Tras las elecciones generales, que han dejado abierta la puerta a un cambio de Gobierno en España, las sicavs están en el punto de mira por la idea de que vehiculizan las fortunas de los grandes patrimonios con importantes ventajas fiscales, pero lo cierto es que no siempre es así. Un claro ejemplo de ello es Robust Global Investment, una sicav lanzada en 2012 por Sergio Soro y Lluís Peralta que, desde un principio, tiene la filosofía de democratizar los servicios de inversión con la máxima transparencia y a través de una gestión totalmente independiente. Actualmente cuenta con unos 300 accionistas, con un patrimonio medio de entre 10.000 y 20.000 euros y un volumen total de unos 10 millones de euros.
“Hay mucha demagogia con el tema pero no creo que haya un cambio drástico en la fiscalidad. En todo caso, el enfoque político es erróneo: necesitamos una industria financiera estable y las sicavs son una puerta de entrada de gestores independientes que añaden valor al sector y generan puestos de trabajo”, dice Soro, consejero delegado de Robust Global Investment, en una entrevista con Funds Society. El experto está convencido de que en nuestro país hay hueco para una gestión independiente más cercana, transparente y que aporte valor a sus inversores.
Cuando lanzaron el proyecto, los fundadores lo hicieron con la idea de dar acceso al inversor minorista a una gestión global, y para ello crearon un vehículo mixto (que ya cuenta con 4 estrellas de Morningstar y está dentro del universo Smart-ISH de Abante) cuyo objetivo es batir al mercado pero asumiendo un riesgo inferior, algo que vienen consiguiendo desde su lanzamiento (con rentabilidades anuales de en torno al 8% y volatilidades del 7%). “Queremos que el inversor esté tranquilo”, explica Soro, que no se marca objetivos de volumen a medio plazo, pues para él éste es un “proyecto vital”.
Si optó por la figura de sicav y no de fondo es porque quería asegurar la independencia total, algo que cree clave: “Las sicavs tienen personalidad jurídica propia, lo que nos permite ser independientes y tomar decisiones sin conflictos de interés. Además, hemos aprovechado esta estructura para dotar al vehículo de un consejero delegado (Soro)”, de forma que cuenta con una doble supervisión (la de Robust, con Soro como CEO, y la de GVC Gaesco, que actúa también como entidad gestora y compañía a la que pertenece Peralta, dedicado a la gestión de la sicav). Y también optaron por la figura de la sicav para facilitar su comercialización, ya que cotiza en el MAB y adquirir sus participaciones es sencillo.
Un producto mixto conservador
Se trata de una cartera mixta que invierte en renta fija y variable dependiendo de las circunstancias del mercado y cuyo objetivo es preservar capital y reducir el riesgo con la inversión en renta fija pero también aprovechar el potencial de la renta variable para generar retornos. “Se trata de combinar la renta fija y variable para gestionar mejor los riesgos”, explica Soro. Su exposición más baja a bolsa fue con la crisis del euro, en 2012 (de un 25%) pero actualmente está en torno al 55% (algo menos que un mes antes debido a la volatilidad que podrían crear las decisiones de los bancos centrales). El resto está en bonos y repos.
Y esa decisión se toma en función de cuatro vectores, optando siempre por invertir en países y empresas con buenos fundamentales y sin deuda: el mercado y su situación; la economía (donde entran las políticas monetarias, muy positivas ahora por el BCE); las empresas y sus fundamentales; y la política, donde entran factores como los riesgos electorales (en España cree que aún no se han activado niveles de riesgo por las elecciones o el tema catalán) o las crisis de Oriente Medio y de los refugiados, Rusia o China.
Inversión en bolsa y renta fija
En la parte de acciones, donde considera que no están caras, apuestan por empresas con fuertes fundamentales, saneadas y, en general, empresas grandes capaces de ofrecer información sobre responsabilidad social corporativa, un filtro clave en su gestión. Su exposición a España es muy baja, más que por la volatilidad electoral por los fundamentales que buscan, lo que obliga a rechazar a sectores poco transparentes como la banca, regulados como las energéticas o endeudados como las constructoras, aunque sí están en CAF. “En España la idea de un desarrollo económico sostenible cala poco”, dice Soro; y destaca que aunque la ISR no ha demostrado ser más rentable, sí ayuda a reducir riesgos.
Ahora invierten en unos 14-15 valores a los que otorgan un peso de entre el 4% y el 5% y a los que realizan un intenso seguimiento, entre los que destacan gigantes tecnológicos como Apple, IBM o Microsoft o industriales como BMW, entre otras. En algunas ocasiones han salido firmas de la cartera al ser opadas (como Faiveley o Unit4) pero en general la rotación es baja.
Aunque reconoce que la deuda ofrece ahora rentabilidades muy bajas, consigue sus objetivos de protección para la cartera “jugando” con la duración: de hecho, actualmente sus posiciones tienen vencimientos menores de un año (todas vencen en 2016) y están sobre todo en deuda pública y de empresas sólidas de mercados como Reino Unido, EE.UU. –donde cree que la subida de tipos será gradual y celebra la primera subida al reflejar crecimiento y no penalizar los balances corporativos ni influir en el coste del capital-, Alemania, Italia o México (por su relación en EE.UU., su menor vinculación a las materias primas versus otros países de LatAm y por sus mejores fundamentales).
De cara a 2016, Soro es positivo porque confía en el crecimiento en EE.UU., aunque moderado, y ve buenos resultados en las empresas, exceptuando el sector de la energía. También ve el riesgo chino desactivado y, a nivel de política monetaria, a los bancos centrales de Europa y Japón “dispuestos a actuar si es necesario”. Donde ve riesgos es en el mundo emergente, ante las posibles salidas de capital en un entorno de subidas de tipos en EE.UU.