El presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich, ha presentado el Observatorio Financiero “Informe enero 2021”, relativo al tercer cuatrimestre de 2020, elaborado por la Comisión Financiera de dicho Consejo General. Del informe salen una serie de conclusiones acerca de lo que ha sido el pasado curso en términos financieros.
En 2020, el PIB en España se ha contraído el 11%. Tanto la demanda interna como la externa se han visto muy afectadas, con una contribución al PIB de -6,3 y -2,7 puntos, respectivamente. Los sectores más afectados han sido los relacionados con el turismo y las actividades que requieren más interacción social como las artísticas y recreativas, con una caída del 31,5%. El comercio, la hostelería y el transporte también han presentado grandes descensos, del 20,4%. Asimismo, fuera de estos sectores ha sido considerable también el descenso del 18,2% en el sector de la construcción.
La incertidumbre acerca de la situación sanitaria, y por ende de las perspectivas económicas, hace prever que para 2021 el crecimiento podría situarse en torno al 5,5%, teniendo en cuenta el efecto que los Fondos Europeos tendrán en la actividad económica, alrededor del 1%. No obstante, se estima que sea a partir de 2022 cuando estos efectos se visualicen y la economía crezca el 4,8%.
En relación al gasto e inversión pública, se espera que en 2021 estas partidas se incrementen para financiar los gastos derivados de la pandemia con el efecto que ello pueda tener en el déficit público, que se estima se sitúe en torno al 9,4%, y en la deuda pública, en torno al 121% en 2021 y al 122% en 2022.
En cuanto al efecto de la pandemia en las cifras de empleo, el número de ocupados se habría situado en 19.344.300 a final de año, lo que supone un aumento de casi 167.400 ocupados con relación al tercer trimestre, si bien ha descendido en 622.600 personas, 3,12%, en los 12 últimos meses.
Las condiciones financieras en la zona del euro se han relajado, y por tanto, los rendimientos y los diferenciales de la deuda soberana a largo plazo han registrado una caída considerable, en un entorno de expectativas de mantenimiento de las medidas de apoyo monetario y fiscal, y de mejora global de la percepción de riesgos, como consecuencia, en particular, de los anuncios positivos sobre las vacunas.
El presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas, Antonio Pedraza, ha afirmado que “los rebrotes del último trimestre han truncado la recuperación iniciada en el trimestre anterior, consiguiendo un ligero crecimiento del 0,4%. Hay sectores que se han visto muy afectados con difícil recuperación a corto plazo a la vista de la evolución de la pandemia, lo que conllevará cierre de negocios, fundamentalmente pymes”, y ha añadido que “el rebrote de la inflación en enero del 0,6% nos aleja de la deflación, puede deteriorar la capacidad adquisitiva de salarios e influir de forma negativa en el consumo, ya hibernado y castigado también por el ahorro prevención. También se acorta nuestro diferencial con Europa y nos resta competitividad, lo que, unido a nuestra baja productividad, no es algo esperanzador”. “De todas formas, dada la incidencia de la factura eléctrica en enero, es necesario ver cómo evoluciona el dato de inflación en los próximos meses”, ha concluido.
Las medidas adoptadas por el Consejo de Gobierno del BCE, que recalibró sus instrumentos de política monetaria a fin de mantener unas condiciones de financiación favorables, dan respaldo a la actividad económica. Entre las principales medidas de estímulo monetario y fiscal, el Banco Central Europeo aprobó en diciembre una ampliación de su programa de compras, Pandemic Emergency Purchase Programme, por importe de 500 mil millones de euros, hasta un total de 1,85 billones, y anunció que ampliará el horizonte de este programa, al menos hasta el final de marzo de 2022.
Sobre el impacto de las medidas económicas en los indicadores financieros, hay que destacar que el crédito al sector privado ha aumentado en noviembre un 2,7% en tasa interanual, subiendo en sociedades un 5,4% y disminuyendo hogares un 0,7%. Atendiendo a financiación recibida por sectores, destaca una caída del crédito al comercio del 16,7%. La tasa de morosidad del sector financiero en noviembre está en el 4,57% registrando una reducción interanual del 8,3 %.
Valentín Pich ha manifestado que “las ayudas del fondo Next Generation EU son una oportunidad para actualizar y renovar determinados sectores de nuestra economía que se estaban quedando obsoletos”. Así mismo, la flexibilidad mostrada por Europa al permitir que parte de las dotaciones reembolsables se conviertan en directas ofrece nuevas posibilidades, por lo que para Pich “las pymes deben estar muy atentas a las ayudas de este fondo presentando proyectos fundamentalmente en materia de digitalización”.
Para el presidente de los economistas “la transposición de la directiva de insolvencia es prioritaria porque puede ofrecernos el marco regulatorio idóneo para fomentar la reestructuración de las empresas viables y liquidar en las mejores condiciones las inviables, minimizando los efectos colaterales nocivos del incremento de deuda en el tejido empresarial”. Por último, el presidente de los economistas reclamó “todo el esfuerzo que sea necesario para intentar ayudar a aquellas personas que puedan verse desplazadas en este proceso”.