La moderación del dato estadounidense de IPC de julio, que se situó en el 8,5% interanual frente al 9,1% de junio, dio ayer un respiro al mercado y la renta variable de EE.UU. se recuperó. Pese a las buenas noticias, los analistas y economistas de las gestoras advierten de que es pronto para cantar victoria y dar por hecho que la inflación “ha sido dominada”.
Según explica Paolo Zanghieri, economista senior de Generali Investments, “los precios de la energía y de las materias primas siguen siendo los principales impulsores de la inflación, por lo que la flexibilización de la inflación general del IPC, aunque reduce los temores de movimientos demasiado agresivos por parte de la Fed, no supone un cambio de juego para la política monetaria”.
Para Tiffany Wilding, economista de EE.UU. en PIMCO, y Allison Boxer, economista en PIMCO, suponiendo que los precios mundiales de los alimentos y de la energía mantengan su reciente relajación, es probable que junio marque el máximo de la tasa interanual de la inflación general. “Sin embargo, la tasa interanual de la inflación subyacente se acelerará probablemente en agosto y no alcanzará su máximo hasta septiembre. Las categorías que impulsaron la debilidad de julio en la inflación subyacente, tarifas aéreas y hoteles, tienden a ser más volátiles, mientras que los componentes más firmes (alquileres / alquileres equivalentes a los de los propietarios) se mantuvieron firmes”, explican.
En opinión Zanghieri, la desaceleración de la tasa subyacente es un indicador tentativo de que podemos habernos acercado al pico de la inflación, pero considera que los alquileres siguen aumentando a un ritmo muy acelerado y pasará tiempo antes de que el enfriamiento de los precios de la vivienda afecte a este componente clave de la cesta de consumo. “Así que el descenso a una tasa de inflación razonable llevará meses”, matiza.
Sin duda, el dato cayó bien y, según recoge el análisis diario de Banca March, se reflejó en las bolsas. “La moderación del dato de IPC en EE.UU. trajo ayer alegría a los mercados de renta variable, con ascensos capitaneados por Wall Street (S&P +2,1%: Nasdaq +2,8%) y no tanto entusiasmo en Europa (Eurostoxx 50 +0,9%; Ibex +0,4%). Menores presiones inflacionistas que, al menos en la sesión de ayer, hicieron creer a los mercados en un potencial freno en la agresiva senda de subida de tipos, favoreciendo en la jornada a la tecnología y valores de consumo”, explican.
Según Steve Clayton, gestor de fondos de Hargreaves Lansdown Select, “los inversores tomaron esto como una señal de que la escala de las subidas de los tipos de interés en EE.UU. podría ser menor de lo que se temía en un principio y subieron las acciones. Al cierre, el índice S&P 500 subía un 2,1% y el índice NASDAQ Composite, con un alto componente tecnológico, un 2,9%. Los inversores podrían haberse alegrado, pero la Fed quiso echar un jarro de agua fría sobre el entusiasmo de los mercados”.
Una Fed inamovible
En este sentido, los analistas de Banca March destacan que la Fed no mostró ningún signo de relajación tras conocerse el dato. Según explican, “no parece que un solo dato sirva para que la Fed cambie su posición de decidida lucha contra la inflación, y así lo han hecho saber miembros de la institución como Neel Kashkari, presidente de la Fed de Minneapolis, o el de Chicago Charles Evans, que admite que los precios se mantienen en niveles inaceptablemente altos”.
Así, y a tenor de estos discursos y de la propia senda de endurecimiento monetario reciente, desde Banca March estiman que los tipos volverán a subir de forma agresiva en septiembre, hasta 75 puntos básicos, aunque sin descartar un tono del discurso algo más suave. “Nuevas pistas llegarán, no obstante, en la reunión de banqueros centrales de Jackson Hole, en este mismo mes de agosto, para tener una idea más clara de cuándo la Fed cejará en una visión más agresiva”, recuerdan.
Desde las gestoras, sus analistas y expertos comparten esta misma reflexión. “En cuanto a la Reserva Federal, este informe será sin duda un alivio, pero seguimos asignando una probabilidad relativamente alta a que suba otros 75 puntos básicos en septiembre. Sin embargo, seguimos pensando que los funcionarios de la Fed estarán preocupados por la tendencia subyacente de la inflación, que parece haber vuelto a aumentar. Las medidas básicas de inflación, que son mejores predictores de la inflación futura, se han acelerado, con la profundidad y amplitud de las presiones inflacionistas en todos los artículos de la cesta de precios al consumo”, añaden las economistas de PIMCO en su último análisis.
Zanghieri también reconoce que el dato aporta “moderadamente buenas noticias”, pero considera que la tarea de la Fed sigue siendo muy difícil. “Las muy positivas cifras de empleo de la semana pasada y los continuos signos de crecimiento salarial muestran que el mercado laboral sigue un patrón de crecimiento extremadamente positivo. Los limitados y tímidos avances en el frente de la inflación visibles en los datos que acaban de publicarse no son suficientes para que la Fed pivote hacia un ritmo de normalización mucho menos agresivo. Nuestra línea de base sigue siendo una subida de 50 puntos básicos en septiembre, con cierto riesgo de otro movimiento de 75 puntos básicos como en julio”, añade.
Por último, David Kohl, economista jefe en Julius Baer, considera que la menor impresión de la inflación aumenta la probabilidad de que la Reserva Federal frene su ritmo de subidas de tipos en su próxima reunión del 21 de septiembre. “ Debería ser aún más probable si la próxima publicación de la inflación en septiembre, antes de la reunión, confirma que la presión de la inflación está cediendo. Aumentamos la confianza en nuestra opinión de que la Fed ralentizará el ritmo de subidas de tipos en las próximas reuniones y subirá el tipo objetivo de los fondos de la Fed en 50 puntos básicos, hasta el 3%”, concluye Kohl.