Fue a principios de noviembre de 2024 cuando, en medio de las miradas del mercado, el electorado estadounidense escogió a Donald Trump como su próximo presidente. Los mercados emergentes no estuvieron exentos de los efectos del “Trump trade” en las plazas internacionales. En la región se registraron flujos de entrada positivos, en suma, pero con salidas en la renta variable.
Cifras del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por su sigla en inglés) muestran que los flujos de portafolios no residentes a mercados emergentes alcanzaron los 19.200 millones de dólares netos en noviembre. Un resultado, agregaron, marcado por una fuerte divergencia entre la renta fija y la renta variable.
Los mercados de deuda emergente atrajeron 30.400 millones de dólares netos, “subrayando la persistente búsqueda de retorno en medio de las incertidumbre globales”, según describió el economista de la entidad, Jonathan Fortun. En cambio, las bolsas sumaron una salida de 11.100 millones de dólares netos, “recalcando la fragilidad de la confianza de los inversionistas de cara a panoramas políticos y económicos en evolución”.
Según el profesional, las elecciones de Estados Unidos –que terminaron con el republicano Donald Trump como futuro presidente– y sus efectos han arrojado “una sombra larga” sobre los mercados globales, influenciando profundamente en la dinámica de flujos hacia emergentes.
“Si bien octubre vio una incertidumbre en aumento alrededor de la elección misma, los flujos de noviembre fueron modelados por las reacciones del mercado al resultado de la elección y las implicaciones de la nueva administración”, indicó Fortun.
América Latina y China
En el desagregado de flujos de portafolios internacionales, las cifras del IIF muestran una preferencia por América Latina en el penúltimo mes del año. La región, señaló la entidad en su reporte, atrajo el mayor flujo de capital neto, con 6.500 millones de dólares.
Le siguieron Europa emergente, con 4.800 millones de dólares netos, y Asia emergente, con 4.600 millones de dólares. Finalmente, el flujo más modesto en la categoría se registró en África y el Medio Oriente, con la entrada de 3.400 millones de dólares.
Haciendo eco de las preocupaciones geopolíticas que rondan en la era Trump, China se vio impactado particularmente ese mes.
Las acciones chinas siguieron su trayectoria bajista, registrando un flujo de salida de 5.800 millones de dólares, extendiendo la dinámica que se observó en octubre, según destacó el IIF. “Este pesimismo sostenido alrededor de las acciones chinas está anclado en una confluencia de factores, incluyendo preocupaciones regulatorias, una desaceleración del crecimiento económico y tensiones geopolíticas persistentes”, explicó Fortun en el reporte.
A diferencia de los 37.300 millones de dólares que entraron a los mercados emergentes excluyendo a China, los mercados de deuda del gigante asiático vieron salidas netas por 7.500 millones de dólares.
Eso sí, la salida de capitales de la bolsa china no fue la única fuente de los flujos negativos en emergentes. Excluyendo a ese mercado, las salidas igual alcanzaron los 5.300 millones de dólares.