El dólar estadounidense se acerca cada vez más a la paridad con respecto al euro: se cambia a 1,06 dólares por euro, frente a los 1,12 a los que llevó a intercambiarse en su máximo de este año, allá por julio. En este escenario, la posibilidad de un cambio 1:1 entre ambas divisas está cada vez más cerca. Franco Macchiavelli, responsable de análisis en Admirals España, explica como motivos de este fortalecimiento de la divisa americana que la foto macro americana “aguanta mucho mejor que la europea”, lo cual lleva a la Reserva Federal estadounidense a mantener una línea restrictiva en política monetaria.
Además de ello, el dólar ha activado de activo refugio ante una serie de factores de riesgo, como la incertidumbre en la renta variable, todo ello gracias a su rentabilidad y liquidez, junto con el consiguiente aumento de los rendimientos de la deuda soberana a 10 años.
Pero, para Macchiavelli, para ver un escenario de paridad en el euro/dólar deberían producirse factores adicionales, como un posible incremento de los costes de la energía debido al reciente aumento en la escalada del conflicto en Oriente Medio. Sin embargo, en cuanto ajustes de política monetaria, el experto considera que la inflación en Estados Unidos “evoluciona positivamente”, con lo cual, la Reserva Federal podría optar adoptar medidas acomodaticias antes que Europa. El experto concluye que la perforación del nivel de 1,02 dólares por euro “sería el catalizador clave que acercaría al escenario de paridad”.
En Bank of America, los estrategas ofrecen más razones de la fortaleza del dólar: “las tendencias a largo plazo de los rendimientos y las divisas, la actual combinación de políticas monetarias restrictivas y fiscales muy laxas en Estados Unidos y el excepcionalismo estadounidense ayudan a explicar la reciente venta masiva de tipos y el repunte del dólar”. Pero, a partir de ahora, la firma cree que todo dependerá “del escenario de aterrizaje y de la rigidez de la inflación durante el proceso de desaceleración económica en la primera economía del mundo”.
Si las perspectivas de Macchiavelli eran de medio plazo, en Bank of America se centran en el largo plazo, horizonte en el que la firma ve riesgos de que los rendimientos se mantengan relativamente altos y que dólar siga fuerte en comparación con la historia reciente. “Este año hemos sostenido en repetidas ocasiones que esperamos que el dólar se mantenga fuerte mientras Estados Unidos permanezca en un escenario de no aterrizaje, en consonancia con la combinación de políticas y el excepcionalismo estadounidense. Si el mercado descarta los recortes de la Fed para el próximo año, el dólar puede fortalecerse aún más, como ocurrió cuando el mercado descartó las rebajas de tipos para este año”.
Bank of America también considera un escenario de aterrizaje forzoso con inflación “pegajosa” (estanflación o inflación lenta) como positivo para la divisa estadounidense, pero por razones diferentes: suponiendo que la Reserva Federal mantenga su objetivo de inflación, tanto los altos rendimientos como la aversión al riesgo apoyarían al dólar.
Desdolarización
En este escenario de fortaleza del dólar, existe un deseo creciente por parte de algunos países de alejarse de la divisa estadounidense como reserva dominante en el mundo. Por ahora, China y Brasil han estado explorando acuerdos monetarios bilaterales para liquidar sus operaciones comerciales y facilitar las inversiones. Por otra parte, Arabia Saudí podría estar considerando la posibilidad de aceptar el yuan chino en lugar del dólar estadounidense como pago por algunas de sus exportaciones de petróleo.
Las razones de este alejamiento son varias. En primer lugar, el interés de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica ) de reducir su dependencia del dólar estadounidense y de desarrollar una moneda común que compita con la divisa norteamericana, según explica Aninda Mitra, director de estrategia macroeconómica y de inversión en Asia de BNY Mellon Investment Management. El experto, además, añade que la tendencia a la desdolarización “se ha visto exacerbada por la invasión rusa de Ucrania y las repercusiones para el mundo en desarrollo de que un país enorme sea sancionado a tan gran escala”.
Pero Mitra cree que, por ahora, la fortaleza del dólar estadounidense sigue siendo sólida e intocable. Fundamentalmente, porque el «enorme privilegio» del dólar estadounidense como medio de cambio internacional, proveedor de liquidez y reserva de valor “permanece intacto en un futuro previsible” debido a que está bien arraigado en el ecosistema financiero mundial gracias a las alianzas geopolíticas históricas de Estados Unidos.
Según el FMI, el dólar estadounidense representa el 59% de las reservas mundiales de divisas, seguido del euro con el 19,8%, y el yen japonés con el 5,5%, mientras que el yuan chino solo representa el 2,6%7. El PIB de Estados Unidos supone el 25% del PIB mundial, y China el 18%. Estados Unidos también representa la mayor parte del volumen de negocios en divisas, de la emisión de bonos internacionales y de los préstamos transfronterizos, según apunta Mitra que señala que «incluso con una disminución creciente de su uso en un horizonte temporal más largo, es probable que el dólar siga siendo la única divisa más importante en el comercio y las finanzas internacionales».
El experto es consciente de que el uso del yuan chino en los pagos comerciales “está a punto de aumentar”, pero en última instancia “necesitará cambios institucionales profundos o cambios en el régimen político para transformarse realmente en un activo de reserva”.