Al igual que ha ocurrido en las principales economías del mundo, el crecimiento del PIB en el tercer trimestre en España, con un incremento del 16,7% intertrimestral, no ha sido suficiente para compensar las caídas de los trimestres anteriores. Así lo advierte el último informe del Consejo General de Economistas (CGE).
En este trimestre la segunda ola de la pandemia, con el aumento del número de contagios y las restricciones impuestas, está teniendo un efecto negativo en el turismo, la hostelería, la restauración y las actividades artísticas. Por ello, se estima que el PIB podría decrecer con respecto al trimestre anterior, aunque con una caída inferior al 3%. En cualquier caso, la entidad mantiene la previsión de contracción del PIB en tasa interanual del 12,2% a final de año.
En cuanto a 2021, los economistas rebajan la previsión de crecimiento realizada en septiembre, desde el 7,2% al 5,5%. La incertidumbre existente en la continuidad de muchas empresas y de los empleos, una vez finalice la prórroga de los ERTEs, así como la moratoria en la solicitud de concurso de acreedores de las empresas, podría dar lugar a paro de larga duración y a insolvencia de empresas, con el consiguiente riesgo financiero.
En este sentido, se mantiene la estimación de que la tasa de paro se sitúe en torno al 18% para este año, por encima del 17,1% estimado por el Gobierno. También hay que tener en cuenta que, probablemente, en 2021 una gran parte de los ERTEs se conviertan en despidos definitivos, en muchos casos para trabajadores sin cualificación y con pocas posibilidades de recolocación y, por tanto, esto afecte a su capacidad adquisitiva, lo que afectará al consumo.
“Esta incertidumbre está provocando que la tasa de ahorro de los hogares sobre la renta disponible bruta trimestral, corregida de efectos estacionales y de calendario, se haya situado en el 22,5% en el segundo trimestre, 12,3 puntos superior a la del trimestre anterior”, explican desde el CGE.
Se estima que, para final de año, la tasa interanual se modere, situándose en torno al 18%, y que, en la medida en que la incertidumbre sanitaria se vea reducida por la vacuna, se incremente el consumo privado en 2021 hasta llegar a una tasa de ahorro en torno al 8%/10%.
Por otra parte, la propuesta de limitación de los precios de los alquileres puede provocar el efecto contrario en el mercado inmobiliario, creando inseguridad jurídica y desincentivando la inversión en este sector. Por ello, la entidad aboga por otro tipo de medidas, como pueden ser las ayudas al alquiler o la construcción y compra de edificios para destinar a vivienda en alquiler social y/o precio limitado con algún tipo de subsidio público que permita la colaboración público-privada para la construcción de un parque de vivienda asequible.
El incremento del gasto público y el desplome de la recaudación hace que se estime un déficit público entre el 12% y el 15%. Según los economistas, la deuda pública podría situarse en torno al 120%-125% en 2020.
Por otro lado, el CGE advierte que el efecto de los fondos europeos en la economía puede no ser suficiente para evitar los cierres de pequeñas y medianas empresas, dado que, para acceder a estos fondos, los proyectos deben estar alineados con las prioridades definidas por la Unión Europea: digitalización, economía verde, competitividad industrial, aspectos generalmente en manos de grandes empresas.
“Sería necesario que los fondos europeos se destinaran a realizar las reformas necesarias que permitan corregir las deficiencias de nuestra economía y elevar la productividad, es decir, que vayan ligadas a la modernización de la economía”, subrayan los economistas.
En ese sentido, dado que el 95% del tejido empresarial español está formado por pymes, el CGE asegura que es fundamental su reestructuración, potenciando la tecnología y la digitalización para mantenerse en el mercado.
Asimismo, la Ley de Presupuestos Generales del Estado, cuyo proyecto está siendo objeto de debate actualmente por el Congreso, se basa en un incremento del PIB en 2021 del 9,8%, incluyendo la aportación de los fondos europeos, estimación que, según los economistas, es difícil que se cumpla, dada la incertidumbre sanitaria, social y económica.