El coronavirus se convertirá en un evento que definirá muchas tendencias sociales, de negocio y crediticias. No obstante, el impacto para los servicios será a corto plazo. Desde Moody’s advierten que sus efectos a largo plazo cambiarán fundamentalmente muchos aspectos de la macroeconomía, la vida empresarial y el comportamiento del consumidor.
La crisis ha acelerado las tendencias disruptivas ya existentes y está provocando que se replanteen los hábitos convencionales. Esta tendencia tiene, según el informe, el potencial de remodelar los modelos de negocio, las preferencias del consumidor y las dinámicas competitivas. Aunque muchas de las consecuencias a largo plazo están aún por ver, desde la entidad señalan tres áreas principales en las que el impacto para los proveedores de servicios financieros será duradero.
La primera de estas áreas son los tipos de interés, que seguirán “severamente deprimidos” y erosionando la rentabilidad. Según Moody’s, la recesión económica obligará a los bancos centrales a mantener tipos de interés bajos, e incluso negativos, durante varios años más y a impulsar a los gobiernos a aumentar el estímulo fiscal. A largo plazo, el informe advierte de que esto podría tener consecuencias inciertas y diversas implicaciones para los bancos y las aseguradoras como, por ejemplo, la reducción de las ganancias.
El impacto de las bajas tasas podría ser, además, mayor en las regiones donde la curva de rendimiento se mantenga relativamente estable al salir de la crisis, como la zona euro, según el informe, y en aquellas zonas donde las recientes bajadas de tipos a corto plazo han sido mayores, especialmente en los Estados Unidos, donde los bancos también están fuertemente financiados por depósitos.
Al mismo tiempo, el informe destaca que “también habrá beneficiados del dinero fácil y del crédito”. Así, los inversores y fondos que poseen bonos basura se benefician de los programas de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo que respaldan los precios de los bonos de grado especulativo, y los fondos mutuos del mercado monetario se benefician de los inversores que buscan seguridad en la deuda pública a corto plazo.
En segundo lugar apunta que un factor determinante será la evolución de la pandemia. Según sus consideraciones, el brote actuará como un “poderoso catalizador” para una migración acelerada a los procesos y servicios digitales. Dentro de los servicios financieros, el distanciamiento social creado un impulso en la demanda de comercio online, pago contacless y transferencias digitales de efectivo.
“Es probable que los consumidores que han optado por nuevas formas de comprar y trabajar no regresen completamente a sus viejos hábitos una vez se hayan levantado las restricciones, como resultado de los beneficios funcionales y de utilidad, así como la mejor experiencia de usuario”, subrayan desde la entidad.
Del mismo modo, las compañías de servicios financieros destacan como uno de los principales beneficiados del teletrabajo. Se trata de empresas basadas en información que requieren muchos gastos y donde la mayor parte del trabajo se puede hacer de forma remota. En este sentido, el informe asegura que “los ahorros potenciales son considerables”.
No obstante, la transformación digital no se producirá sin inconvenientes. La conveniencia y universalidad de compañías tecnológicas como la unidad de Google de Alphabet Inc. (estable Aa2) y PayPal (estable A3) para transacciones comerciales en línea o Venmo y Apple Pay para pagos sin contacto serán difíciles de replicar para los titulares, según el informe.
Por último, Moody’s apunta el tercero de los factores: la crisis sanitaria y económica aumentarán la atención sobre el comportamiento social corporativo. El objeto de las regulaciones prudenciales se basa en establecer un equilibrio entre la tendencia natural de las instituciones capitalistas de obtener beneficios con la necesidad de mantener la estabilidad financiera y el bien social más amplio. Sin embargo, desde la crisis de 2008, el equilibrio entre estas dos fuerzas ha cambiado a favor de la última, según el informe, tras la percepción de que la industria financiera recibió una parte excesiva de las rentas económicas. “Ahora es probable que el cambio se refuerce a favor del bien público”, subrayan desde Moody’s.
Por otro lado, el informe destaca que muchos bancos están ofreciendo alivio de préstamos hipotecarios y de otro tipo, en respuesta a la presión política. En este sentido, desde Moody’s esperan que se canalicen fondos públicos masivos hacia el sector corporativo y doméstico y que sean las autoridades públicas quienes determinen, de forma parcial, los criterios de crédito, la fijación de precios y la gestión de estos préstamos.
Asimismo, las aseguradoras se han visto sometidas a una fuerte presión de ciertos gobiernos y sociedades para pagar pólizas en relación con el coronavirus que no están actualmente cubiertas, como el seguro de interrupción de negocios. Además, el informe añade que también se les ha exigido que acepten demoras en los pagos de las primas sin cancelar la cobertura y que brinden otros medios de alivio financiero a sus clientes.
Por último, según el informe de Moody’s, los gestores ya son conscientes del creciente enfoque en ESG y el escrutinio de los clientes en sus acciones según estos criterios. Los mayores inversores institucionales y poseedores de capital, en particular los fondos soberanos y las pensiones, buscan cada vez más incorporar criterios ESG más amplios y obtener utilidad en sus activos más allá de los retornos.