de crédito podrían seguir rebajando la calificación de Francia».
El diferencial OAT-Bund podría ampliarse un poco más, según la firma, «pero parece evitable una crisis mayor, sobre todo si la perspectiva de una reducción del déficit se aplaza y no se entierra si Bruselas y París llegan a un acuerdo a medio plazo». Se podría incluso imaginar un escenario favorable en caso de «Parlamento fragmentado» y de una nueva remodelación política, que podría desembocar en una alianza entre partidos «gubernamentales» de izquierda, centro y derecha, que permitiría al país proseguir con su compromiso inicial de reducción del déficit público.
Hasta ahora, los activos europeos se han beneficiado de una combinación de factores cada vez más favorable: una economía más fuerte de lo esperado, la desinflación en curso y un BCE que ha tomado las riendas de la política monetaria. Tanto más cuanto que la proximidad de las elecciones estadounidenses está provocando una actitud de espera al otro lado del Atlántico. No obstante, los equipos de inversión de Edmond de Rothschild AM han optado por no sobreponderar los activos europeos, a la espera de que se aclare el inestable equilibrio político en Francia, con sus repercusiones para Europa.
Las elecciones presidenciales de Estados Unidos
Mientras que la reelección del presidente Joe Biden no tendría grandes repercusiones en los mercados de capitales, se espera que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca sí tenga implicaciones, según la firma. En primer lugar, sería negativo para los bonos soberanos de larga duración, debido a una política inflacionista que implica medidas enérgicas contra la inmigración y planes para deportar a 11 millones de inmigrantes indocumentados, así como nuevos impuestos a la importación y una política fiscal que no reduciría, «sino que aumentaría el importante déficit público del país».
Pero también será positivo para la renta variable, «sobre todo gracias al regreso de una política de desregulación y a los planes de renovar los recortes fiscales que había iniciado en 2016, incluida una posible rebaja del impuesto de sociedades». Sin embargo, en la firma recalcan que aunque es difícil evaluar la presión que se ejercería sobre los tipos a largo plazo, si las yields a largo plazo fueran a subir demasiado rápido, «tendría efectos adversos en los mercados de renta variable».
Política de inversiones del segundo semestre
Melman recordó que, hace un año, la economía planteaba muchos interrogantes, «ya que la desinflación seguía siendo tímida y en Estados Unidos se temía una recesión». Sin embargo, ahora admite que las dificultades políticas estaban bastante contenidas en ese momento. «Desde entonces, los problemas se han invertido. Aunque el entorno económico parece ahora bastante prometedor, se está viendo ensombrecido por los problemas políticos. La única constante ha sido el continuo deterioro del entorno geopolítico. Esto significa que puede haber cierta volatilidad, desencadenada por la agitación política francesa o por el posible regreso de Trump a la Casa Blanca. La buena noticia es que los mercados a veces pueden reaccionar de forma exagerada a las crisis políticas, y esto puede generar algunas oportunidades atractivas».
Por consiguiente, los equipos de inversión de Edmond de Rothschild AM se muestran confiados tanto en la renta variable como en la renta fija. En cuanto a esta última, consideran reducir nuestra exposición a los vencimientos largos, pero lo más tarde posible, para tener en cuenta las elecciones estadounidenses. De hecho, si la desaceleración económica se materializa rápidamente en Estados Unidos, «todos los mercados de renta fija se beneficiarían».
Dentro de los mercados de renta variable, aunque las principales decisiones geográficas (Estados Unidos frente a Europa) vendrán determinadas en gran medida por las cuestiones políticas antes mencionadas, los equipos de inversión tienen preferencia por Big Data y Salud, y por las compañías de pequeña capitalización europeas, que cotizan a valoraciones muy atractivas, teniendo en cuenta el entorno económico más favorable y la relajación monetaria que ya se ha iniciado.
En renta fija, Edmond de Rothschild AM sigue prefiriendo las estrategias de carry y la deuda híbrida (corporativa y financiera) y tiene previsto aumentar su exposición a la deuda emergente una vez que la señal de pivote de la Fed sea lo suficientemente fuerte.