Los desplomes bursátiles de las últimas semanas, provocados por la crisis del coronavirus, se han visto reflejados fielmente en las carteras de los fondos que invierten en el activo, y que han cerrado el primer trimestre del año con números rojos en mayúsculas. Pocos se salvan de la quema. En el caso de los gestores value, que invierten con el margen de seguridad y la paciencia como principales herramientas, las caídas también han sido pronunciadas, si bien reconocen que un escenario de desplomes generalizados abre oportunidades para la inversión, ante la posibilidad de encontrar, por primera vez en mucho tiempo, compañías con márgenes de seguridad muy amplios.
Otra “ventaja” es que, para los ahorradores que dispongan de liquidez, invertir ahora en esas carteras les ofrece potenciales de revalorización muy elevados (es decir, la diferencia entre el valor liquidativo y su valor potencial, es decir, lo que podrían ganar invirtiendo en un momento determinado si los valores en cartera alcanzaran los precios objetivos diseñados por los gestores), en la mayoría de los casos superiores al 100%. Con todo, en un contexto en el que la crisis sanitaria está desembocando en una situación de ralentización económica, y potencial recesión, las perspectivas y futuros beneficios de muchas compañías están bajo revisión, lo que podría llevar a algunas gestoras value a reconsiderar los precios objetivos y a actualizar esos potenciales de revalorización en los próximos meses.
La cautela hace que algunas entidades hayan eliminado ese parámetro de sus comunicaciones comerciales y fichas de los fondos, y huyan de utilizar estas cifras con propósitos de marketing, o prefieran no hacer públicos esos cálculos, al menos hasta que no evalúen en profundidad y con el tiempo el impacto de la crisis en las compañías en las que se posicionan. Porque ver como positivo el hecho de que las caídas se traduzcan de forma inversamente proporcional en los potenciales de revalorización puede ser, si no hay revisión de las carteras de por medio, un tanto perverso. Y también porque los modelos de valoración son diferentes y pueden llevar a comparaciones no homogéneas entre distintas entidades. Otras gestoras, no obstante, optan por mantenerlo en sus comunicaciones, si bien explican a sus clientes el impacto del COVID-19 en los nombres que tienen en cartera.
Rentabilidades por debajo de los índices
En general, las gestoras value españolas no han logrado moderar las caídas de los índices bursátiles en el primer trimestre del año. “Este trimestre, se ha caracterizado por sus fuertes caídas, fruto del pánico vendedor de los inversores y del incremento de la demanda de liquidez, ante la incertidumbre económica derivada de la pandemia del coronavirus. Así, Horos Value Iberia ha perdido un 35,1% frente al 27,6% de su índice de referencia. Por su parte, Horos Value Internacional se ha depreciado un 30,2% frente al 19,6% de su índice de referencia”, explican desde la gestora.
En el caso de los fondos de Buy&Hold la evolución en lo que va de año ha sido peor que la de sus índices de referencia debido al importante peso que tienen en las carteras en líneas aéreas y sectores vinculados, con empresas como Ryanair, Wizzair, Booking, Safran, Airbus o Amadeus. “Creemos que el potencial de estos valores es muy importante y aunque creemos que la recuperación será lenta, en el medio plazo no tenemos dudas de que seguiremos volando y viajando como lo hacíamos antes de la propagación del virus”, dice Antonio Aspas, socio de la gestora.
En el caso de los fondos de Magallanes Value Investors, en el primer trimestre han caído más de un 30% frente a bajadas del 23% en el MSCI Europe Index.
En la gestora de Francisco García Paramés, Cobas AM, la cartera europea del Cobas Selección ha sufrido caídas en un mes superiores al 23%, y al 45% a un año, frente a caídas respectivas del índice MSCI Europe Total Return Net del 15% y 18%. En el caso de la cartera ibérica, los números rojos también superan a los de los benchmarks de referencia.
Potenciales de revalorización por encima del 100%
Esas caídas, no obstante, están ayudando a que los potenciales de revalorización de las carteras, para el que tenga liquidez para invertir ahora, supere el 100%. Por ejemplo, Horos habla de potenciales históricos: “Las grandes caídas de los mercados y los movimientos de cartera explican que los potenciales de revalorización de nuestros fondos se sitúen en niveles nunca vistos”. Así, Horos Value Internacional presenta una potencial del 265% y Horos Value Iberia del 195%. En el caso de la gestora de Francisco García Paramés, el potencial de revalorización del Cobas Selección sobrepasa el 250% mientras en el Cobas Iberia supera el 180%.
Magallanes Value Investors, la gestora fundada por Iván Martín, estima potenciales del 140% para sus carteras europeas e ibérica y del 150% para su fondo de microcaps, si bien están en todo momento monitorizando las compañías: “Nuestros esfuerzos estos días se centran en monitorizar la solidez financiera de nuestras empresas, para asegurarnos de que podrán aguantar el período de alerta sanitaria y lo que tarden en volver a la normalidad”, explican desde la gestora. En su caso, analizan el impacto en las valoraciones basándose en un escenario de recuperación paulatina hacia niveles previos a la crisis y creen que es importante diferenciar entre el impacto en los resultados de este año y el efecto en el valor intrínseco a largo plazo: “Ante caídas en precio del 10% en un solo día para algunos valores, nos cuesta trabajo creer que el valor fundamental de dichos negocios lo haga en la misma proporción. Estamos convencidos de que esto no es así. Obedece más bien a vendedores en pánico dispuestos a vender acciones por debajo de su verdadero valor fundamental”, dice Iván Martín, su fundador, en su última carta a inversores.
Así, mientras que el precio de sus acciones ha caído alrededor del 30%, el valor intrínseco de las mismas apenas ha variado significativamente, defiende. En la gestora, han agrupado las inversiones en tres categorías según impacto esperado: neutro o positivo, moderato o indeterminado (con impacto medio en el valor fundamental del 10%) y alto (con una reducción del valor del 20%). Como ejemplo, el 70% de la cartera europea se encuentra dentro de la categoría neutro/positivo, un 20% en moderado y un 10% en alto.
Cautela en los potenciales de revalorización
Pero debido precisamente a la posibilidad de ver impactos futuros en las compañías, y futuros ajustes de precios, algunos defienden que hay que tomar esta cifra de revalorización con mayores reservas que en el pasado. Esta es la es la razón por la que algunas gestoras ya no la ofrecen en sus comunicaciones públicas ni comerciales. “Todavía es pronto para poder reconfirmar los valores objetivos de hace solo un mes, y también imprudente cambiarlos”, decía a Funds Society una gestora value española, porque “es tan grande el potencial” que les sale que optan por la prudencia. Otras fuentes ven «perverso» el hecho de que las caídas se traduzcan de forma inversamente proporcional en los potenciales de revalorización, si no hay revisión de las carteras de por medio.
“El mundo de los value es muy diverso y la composición de sus carteras también, por lo que la caída y potencial de revalorización dependerá del fondo”, explica Aspas. Hay sectores muy castigados que lo están aún más con estas caídas como el de energía, autos y retail a los que se han sumado otros sectores extremadamente castigados por la crisis del coronavirus, como son todos los relacionados con el turismo, tales como hoteles, líneas aéreas y sectores relacionados con ellas, tenedoras de inmuebles, etc… El potencial de recuperación en todas estas compañías dependerá en gran medida de dos factores: la duración de la crisis y la salud financiera de cada empresa en particular, que evite tener que realizar una ampliación de capital, solicitar un rescate o en el peor de los casos, ir a un concurso de acreedores”, añade.
Hablando primero de lo ocurrido en Asia, que creen que se va a repetir en Europa, Beltrán de la Lastra, director de Inversiones de Bestinver, explicaba en un vídeo publicado a finales de marzo que “las consecuencias del parón de fábricas y centros de producción suponen una reducción de la actividad económica, que llevará a caídas del crecimiento mundial que posiblemente jamás hayamos visto en nuestras vidas, al menos en el primer trimestre y en el comienzo del segundo”. Y, en este escenario, “las compañías no son inmunes: se van a ver profundamente afectadas, nos vamos a sorprender de caídas muy potentes en los resultados empresariales, tanto de ventas como del beneficio”, añade.
Una gran oportunidad de inversión y suscripciones en los fondos
En lo que sí están de acuerdo los profesionales es que ahora hay una gran ventana de oportunidades para la inversión, algo que entienden sus partícipes, que aprovechan el momento para entrar en los fondos, tras las fuertes caídas.
Según los gestores de Azvalor, están “ante la segunda mejor oportunidad de inversión” de su vida profesional, con “compañías buenas, con activos muy sólidos, que están a un precio anormalmente bajo debido al contexto internacional”, explican fuentes de la gestora. Y esas oportunidades se trasladan a las operaciones y a los flujos: en marzo, registraron un total de 148 altas en fondos y 14 en planes de pensiones, un incremento del 151% en fondos y del 40% en planes, con respecto a febrero. En total incorporaron a 162 nuevos partícipes, lo que significa un incremento del 134% con respecto al mes anterior. En cuanto a operaciones, en marzo atendieron 1.524, un 136% más, lo que lo convierte en el mejor tercer mes en el registro de los últimos tres años. También destacan que el número total de compras adicionales (1.362) es el mejor desde 2017 y que los traspasos de salidas cayeron más de un 55% con respecto a febrero.
También para Javier Ruiz, director de Inversiones de Horos AM, la oportunidad es muy buena: “Estamos convencidos de que estamos ante una extraordinaria oportunidad de inversión”, lo que ha llevado a que en marzo, uno de los peores meses para los mercados que se recuerda, hayan tenido suscripciones netas en sus fondos.
Al analizar el momento, en Cobas AM explican que sus inversores saben que existen periodos de rentabilidad negativa o baja y de alta volatilidad, que es cuando aprovechan para comprar a precios bajos valores con un alto potencial de revalorización. “Nos aprovechamos de las caídas de los mercados para obtener precios más bajos en los valores seleccionados, aunque suframos a corto plazo”, máxima que forma parte de su filosofía de inversión. Es decir, aprovechan las irracionalidades de los mercados para comprar empresas buenas a precios muy bajos. Y eso es precisamente lo que están haciendo ahora en la gestora, y los partícipes, que han llevado suscripciones netas de 5 millones de euros a los fondos en la primera mitad de marzo. “Durante la semana se han realizado 1.335 operaciones con clientes, siendo 1.157, un 87%, operaciones de suscripción o traspaso de entrada. Realmente muchos inversores están aprovechando la oportunidad que nos presenta el mercado en las situaciones de mucha incertidumbre», decía Francisco García Paramés en un comunicado a clientes el pasado 23 de marzo: la tercera semana del mes se cerró con suscripciones cercanas al millón de euros.
“Hemos encontrado oportunidades de inversión sobre todo en algunos de los valores que ya forman parte de nuestra cartera, que han resultado muy penalizados en la corrección, y también en alguna compañía que seguimos desde hace tiempo y cuya valoración ahora es suficientemente atractiva. El momento es bueno para un inversor que tiene liquidez y un horizonte temporal de largo plazo. Es imposible saber cuándo es el mejor momento, pero como decía Sir John Templeton, el momento de máximo pesimismo es el mejor momento para comprar”, añade Iván Martín desde Magallanes, donde también han registrado entradas netas de 4 millones de euros en marzo. “Es imposible saber dónde está el suelo de mercado, pero no es tan difícil saber cuándo se está comprando lejos, muy lejos, de máximos, y eso, generalmente funciona”, apostilla.
Para Bestinver, todo depende del perfil de inversión pero, para alguien con un horizonte temporal largo plazo, “hoy no es momento para el pánico: sí es momento de preocupación, pero es un momento en el que mirar lejos nos debe ayudar”. En su caso, con prudencia y paciencia, están aprovechando oportunidades que ofrecen compañías que conocen muy bien y que a largo plazo tienen balances y funcionamientos operativos sólidos –a pesar del impacto que pueda tener la crisis a corto plazo-, con mucha prudencia y sensatez, dice De la Lastra, aunque la inversión ahora pueda resultar «incómoda».
La oportunidad del value
“Llevamos más de una década con un peor comportamiento relativo de la gestión en valor. Pero si analizamos los tres cambios de ciclo que se han sucedido durante los últimos 25 años, podríamos pensar que nos encontramos muy cerca del punto de inflexión a favor de ésta”, añade Carlos Val-Carreres, asesor del Value Strategy, de Singular Bank. “Es curioso cómo en las caídas siempre nos da pánico comprar, no teniendo esa sensación de miedo en las subidas cuando nos desprendemos de una excelente compañía (y corremos el riesgo de perdernos la mayor parte de su creación de valor) o cuando compramos una compañía en máximos históricos sencillamente porque está de moda. El comportamiento humano es así, la percepción del riesgo es completamente asimétrica con una tendencia clara a sobreactuar tanto en los momentos de pánico como en los de euforia”. En su opinión, la clave está en optar por compañías “capaces de crecer y generar retornos a lo largo del ciclo superiores a su coste de capital”. “Comprar barato nunca dejará de tener sentido, y por eso siempre apoyaremos la idea de que tiene sentido comprar compañías con una elevada generación de valor”, añade.
En su opinión, en este escenario de máxima incertidumbre, “es fundamental enfocarse en entender qué va a cambiar de forma estructural a peor y también, como siempre que hay una crisis, a mejor”. Ellos han identificado dos grandes tendencias estructurales fruto de la pandemia: una economía más básica y próxima, a la par que más digital y que las compañías con un balance sólido y caja neta no solo preservarán mejor el capital, sino que entenderán la crisis como una oportunidad.