El oro ha marcado un nuevo récord esta semana al alcanzar la cota de los 2.000 dólares. Los analistas señalan que es un hecho histórico, pero no una sorpresa, ya que el precio del metal precioso ha estado empujado por las tensiones entre EE.UU. y China y los temores sobre el impacto económico de la pandemia del coronavirus.
Una tendencia alcista que ya explicaban la semana pasada los analistas y que, en opinión de Steven Dunn, Head of Exchange Traded Funds de Aberdeen Standard Investments, seguirá contando con los mismos factores catalizadores. “A medida que los inversores siguen enfrentando la volatilidad y la incertidumbre, el atractivo de los activos refugio seguros como el oro y la plata sólo aumentará», apunta Dunn.
Como consecuencia, explican desde Monex Europe, “el atractivo del oro como reserva de valor se fortalece, ya que los mercados se enfrentan a la perspectiva de una prolongada recuperación global y la degradación de las monedas fiduciarias tras la notable expansión monetaria y fiscal, incluyendo al dólar”.
En este sentido, Jack Janasiewicz, gestor de carteras de Natixis IM, señala que el dólar es otro de los factores que está impulsando el oro. “El dólar ha empezado su contracción ante muchas de las principales divisas en el mundo. Y si bien algo de esto podría ser más en función de la fortaleza del euro, un dólar más débil también actúa como un catalizador para el oro a la vez que los inversores buscan una vez más un activo en el cual retener su poder adquisitivo”.
Ahora bien, ¿cómo le afectará al oro que el dólar se debilite? Según matiza Janasiewicz, cualquiera que sea la razón que se quiera citar para la debilidad reciente del dólar, este es solo otro catalizador para que el oro escale más. “El oro cotiza en dólares y si el dólar cae en valor, el oro se vuelve más barato para la compra”, explica.
Otros tres catalizadores
Dejando a un lado el efecto que tienen el dólar en el oro, Janasiewicz apunta otros tres factores que explican el rally del metal precioso. El primero son las tasas reales: “Como el oro no produce rendimientos, este siempre ha sido un argumento en contra del oro para mantener el activo. Con las tasas nominales de los títulos de renta fija tradicionales tan bajas y los rendimientos reales ahora negativos, y en movimiento más negativo aún, ese argumento ya no es un viento en contra”.
En segundo lugar, y relacionado, la oferta de activos de renta fija de refugio seguro que poseen un rendimiento negativo está aumentando cada día últimamente. En este sentido, a medida que la oferta de activos que ya no tienen un rendimiento positivo sigue aumentando, se ejerce más presión alcista sobre los activos de refugio alternativo como el oro.
Por último, desde la perspectiva de la construcción de la cartera, con los rendimientos nominales de los bonos disminuyendo, la funcionalidad de la renta fija para servir como contrapeso de la cartera y compensación del riesgo de la renta variable sigue disminuyendo.
“A medida que los bonos del Tesoro de EE.UU. se acercan cada día más al límite inferior cero, la capacidad de que los rendimientos aumenten bruscamente en tiempos de volatilidad de la renta variable se hace más difícil; es algo parecido a la convexidad negativa de los títulos hipotecarios, por ejemplo. Hay mucho más espacio para que los rendimientos se recuperen cuando están en el 4%, por ejemplo, frente a cuando están en el 0,5%.Como resultado, la utilidad que la renta fija proporciona en un contexto de construcción de carteras es cada vez menor cada día. Los bonos soberanos no están proporcionando rendimientos reales, a medida que se acercan al límite inferior en términos de su capacidad para compensar el riesgo de la renta variable en tiempos de tensión. En consecuencia, los inversores están recurriendo a otros medios de compensación del riesgo de la renta variable y el oro es una de las opciones”, explica Janasiewicz.
¿Dónde está el techo?
Ya sabemos lo que impulsa el precio del oro, pero ¿hasta cuánto podría avanzar? Janasiewicz lo ve claro: “Hasta que estos cuatro catalizadores no disminuyan, es difícil ver alguna presión significativa en la historia del oro”.
Para entender lo que está ocurriendo hay que tener en cuenta que la base de compradores de oro es un tanto diferente que aquella de los compradores tradicionales de renta fija. “El oro todavía conlleva una base más especulativa de inversionistas, una que lo cotiza como una materia prima y una posición de renta y no necesariamente como una inversión de largo plazo per se. Un ligero sesgo en este aspecto, lo cual le otorgará el potencial para una mayor volatilidad si se compara con un activo competidor como la renta fija soberana que actúa también como refugio. Debido a esto, el oro pareciera mucho más sensible a las posiciones de los inversionistas y al sentimiento que los bonos del Tesoro y activos de refugio por ejemplo, y ciertamente hemos visto un fortalecimiento constante de las posiciones en oro durante los últimos meses”, concluye el gestor de Natixis IM.