25 o 50 puntos básicos: el dilema sobre la cuantía en la que el BCE se atrevería a subir los tipos para luchar contra la inflación y estabilizar el euro, en su primer movimiento de tipos al alza en 11 años, no deja lugar a dudas sobre la intensidad con que la autoridad monetaria quiere combatir la subida de precios en Europa. Lagarde apostaba por un movimiento más agresivo de lo que había comunicado al mercado, 50 puntos básicos, un camino que podría seguir con paso firme en su reunión de septiembre, aunque los expertos hablan del final del forward guidance.
Con todo, el organismo trata de compensar su decisión con su herramienta antifragmentación, de la que dio algunos detalles, pues anunció planes para contener el aumento de los costes de financiación de los gobiernos, una medida que cobra mayor urgencia por la actual agitación política italiana.
Los expertos hablan de un giro hawkish del BCE para luchar contra la inflación pero advierten de las consecuencias negativas en los mercados. “El BCE ha decidido afrontar la política monetaria con una subida de 50 puntos básicos en lugar de los 25 previstos, seguida de los 25 puntos básicos marcados en septiembre, afirmando que continuará subiendo los tipos de interés. Es una clara señal de que el BCE está tratando de recuperar el control de la narrativa y está acelerando constantemente un giro hawkish que es poco probable que haya terminado. Su problema es que esto crea un choque en los países periféricos antes de que el Instrumento para la Protección de la Transmisión esté listo”, advierte Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica de Nordea AM.
El final del forward guidance
Para Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro, el ritmo de subidas es incierto: “Los argumentos a favor de nuevas subidas de tipos están claros, pero el ritmo es incierto. Sólo Suiza y Japón tienen tipos de interés más bajos que el BCE, y la inflación actual del 8,6% en Europa aún no ha tocado techo. Pero el ritmo de subida de tipos es más prudente que el de muchos, ya que el BCE se enfrenta a opciones mucho más difíciles, con el continente cerca de la recesión y con una inflación compleja impulsada por la energía”.
Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO, matiza que este ritmo incierto deja atrás “la orientación anticipada de los tipos de interés” y da lugar a “un enfoque de reunión a reunión”. “El BCE no proporcionó muchas orientaciones sobre el posible destino de los tipos de interés y tiene previsto subirlos hasta que la inflación a medio plazo se estabilice en torno al objetivo. Subrayó que adelantar el ciclo de subidas no implica un tipo final más alto”, aclara, en la que ha sido su primera actuación al alza en 11 años que deja atrás un entorno de tipos negativos que había durado ya 8 años.
En general, los expertos entienden que la autoridad monetaria tenía que actuar de forma más agresiva y coinciden en el posible final del forward guidance: “El BCE tenía que actuar alto y claro. Y lo hizo, con una primera subida de tipos de 50 puntos básicos. Ante el aumento de la inflación y la caída del euro frente al dólar, el BCE no tenía más remedio que actuar con contundencia. Por otra parte, con esta subida de 50 puntos básicos, frente a los 25 anunciados anteriormente, esta reunión marca el fin del «forward guidance». Esto no es malo. Atarse las manos en un entorno tan cambiante no tenía sentido”, comenta Franck Dixmier, director de inversiones global de Renta Fija de Allianz Global Investors.
“Esta ‘carga anticipada’ de movimientos, combinada con el anuncio de un ‘instrumento de protección de transmisión’ tiene como objetivo evitar la fragmentación, ya que los tamaños para la compra de bonos no están limitados ex ante, pero igualmente elimina la orientación futura de los movimientos de las tasas a partir de aquí. Por lo tanto, el BCE se encuentra ahora en un modo «dependiente de los datos» y los movimientos a partir de aquí serán impulsados por los datos”, está de acuerdo Charles Diebel, director de renta fija de Mediolanum International Funds Ltd (MIFL).
Consecuencias en los mercados
Para los expertos, el euro es el gran ganador de la jornada, frente a la renta fija y la variable. “El BCE anuncia una subida de los tipos de interés del 0,50%, sorprendiendo al mercado con esta decisión, que no esperaba que fuera a ser tan agresivo», comenta Pablo Gil, estratega jefe de XTB. En su opinión, los posibles efectos que puede tener la decisión tomada por el organismo europeo son varios: es buena para el euro, que deberá atacar la cota de 1.0350/1.0400 aunque será muy difícil que supere esa resistencia; es mala para la bolsa, ya que incrementa la probabilidad de recesión al acelerarse la restricción monetaria, analiza el experto. Y es negativa también para la prima de riesgo, «ya que una recesión más probable tensionará el mercado de crédito”.
«El BCE ha conseguido detener la caída del euro con una subida de tipos en la banda alta del rango esperado por el mercado, es decir lo ha sorprendido, al menos en cierta medida», coincide Víctor Alvargonzález, director de estrategia y socio fundador de la firma de asesoramiento independiente Nextep Finance. “Resulta curioso, aunque es lógico, cómo la subida afecta de forma distinta al Dax alemán, muy industrial, frente al Ibex , muy «bancario». A la larga los ganadores de las subidas de tipos son los bancos, que verán cómo aumentan sus márgenes y se notará mucho cuando se estabilice la situación política y económica”, indica.
“Es probable que esto ayude a los diferenciales de la periferia y apoye al euro en los mercados de divisas”, analizan desde Mediolanum International Funds.
Entre los más críticos, Morganne Delledonne, Head of Investment Strategy Europe de Global X, cree que el riesgo es claro para el BCE: propiciar una recesión en Europa. “La decisión tomada por el BCE sorprende dada la confusión política en Italia, la ampliación de los diferenciales de los bonos centrales frente a los periféricos, así como la caída de la confianza empresarial en todo el continente, particularmente en Alemania. Este movimiento tan agresivo parece un último intento a la desesperada de subir los tipos antes de que el continente entre en recesión. En toda Europa y particularmente Italia, la inflación sostenida está empezando a crear inestabilidad política. Empieza un periodo tremendamente complejo para el BCE, que obviamente hará todo lo que haga falta con el fin de combatir y tratar de controlar la inflación aun con el posible riesgo de propiciar una recesión”.
Mecanismo antifragmentación
Como se esperaba, Christine Lagarde anunció la creación del nuevo «Instrumento de Protección de la Transmisión» (TPI) para apoyar la transmisión efectiva de la política monetaria. Una decisión unánime del Consejo, como dejó claro el presidente del BCE durante la rueda de prensa. Tras las reservas expresadas recientemente por el Bundesbank, se trata de una importante promesa política en cuanto a la credibilidad de esta herramienta. Sin embargo, la elegibilidad para el TPI se basa en criterios indicativos que convergen todos en la noción de disciplina fiscal y equilibrio macroeconómico… Una promesa sin duda para los “halcones”, pero que debilita el alcance final de su bazuca. La volatilidad debería continuar en los diferenciales, analiza Franck Dixmier, director de inversiones global de Renta Fija de Allianz Global Investors.
Pero los expertos critian la falta de detalle del mecanismo. “Este instrumento de crédito está destinado a hacer frente a los movimientos injustificados y desordenados de las curvas de crédito en toda la eurozona y ambas dimensiones se evalúan mediante indicadores, mientras que el consejo se reserva el juicio. Sin embargo, aún no se ha definido ninguna de las cualidades, condiciones y legalidad de este mecanismo. Lo único que sabemos es que, al igual que las subidas de tipos, es unánime. Ante una clase política italiana que puede dar marcha atrás en las reformas, el marco político y jurídico está lejos de estar definido. En consecuencia, el riesgo para la curva de BTP italiana sigue siendo elevado, independientemente de las reinversiones en BTP del programa PEPP”, advierten en Nordea AM.
“El tope antifragmentación es poco detallado, y sigue siendo improbable que el BCE limite los diferenciales de los países periféricos a niveles excesivamente ajustados a medida que avanza la normalización de la política monetaria”, advierten en PIMCO.
“Las compras en el marco del TPI son ilimitadas (lo que gustará a los mercados), y se producirán durante «dinámicas de mercado no deseadas y desordenadas». Lo que esto significa exactamente es todavía una cuestión abierta. Por ejemplo, ¿la reciente ampliación de los diferenciales italianos en torno al colapso del Gobierno de Draghi es indeseada y desordenada, o un justo reflejo del aumento de los riesgos?”, se pregunta Paul Diggle, economista jefe adjunto, Forecasting & Analysis, de abrdn. “Una posibilidad es que las palomas y los halcones del consejo de gobierno del BCE hayan llegado a un quid pro quo: se ha intercambiado una gran subida de tipos por un mayor Instrumento para la Protección de la Transmisión. Pero todavía tenemos que ver los detalles del TPI y la condicionalidad que conlleva el apoyo. Al fin y al cabo, los acontecimientos ocurridos en Italia recientemente no tranquilizarán a otros países de la eurozona en cuanto a la continuidad de la agenda de reformas», añade.
Menos subidas que la de la Fed
Aunque el BCE podría seguir subiendo tipos, los expertos creen que las subidas serán menores que las de la Fed. “El BCE ha optado por su versión del 0,5% para iniciar su ciclo de subidas de tipos, con la esperanza de anclar las previsiones de inflación y estabilizar el euro. Pero esta subida de tipos es menor que la de muchos, como la de la Reserva Federal de EE.UU., y está previsto que siga siéndolo, dadas las mayores restricciones políticas en Europa”, dicen en eToro.
Pero la presión seguirá elevada: “Aunque podemos ver que el BCE acabará realizando menos subidas de las previstas en el mercado debido a unas perspectivas de crecimiento más débiles, la inflación de la zona euro durante el resto del año seguirá siendo elevada y la presión sobre el BCE para que actúe también será elevada a corto plazo”, dicen en PIMCO.
Para Diebel, habrá probablemente una nueva subida de 50 puntos básicos en la reunión de septiembre, “pero hará que los movimientos posteriores sean menos claros a medida que el crecimiento empiece a ralentizarse”.
“La declaración de política monetaria deja claro que se avecinan nuevas subidas, probablemente en tramos de 50 puntos básicos”, añade Diggle.