El Banco Central Europeo (BCE) prevé que la inflación seguirá siendo demasiado alta durante demasiado tiempo, y por eso, y a pesar de la crisis bancaria que azota los mercados, ha decidido subir los tres tipos de interés oficiales del BCE en 50 puntos básicos en línea, según ha explicado, con su determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse de forma oportuna en el objetivo del 2% a medio plazo.
Su decisión, tal y como ha explicado, está justificado pese al contexto de volatilidad al que hemos asistido esta semana: “El elevado nivel de incertidumbre refuerza la importancia de un enfoque dependiente de los datos para las decisiones del Consejo de Gobierno sobre los tipos de interés, que estarán determinadas por su valoración de las perspectivas de inflación a la luz de los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria”.
Justamente sobre lo que está ocurriendo en el mercado, el comunicado del BCE asegura que el Consejo de Gobierno está haciendo un atento seguimiento de las actuales tensiones y que está preparado para responder como resulte necesario a fin de mantener la estabilidad de precios y la estabilidad financiera en la zona del euro. “El sector bancario de la zona del euro tiene capacidad de resistencia y posiciones de capital y de liquidez sólidas. En todo caso, el BCE cuenta con todos los instrumentos de política monetaria necesarios para suministrar apoyo de liquidez al sistema financiero de la zona del euro si fuera necesario y preservar la transmisión fluida de la política monetaria”, afirma.
Su decisión ha sido clara en esta reunión. El Consejo de Gobierno ha decidido subir los tres tipos de interés oficiales del BCE en 50 puntos básicos. En consecuencia, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito aumentarán hasta el 3,5%, el 3,75% y el 3%, respectivamente, con efectos a partir del 22 de marzo de 2023.
Respecto a su segunda herramienta, los programas de compras, el BCE ha señalado que el tamaño de la cartera APP está descendiendo a un ritmo mesurado y predecible, dado que el Eurosistema no está reinvirtiendo íntegramente el principal de los valores que van venciendo. Según ha explicado, el descenso será, en promedio, de 15.000 millones de euros mensuales hasta el final de junio de 2023 y su ritmo posterior se determinará más adelante.
En lo que se refiere al PEPP, el Consejo de Gobierno prevé reinvertir el principal de los valores adquiridos en el marco del programa que vayan venciendo al menos hasta el final de 2024. “En todo caso, la futura extinción de la cartera del PEPP se gestionará de forma que se eviten interferencias con la orientación adecuada de la política monetaria. El Consejo de Gobierno continuará actuando con flexibilidad en la reinversión del principal de los valores de la cartera del PEPP que vayan venciendo, con el objetivo de contrarrestar los riesgos para el mecanismo de transmisión de la política monetaria relacionados con la pandemia”, ha matizado.
Por último, sobre las operaciones de financiación, ha indicado que “a medida que las entidades de crédito reembolsen los importes obtenidos en el marco de las operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico, el Consejo de Gobierno evaluará periódicamente la forma en que estas operaciones están contribuyendo a la orientación de su política monetaria”.
«El papelón» del BCE
Los expertos reconocen «el papelón» del BCE en un contexto de volatilidad en los mercados. “Hoy el BCE tenía un auténtico papelón. La crisis de Credit Suisse hizo que en el día de ayer el BCE pidiese información a los principales bancos europeos sobre su exposición al banco suizo. De hecho, para la reunión de hoy, el mercado tenía muchísimas dudas sobre cuál sería la actuación del Consejo de Gobierno del BCE, algo inusual. A pesar de que desde la última reunión todo apuntaba a otra gran subida (50 puntos básicos) de los tipos de interés, durante la tarde de ayer y a primera hora de la mañana de hoy se daba por sentado que subirían tan sólo 25 puntos básicos, algo que fue cambiando durante la mañana”, comenta Miguel Ángel Rico, portfolio Manager de Creand Asset Management. “En la rueda de prensa, Lagarde ha querido tranquilizar al mercado en cuanto a la solidez del sector bancario europeo, comentando que se encuentra en una situación muchísimo mejor que en 2008. El mercado ha reaccionado bien a la subida esperada, con la rentabilidad de los bonos y la divisa sin mucho movimiento, y bolsas al alza”, añade.
«La reunión de hoy es la primera que se ha producido después de los problemas de SVB en EE.UU. y el banco suizo Credit Suisse con importante presencia en Europa y EE.UU. Se trata de problemas diferentes pero que se producen en un escenario de importantes subidas de tipos de interés por parte de los bancos centrales y que tienen como consecuencia el endurecimiento de las condiciones financieras. El BCE, al mantener la prevista subida de tipos de interés, refuerza su compromiso de control de la inflación atendiendo a su mandato y a la vez transmite su tranquilidad sobre la solvencia del sistema financiero, aunque matiza al enfatizar que los datos de los que dispone son previos a los dos acontecimientos», comenta Rafael Peña, socio fundador de Olea Gestión y cogestor del fondo Olea Neutral. «En resumen: confianza en el sistema y un mensaje ligeramente complaciente con las acciones a tomar de aquí en adelante, siempre que no afecte al mandato de control de la inflación», añade el experto.
En opinión del departamento de estrategia de Nextep Finance, el BCE no parece muy preocupado por la volatilidad en el sector bancario; no solo porque haya subido los tipos de interés un 0,50 % -y por lo tanto lo mismo que había anunciado antes de que se produjera la inestabilidad que estamos viviendo en el sector bancario-, sino porque en su declaración casi ha obviado este tema. “Se ha referido en una ocasión a que están siempre preparados y tienen las herramientas adecuadas para hacer frente a la inestabilidad en el sector financiero y luego lo ha vuelto a mencionar entre los factores que pueden hacer que la inflación pudiera ser más baja de lo previsto, pero dándole la misma importancia que a sus proyecciones de inflación en general y de crecimiento. Si luego ha hablado algo más de ello ha sido por la insistencia de los periodistas”, dice Víctor Alvargonzález, director de estrategia y socio fundador de la firma de asesoramiento independiente.
En opinión de Nextep Finance, la declaración bien pudiera haber sido la que hubiera hecho si no hubiera habido volatilidad en los mercados financieros. Ha dedicado el 95% del comunicado hablar de proyecciones de inflación y de crecimiento y solo un 5% a la inestabilidad en el sector bancario. “En nuestra opinión, bien deliberadamente quieren quitarle hierro al asunto para demostrar fortaleza, o realmente no le dan mucha importancia porque consideran que el sector bancario europeo está fuerte y vacunado ante lo que está ocurriendo en EE.UU. Ha insistido mucho sobre este tema de la fortaleza del sector.
«El tono de la intervención de Lagarde fue prudente, al no comprometerse a seguir subiendo los tipos, dado el alto grado de incertidumbre, siendo totalmente dependientes de la evolución de los datos económicos y estabilidad financiera», añade Carlos del Campo, miembro del equipo de Inversiones de Diaphanum.
«El Banco Central Europeo ha hecho un movimiento pensando en la inflación y no tanto en el impacto de la inestabilidad financiera de estos días, pero dejando claro que está preparado y tiene capacidad para actuar y preservar la estabilidad financiera de la zona euro», comenta Virginia Pérez, directora de inversiones de Tressis.
Sobre las consecuencias de las subidas de tipos en la banca, Carlos Santiso, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB, recuerda que «una subida rápida de los tipos puede poner en jaque a los deudores del banco, tanto si su deuda es a tipo variable como si es a tipo fijo, pero tienen que refinanciarla. Es de esperar que la mora suba, lo cual deteriora los activos del banco. Este deterioro se suma a las pérdidas por caída en el valor de los bonos, también consecuencia del aumento de tipos”, como consecuencia de las subidas de tipos que vienen en el mercado.
Entre los más positivos, Ebury cree que “la decisión del BCE es acertada: viene justificada por la elevada inflación subyacente y la solidez de la economía de la zona del euro, y envía una clara señal de confianza en la solidez del sector bancario europeo”.
Las proyecciones del BCE
Lo que sí reconoce el BCE es que las actuales tensiones añaden incertidumbre en torno a las evaluaciones del escenario de referencia para la inflación y el crecimiento que tienen. Antes de estos recientes acontecimientos, el BCE ya había revisado a la baja la senda de referencia para la inflación general debido, principalmente, a una contribución de los precios de la energía menor de lo esperado anteriormente. Los expertos del BCE prevén ahora que la inflación se situará, en promedio, en el 5,3 % en 2023, el 2,9 % en 2024 y el 2,1 % en 2025.
Al mismo tiempo, añade que las presiones inflacionistas subyacentes siguen siendo fuertes. La inflación excluidos la energía y los alimentos continuó aumentando en febrero y los expertos del BCE esperan que se sitúe en una media del 4,6 % en 2023, por encima de lo estimado en las proyecciones de diciembre. Posteriormente, descendería hasta el 2,5 % en 2024 y el 2,2 % en 2025, en un contexto de desaparición gradual de las presiones al alza debidas a las perturbaciones de oferta anteriores y a la reapertura de la economía y en el que el endurecimiento de la política monetaria frena cada vez más la demanda.
Las proyecciones de referencia para el crecimiento en 2023 se han revisado al alza hasta una media del 1,0 % como resultado, tanto del descenso de los precios de la energía, como de la mayor capacidad de resistencia de la economía ante el difícil entorno internacional. En este sentido, los expertos del BCE esperan que el crecimiento repunte posteriormente en mayor medida, hasta situarse en el 1,6 %, tanto en 2024 como en 2025, respaldado por la fortaleza del mercado de trabajo, el aumento de la confianza y la recuperación de las rentas reales. Al mismo tiempo, el repunte del crecimiento en 2024 y 2025 es más débil de lo estimado en las proyecciones de diciembre debido a la orientación más restrictiva de la política monetaria.