Aunque los controles reforzados del nuevo gobierno argentino frenaron la tendencia en diciembre de 2019, el “cepo” volvió a dejar cifras récord en Argentina, con la salida de 26.870 millones de dólares en forma de activos externos, ya sea por compra de billetes estadounidenses o inversiones argentinas en el extranjero.
Los últimos datos del Banco Central confirman la sangría de capitales, el registro de 2019, a pesar de todos los controles, es solo algo inferior al de 2018, cuando salieron de Argentina 27.230 millones de dólares.
En 2019, el 62% de la fuga de capitales correspondió a la compra de dólares por parte del sector privado y los residentes argentinos en el exterior retiraron un 37% de sus inversiones financieras.
El endurecimiento de las medidas de control de capitales frenó las salidas a partir de noviembre del año pasado y detuvieron también las inversiones directas de argentinos en el exterior.
Según un cálculo del diario Perfil, a mayo de 2019 la fuga de activos alcanzaba los 300.000 millones de dólares, equivalente al valor de toda la producción neta anual del país. Según la misma fuente, durante el gobierno de Mauricio Macri las salidas fueron de un total de 59.000 millones de dólares.