Como se esperaba, el Banco Central Europeo subió los tipos 25 puntos básicos, situando el tipo oficial del dinero en el 4,25%, su nivel más alto en 15 años, en su noveno encarecimiento del precio del dinero consecutivo. Al margen, la declaración de política monetaria fue moderada, al señalar un enfoque más cauteloso de cara al futuro. Con todo, el encuentro generó opiniones de diversa índole entre los estrategas y gestores.
Sebastian Vismara, Senior Financial Economist de BNY Mellon IM, considera que el BCE “dio a entender que la de hoy podría ser la última subida, al tiempo que mantiene abiertas sus opciones para septiembre”, lo que sugiere que el organismo está dejando de señalar nuevas subidas de tipos para centrarse en la necesidad de unos tipos de interés elevados, “con lo que evita que el mercado apueste por recortes prematuros de los tipos”. El experto ve posible una nueva subida en septiembre, “pero con dos datos de inflación entre julio y septiembre, el de PIB en el segundo trimestre y otra serie de índices de gestores de compras (PMI), la decisión está muy reñida”.
El rango probable de posibles resultados para el tipo terminal es del 3,75% – 4,25%, según el experto. “¿Por qué el 3,75%? Aunque las próximas cifras de inflación deberían coincidir en líneas generales con las previsiones de junio del BCE, los datos recientes sugieren que las perspectivas de crecimiento serán más débiles. Incluso los miembros más duros del Consejo de Gobierno del BCE, por ejemplo, Klaas Knot e Isabel Schnabel, están moderando su tono agresivo”, explica Vismara, que también tiene razones para pensar en un tipo terminal en el 4,25%: “Es muy probable que los datos salariales del segundo trimestre, que se publicarán en agosto, sean alentadores. Además, las perspectivas del consumo privado están mejorando, ya que la caída de la inflación y la solidez del mercado laboral probablemente elevarán los ingresos reales y con ello, muy posiblemente, el gasto de los consumidores”.
Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO, también cree que el ciclo de subidas en la zona euro está a punto de llegar a su fin, debido a que aunque también reconoce que el equipo de Christine Lagarde podría seguir subiendo los tipos de interés. “La atención se está desplazando gradualmente desde el nivel preciso de los tipos de interés finales hacia la duración probable de los tipos máximos”, explica el experto, que reconoce que sigue habiendo riesgos, en concreto, “hacia recortes de los tipos de interés oficiales más tarde en comparación con las expectativas del mercado”. También ve posible que el BCE lleve a cabo una reducción anticipada de las reinversiones del PEPP, “posiblemente este mismo año”.
Por su parte, Mabrouk Chetouane, Global Head of Market Strategy Natixis IM, destacó del encuentro las declaraciones de Lagarde relativas al retraso en la transmisión de la política monetaria, “al señalar que apenas está empezando a tener impacto en la economía” y sus intenciones de pasar “a una estrategia adaptativa que imita la de la Fed, reunión por reunión”. Aunque el BCE ha dejado la puerta abierta a una pausa en septiembre, Chetouane cree que el Consejo de Gobierno optará por una nueva subida de 25 puntos básicos.
David Kohl, Chief Economist de Julius Baer, no ve tan clara esta previsión de Chetouane , ya que tras la reunión del BCE reiteró su opinión de que los tipos de interés del BCE han tocado techo en los niveles actuales y que “el principal riesgo son nuevas subidas”. Al mismo tiempo, ve la probabilidad de una relajación en los próximos 12 meses como “bastante baja”, ya que no prevé un movimiento en esta dirección hasta la segunda mitad de 2024 “como muy pronto”.