El Banco Central Europeo (BCE) no sorprendió al mercado en su reunión de junio, al decidir una subida de los tipos de interés en 25 puntos básicos. Una decisión que deja el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito en el 4%; el 4,25% y el 3,5%, respectivamente.
El Consejo de gobierno del BCE justifica la decisión por “la determinación de asegurar que la inflación vuelva pronto a situarse en su objetivo del 2% a medio plazo” y, aunque reconoce que la inflación “ha disminuido”, también prevé “que siga siendo demasiado alta durante demasiado tiempo”.
Un mensaje novedoso respecto a mayo, y que tiene como base el buen dato de IPC de mayo. Eso sí, la revisión de las perspectivas no invitan demasiado al optimismo: “De acuerdo con las proyecciones macroeconómicas de junio, los expertos del Eurosistema esperan que la inflación general se sitúe en un promedio del 5,4% en 2023, del 3% en 2024 y del 2,2% en 2025″.
El organismo presidido por Christine Lagarde afirma que las presiones inflacionistas subyacentes “siguen en niveles elevados”, aunque admite que “algunos muestran señales incipientes de debilitamiento”.
Eso sí, son insuficientes, teniendo en cuenta que “los expertos han revisado al alza sus proyecciones de inflación, excluidos la energía y los alimentos, especialmente para este año y el próximo”, entre otros motivos, por “las implicaciones de la solidez del mercado de trabajo para el ritmo de desinflación”. Ahora, el BCE espera que la inflación subyacente se sitúe, en promedio, en el 5,1% este año, para bajar al 3% en 2024 y habrá que esperar a 2025 para verla en el 2,3%.
El Consejo de Gobierno del BCE es consciente de que las subidas de los tipos acordadas “se están transmitiendo con fuerza a las condiciones de financiación y están afectando gradualmente a toda la economía”, con un aumento de los costes de financiación “acusado” y una ralentización en el crecimiento de los préstamos. Precisamente, “el endurecimiento de las condiciones de financiación es uno de los motivos principales por los que se prevé que la inflación continúe disminuyendo hacia el objetivo, ya que se espera que frene cada vez más la demanda”, explica el organismo en su comunicado.
Decisiones futuras
Respecto al futuro, el Consejo de Gobierno del BCE reafirmó su compromiso por luchar contra la inflación, de tal manera, que las decisiones que se tomen en adelante “asegurarán que los tipos de interés oficiales del BCE se fijen en niveles lo suficientemente restrictivos para lograr que la inflación vuelva pronto a situarse en el objetivo del 2% a medio plazo”. Y augura que los mantendrá en esos niveles “el tiempo que sea necesario”.
Además, seguirá “aplicando un enfoque dependiente de los datos” a la hora de tomar decisiones sobre política monetaria, sobre todo, en la valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros; de la dinámica de la inflación subyacente y de la intensidad de la transmisión de la política monetaria.
Programa de compras de activos y programa de compras de emergencia frente a la pandemia
El Consejo de Gobierno del BCE reiteró que pondrá fin a las reinversiones en el marco del Programa de compras de activos (APP) a partir de julio de 2023, en un contexto de reducción del tamaño de la cartera “a un ritmo mesurado y predecible”, dado que el Eurosistema no está reinvirtiendo íntegramente el principal de los valores que van venciendo. El descenso será, en promedio, de 15.000 millones de euros mensuales hasta el final de junio de 2023.
En lo que se refiere al programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP), el BCE prevé reinvertir el principal de los valores adquiridos en el marco del programa que vayan venciendo “al menos hasta el final de 2024”, tal y como ya se estimaba en reuniones pasadas.