Los diferenciales de los bonos garantizados europeos subieron a 33 puntos básicos a finales de 2023, el segundo nivel más alto desde que el Eurosistema puso en marcha sus programas de compra de activos en octubre de 2014. Para Mathias Pleissner, subdirector del equipo de bonos garantizados de Scope Ratings, y Karlo Fuchs, responsable de bonos garantizados, sus rendimientos más altos, junto su matiz de activo refugio, han aumentado la demanda de los inversores reales. Ahora bien, ¿qué factores pueden ensombrecer el atractivo de lo bonos garantizados europeos?
En 2023, los bancos emitieron casi tantos bonos garantizados como en el año anterior. En opinión de los expertos de Scope Rating, las expectativas del mercado para nuevas emisiones en 2024 siguen siendo sólidas, con volúmenes previstos entre 160.000 y 170.000 millones de euros. “Esto se debe a unos vencimientos de referencia renovables de aproximadamente 110.000 millones de euros, una mayor atención a la optimización de los costes de financiación utilizando bonos cubiertos en lugar de alcanzar los objetivos MREL, y las reducciones de riesgo previstas. Los bajos tipos de interés también podrían revertir la contracción de los nuevos préstamos hipotecarios, que se vieron afectados por las fuertes subidas de tipos de 2023”, explican.
Incertidumbres para 2024
Sin embargo, advierten que existen una serie de incertidumbres en torno 2024 que debemos tener en cuenta. Por un lado, señalan que las acciones del BCE seguirán siendo importantes, especialmente en relación con el nivel y la forma de la curva de tipos de interés y los plazos y la magnitud de los recortes de tipos de interés. “El desmantelamiento de los 396.000 millones de euros en TLTRO también será crucial, ya que mostrará en qué medida los bonos garantizados eran realmente necesarios para obtener financiación o simplemente se emitieron para el carry”, matizan. Además, consideran que las decisiones sobre el nivel de reservas mínimas que deben mantener los bancos también podría afectar a los volúmenes de emisión.
Según sus previsiones, el mercado reaccionará ante la posibilidad de que el BCE se limite a detener las reinversiones o a deshacer anticipadamente los 285.000 millones de euros de bonos garantizados que aún mantiene en el marco del CBPP. Por último, una decisión sobre el nivel de reservas mínimas que deben mantener los bancos también podría afectar a los volúmenes de emisión.
Para Pleissner y Fuchs no pasa desapercibida la situación geopolítica y económica, que sigue siendo volátil, lo que, en su opinión, podría favorecer la emisión de bonos garantizados, dado su carácter de refugio. “Sin embargo, el mercado podría registrar una actividad de stop-go en función de lo que ocurra con la guerra de Rusia en Ucrania, la guerra en Gaza, las tensiones entre China y EE.UU. y las múltiples elecciones a lo largo del año”, afirman.
De cara a este año, apuntan que la inflación, especialmente los costes de la energía, el nivel de los tipos de interés y el creciente desempleo, seguirán afectando a los prestatarios, aunque en menor medida que en 2023. “Todos estos parámetros pueden afectar a los bonos garantizados y a las garantías de los bonos garantizados e introducir incertidumbre en los resultados de 2024”, matizan.
Esto, unido a unos rendimientos más elevados y finalmente positivos, ha hecho que los antiguos grupos de inversores vuelvan al mercado: una parte cada vez mayor de los bonos garantizados es adquirida por inversores reales. Los bonos garantizados también se han vuelto más atractivos, ya que los diferenciales de los preferentes seniors se han mantenido relativamente estables. Para estos expertos de Scope Rating, a pesar de las incertidumbres, las perspectivas para los bonos garantizados en 2024 siguen siendo positivas. Su principal conclusión es que la política monetaria del BCE, la situación geopolítica y económica y la demanda de inversores seguirán desempeñando un papel crucial en el desarrollo del mercado de bonos garantizados en 2024.