Los bancos centrales de Estados Unidos y de Europa –Reserva Federal y Banco Central Europeo, respectivamente- han acaparado la atención de los inversores en 2017 y todo indica a que esta tónica seguirá en 2018.
En las últimas reuniones celebradas en diciembre, no hubo sorpresas. La Reserva Federal reiteró su intención de seguir incrementando el importe de las desinversiones en los mercados de bonos y subiendo los tipos de interés –tres subidas más en 2018- y el Banco Central Europeo continuará con su programa de recompras hasta el próximo septiembre por 30.000 millones al mes tal y como anunció en octubre y manteniendo los tipos de interés.
Sin embargo, sí que hubo una revisión de las previsiones económicas tanto en Estado Unidos como en Europa que serán las que marquen los futuros movimientos de las políticas monetarias en las dos zonas. En ambos casos, la revisión de las expectativas fueron al alza, un hecho que hay que destacar principalmente en el caso de la zona Euro– un 2,4% en 2017, un 2,3% en 2018, un 1,9% en 2019 y un 1,7% en 2020-. “Esta revisión de las expectativas es muy relevante en el caso de Europa ya que su potencial de crecimiento es menor que en Estados Unidos y además hay que subrayar que se realizan con unas previsiones del precio del petróleo al alza, de 52 a 62 dólares y un cambio del euro-dólar que pasa del 1,13 a 1,17”, señala Mario Lafuente, gestor de atl Capital.
El CFA de atl Capital señala que de cara a 2018 la atención se centrará en cómo digiere el mercado de bonos la reducción de balance por parte de la Reserva Federal y los primeros pasos en este sentido que puede dar el BCE, esperados para la última mitad de 2018.
Otro punto a vigilar, según Lafuente, será sí la divergencia en política monetaria de los últimos años entre ambos continentes continúa o se acentúa. “Vamos a tener una reducción de balance en Estados Unidos y una ampliación en Europa y hay que estar atentos a cómo se traslada esta divergencia a los activos. La vía natural es que sea a través del tipo de cambio euro-dólar. Una divergencia de este calibre debería producir una apreciación del dólar y los movimientos del último mes no apuntan a ello”, señala Lafuente.
A su juicio, con un crecimiento más robusto en la zona euro que en Estados Unidos, podría producirse un flujo de capitales hacia Europa que presione al alza su divisa. “En nuestra opinión, pesará más la política monetaria restrictiva de la Reserva Federal y la expectativa de crecimiento económico al alza”, estima el gestor de atl Capital.