Para Anthony Ginsberg, co-creador del ETF HAN-GINs Indxx Healthcare Innovation (WELL), una de las principales lecciones que nos deja el coronavirus es que el sector de la innovación sanitaria tendrá un «próspero y gran crecimiento». En su opinión, este potencial tiene su origen en la exposición que han sufrido los sistemas de salud públicos y privados de casi todas las economías del mundo.
En concreto, Ginsberg considera que la crisis ha puesto de manifiesto los beneficios de la racionalización de la regulación y la innovación en áreas como la telemedicina y las tecnologías de salud digital. “Las empresas de tecnología desempeñarán un papel más importante para satisfacer la necesidad de mayor transparencia de datos y de registros electrónicos individuales de salud. Las tendencias que observamos incluyen el desarrollo acelerado de registros de pacientes, a medida que las empresas de atención de la salud construyen registros de datos. Además, el uso de prendas de vestir y otras tecnologías orientadas al consumidor puede aumentar después de la pandemia, integrando los datos de estos dispositivos con los registros médicos individuales», afirma.
Según su análisis hay varios temas clave que apoyarán el crecimiento del sector de la innovación en el cuidado de la salud. El primero de ellos son los propios fabricantes de dispositivos y productos médicos, ya que su demanda durante esta pandemia se ha disparado. La previsión es que, de cara a controlar futuros brotes o nuevas epidemias, siga habiendo una fuerte demanda por parte de los países.
El segundo aspecto clave será el mayor desarrollo y uso de la “telemedicina”, es decir, la atención virtual. “Las empresas que prestan servicios virtuales se están convirtiendo en la norma de atención en este entorno, ya que los proveedores están limitando las visitas en persona a los casos agudos y de emergencia”, apunta Ginsberg. En tercer lugar sitúa a la “salud en el hogar”. Señala que las empresas que prestan servicios de atención domiciliaria van a seguir notando un aumento de volumen de trabajo, ya que la autocuarentena se ha convertido en una medida popular para luchar contra el coronavirus.
“Las tecnologías de salud digital podrían ver acelerada su adopción. Las farmacias digitales podrían ofrecer oportunidades a los inversores, y las principales empresas de comercio electrónico probablemente acelerarán la entrada en el mercado de la atención de la salud», añade Ginsberg.
Para concretar su visión sobre el potencial de este sector, Ginsberg creó la estrategia HAN-GINS Indxx Healthcare Innovation UCITS ETF (WELL). Se trata de un fondo cotizado en la Bolsa de Valores que cotiza en la LSE, XETRA, SIX y Borsa Italiana. Sigue el índice temático Indxx Advanced Life Sciences & Smart Healthcare (Net Total Return), un índice diseñado para medir el rendimiento de las empresas de gran, mediana y pequeña capitalización que cotizan principalmente en una bolsa en los mercados desarrollados y emergentes que participan en el sector de Advanced Life Sciences & Smart Healthcare. El fondo WELL experimentó un crecimiento del 23,98% en los últimos 3 meses, y en los últimos 12 meses ha aumentado su valor en un 18,77%(1). El NAV de WELL alcanzó un máximo histórico de 9,41 dólares el viernes 3 de julio, según Bloomberg.