El Banco Central Europeo (BCE) ha cumplido con las expectativas en su reunión de marzo. El Consejo de Gobierno ha decidido bajar los tres tipos de interés oficiales en 25 puntos básicos, en consecuencia, los tipos de interés aplicables a la facilidad de depósito, a las operaciones principales de financiación y a la facilidad marginal de crédito se reducirán hasta el 2,50%, el 2,65% y el 2,90%, respectivamente, con efectos a partir del 12 de marzo de 2025.
Según explica en su comunicado oficial, esta decisión se basa en su evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, de la dinámica de la inflación subyacente y de la intensidad de la transmisión de la política monetaria. En opinión del BCE el proceso de desinflación sigue avanzando.
Revisión al alza de la inflación para 2025
“En términos generales, la inflación ha seguido evolucionando en consonancia con lo esperado por nuestros expertos, y las últimas proyecciones están estrechamente alineadas con las anteriores perspectivas de inflación. Los expertos consideran ahora que la inflación general se situará, en promedio, en el 2,3% en 2025, el 1,9% en 2026 y el 2% en 2027. La revisión al alza de la inflación general para 2025 refleja un mayor dinamismo de los precios de la energía. También prevén que la inflación, excluidos la energía y los alimentos, se situará, en promedio, en el 2,2 % en 2025, el 2,0 % en 2026 y el 1,9 % en 2027”, explica.
Además, considera que la mayoría de los indicadores de la inflación subyacente sugieren que la inflación se estabilizará de forma sostenida en torno al objetivo del Consejo de Gobierno del 2% a medio plazo. “La inflación interna sigue siendo elevada, debido principalmente a que los salarios y los precios en algunos sectores están aún ajustándose a la anterior escalada de la inflación con un retraso considerable. No obstante, el crecimiento de los salarios se está moderando según lo esperado, y los beneficios están amortiguando en parte el impacto sobre la inflación”, reconoce la institución monetaria.
Posicionamiento de la política monetaria del BCE
En este contexto, el BCE señala que la política monetaria está adoptando una orientación considerablemente menos restrictiva, dado que las bajadas de los tipos de interés están reduciendo el coste del crédito nuevo para empresas y hogares y el crecimiento de los préstamos está repuntando. Al mismo tiempo, afirma que las anteriores subidas de los tipos de interés, que continúan transmitiéndose al saldo vivo del crédito, son un factor adverso para la relajación de las condiciones de financiación, y la concesión de préstamos sigue siendo, en general, contenida.
“La economía continúa afrontando retos y los expertos han vuelto a rebajar sus proyecciones de crecimiento hasta el 0,9% para 2025, el 1,2% para 2026 y el 1,3% para 2027. Las correcciones a la baja para 2025 y 2026 reflejan un descenso de las exportaciones y la persistente debilidad de la inversión, atribuible en parte a la elevada incertidumbre sobre las políticas comerciales y a la incertidumbre sobre las políticas económicas en general. El aumento de las rentas reales y la desaparición gradual de los efectos de las anteriores subidas de los tipos de interés siguen siendo los principales factores en los que se apoya la recuperación esperada de la demanda con el paso del tiempo”, indica en su comunicado.
Además, reitera que el Consejo de Gobierno tiene la determinación de asegurar que la inflación se estabilice de forma sostenida en su objetivo del 2% a medio plazo, y, “especialmente en el contexto actual de aumento de la incertidumbre, aplicará un enfoque dependiente de los datos, en el que las decisiones se adoptan en cada reunión, para determinar la orientación apropiada de la política monetaria”.
Así pues, las decisiones del Consejo de Gobierno sobre los tipos de interés se basarán en su valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, sin comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos.
Primeras valoraciones de los expertos
Para Dean Turner, economista jefe de la zona euro en UBS Global Wealth Management, este comunicado sugiere que los responsables políticos prefieren continuar con un enfoque de reunión a reunión para establecer la política, al tiempo que reconocen que la política se está volviendo significativamente menos restrictiva.
“En nuestra opinión, es probable que el BCE continúe recortando los tipos a un ritmo constante de 25 puntos básicos por reunión hasta alcanzar el 2% en junio, pero los riesgos en torno a esta convocatoria están equilibrados. La mayor incertidumbre geopolítica y la amenaza de aranceles sobre las exportaciones de la UE a EE.UU. suponen riesgos a la baja para el crecimiento, lo que podría llevar al BCE a bajar los tipos de interés oficiales para apoyar la economía a finales de año”, afirma Turner.
Sin embargo, el experto de UBS Global WM reconoce que este riesgo se contrarresta con los recientes anuncios de un aumento sustancial del gasto fiscal en los próximos años. “Aunque el impacto del gasto fiscal puede tardar en filtrarse a la economía, un impulso positivo en la confianza, que podría aumentar aún más si se produce un alto el fuego en Ucrania, podría hacer que el gasto y la inversión aumenten en los próximos meses. Los recientes acontecimientos en materia de política monetaria y fiscal plantean riesgos al alza para nuestras previsiones de crecimiento económico y es probable que apoyen la moneda única, la renta variable alemana, el sector industrial de la UEM, así como las pequeñas y medianas empresas de la UEM”, defiende Turner.
En opinión de Francisco Quintana, director de Estrategia de Inversión de ING, lo más llamativo de la nota es la ausencia de referencias al paquete de estímulos alemán que ha sido la gran bomba de estos últimos días, y lo que ha hecho que las expectativas de mercado se muevan con fuerza.
“Ahora se espera que los tipos acaben el año más cerca del 2%-2,25% que de 1,75%. No es la única preocupación del BCE: hay también presiones inflacionistas derivadas de la política arancelaria de Donald Trump, o por el precio de la energía, especialmente el gas, cuyo precio interanual ha aumentado más del 50% y cuyas reservas se encuentran muy por debajo de lo deseable”, concluye Quintana.