Después de decepcionar a los mercados la semana pasada, el Banco Central Europeo ha decidido fortalecer su actuación para contener la crisis del coronavirus. Ayer por la noche sorprendía anunciando su intención de comprar bonos y otros activos (Pandemic Emergency Purchase Programme) financieros por importe de hasta 750.000 millones de euros -con duración hasta finales de año y, en todo caso, hasta que los efectos del COVID-19 sean revertidos-, un cambio de postura que, según los expertos, puede ser el comienzo de su segundo “whatever it tales”, es decir, una muestra de su disposición a hacer lo que sea necesario, como ya hizo Draghi en la anterior crisis financiera.
“Si el mensaje al mercado del BCE de la semana pasada fue un “haré lo que pueda”, con la acción de la pasada noche, el mismo ya empieza a mutar a un “haré lo que sea necesario”, explican desde Dunas Capital-Inverseguros.
“La medida anunciada ayer ha sido un potente estímulo para contener sobre todo la parte anímica de los inversores en esta crisis sin precedentes”, analiza Jorge Ceballos, responsable de distribución de renta fija de Beka Finance, sobre el anuncio del BCE. En su opinión, esto puede ayudar a contener las caídas en el crecimiento, aunque a partir de la segunda mitad del año: “Se esperan unos descensos muy pronunciados en el PIB de la UE sobre todo en el segundo trimestre y curiosamente un ascenso muy pronunciado también para trimestres subsiguientes”, explica.
En su opinión, la medida espera contener la tendencia de ventas desmedidas en los mercados e incluye como novedad la recompra de papel comercial y pagarés de empresas (papel comercial no financiero), además de la deuda pública griega. Además, el tamaño del programa podría ser aumentado y su composición variada en el caso de ser necesario, y el BCE reconoce que tendrá que revisar los límites autoimpuestos, señalando que no tolerará cualquier desarrollo de mercado que afecte a una adecuada transmisión de la política monetaria en todas las jurisdicciones de la unión monetaria.
“Estas medidas se añaden a las ya existentes de 20.000 millones de euros al mes del BCE, de 120.000 millones de euros, anunciados el otro día. Las primeras reacciones son de subidas muy considerables de todas las curvas soberanas europeas y contención de las ventas en las bolsas”, explican desde Beka.
“La acción del BCE debe ayudar a rebajar buena parte de la presión que se ha visto sobre las curvas de gobierno europeas. En este sentido, es especialmente relevante la menor trascendencia que plantea el capital key y que debe ayudar especialmente a la periferia, con Italia por delante de todos”, añaden desde Dunas. En la entidad creen que el crédito corporativo con grado de inversión también se podría ver bastante apoyado, aunque, matizan, “es discutible ver si puede haber un rally prolongado en el mismo mientras las bolsas y la renta fija high yield continúen tan sumamente presionadas como hasta ahora. Y para que esta presión remita sería necesario ver unas cifras de afectados por el Covid-19 que, por lo menos, se estabilicen”, añaden.
«El nuevo programa de compra de emergencia pandémica seguirá el marco general de los programas anteriores de QE del BCE. Es muy probable que el programa contemple la ejecución de 80.000 millones de euros por mes entre deuda soberana y corporativa no financiera. La novedad está en la flexibilidad del programa si lo comparamos a versiones anteriores de QE. Flexibilidad para aumentar el volumen de compras, flexibilidad en términos de países (“capital key”) y flexibilidad en términos de activos. Las principales novedades son que el programa podrá incluir compra de deuda griega y, más importante, papel comercial no financiero. Este papel estaba perdiendo mucha liquidez a lo largo de las últimas semanas. Es fundamental dar cierta estabilidad al mercado monetario, ya que hay muchas compañías a nivel global que se financian regularmente en este mercado. La flexibilización por parte del Banco Central Europeo, en cuanto a exigencias para los colaterales, es fundamental para garantizar la liquidez al sistema», analiza Ignacio Díez, gestor de renta fija de Credit Suisse Gestión.
Otras de la novedades que ha anunciado el BCE es que se compromete a dar apoyo a todos los ciudadanos de la Eurozona asegurándose de que todos los sectores de la economía puedan beneficiarse de condiciones financieras favorables, tanto familias, como pequeñas y medianas empresas. Algo fundamental para combatir a corto plazo los efectos adversos a nivel económico de una pandemia.
«Hay que reconocer que Lagarde, después de la dudas que había generado en su última reunión, ha decidido afrontar de forma contundente el repunte de los tipos de interés de la deuda soberana, especialmente en países más afectados por la pandemia como son Italia y España. Nos ha recordado mucho al “whatever it takes” de Draghi. Confiemos en que el mercado acabe recuperando la confianza que ha perdido en las últimas semanas. Para ello, en Europa, además de las medidas anunciadas por el BCE, es necesario que a partir de la próxima semana comencemos a ver aplanamiento en la curva de contagios tanto en Italia como en España», añade Díez.
Y los mercados de deuda lo han renocido. «Sería bueno que el BCE anunciara semanalmente y de forma muy detallada tanto el volumen de deuda que está comprando como el país y la clase de activo donde está interviniendo, ya que la credibilidad se verá reforzada por su compromiso de cambiar los límites de emisión/emisor. Y es que, en la medida que los límites autoimpuestos puedan obstaculizar la acción que el BCE debe tomar para cumplir con su mandato, el Consejo de Gobierno considerará revisarlos en la proporción que considere necesaria para que su acción sea proporcional a los riesgos a los que nos enfrentamos. Imaginamos que dicha medida puede haber generado divisiones internas dentro del BCE, pero consideramos que es una acción solidaria más que necesaria para apoyar a los países más vulnerables a la pandemia», apostilla.
Otras medidas en Europa
En este contexto, Dunas recuerda otras medidas tomadas por países europeos, sin olvidar la petición de Trump al Congreso de EE.UU. de aprobar un paquete similar de 3 billones de dólares. Así, Portugal ha declarado el estado de emergencia y anunciado un paquete de ayudas por valor de 9.200 millones de euros. Austria, un fondo de ayuda por valor de 38.000 millones de euros. Merkel ha hecho un llamamiento a la población alemana a luchar contra la pandemia, señalando que el país se encuentra ante el mayor desafío desde la Segunda Guerra Mundial. Y Francia ha aumentado la estimación de emisión neta de OAT’s para este año en 5.000 millones de euros hasta los 210.000.
Tampoco hay que olvidar la rebaja de tipos del Banco de Inglaterra esta mañana, en 50 puntos básicos. «La institución ha actuado de manera muy selectiva y oportuna, añadiendo grandes volúmenes de liquidez a tipos aún más bajos, junto con un importante capital para el sistema bancario. Estas medidas deberían alentar de manera significativa los préstamos bancarios y proporcionar un fuerte apoyo para este período tan difícil que se avecina. Para la deuda bancaria, debería ser algo positivo, en un momento en el que este activo se ha visto afectado, ya que se considera que tiene un alto nivel de beta, especialmente desde la crisis financiera», comenta Mark Holman, CEO de TwentyFour AM (Boutique de Vontobel AM).