Tras la Reserva Federal estadounidense, hace unas horas le tocó el turno al Banco Central Europeo (BCE) para anunciar medidas que ayuden a soportar la crisis del coronavirus. La autoridad monetaria europea prevé un desplome del PIB de la zona euro de entre el 5% y el 12% este año, y para combatir la situación, la presidenta Christine Lagarde ha reforzado los estímulos monetarios: aunque sin bajar tipos, ha optado por ayudar a la banca con más liquidez y ha anticipado un aumento de las compras de deuda. Es decir, ha hecho lo más parecido a bajar tipos pero sin hacerlo, dicen los expertos.
“Ha mantenido tipos, como se esperaba, relaja las condiciones de los programas TLTRO III para poder financiarse hasta 50 puntos básicos por debajo de la tasa de refinanciación (desde 25 puntos básicos), introduce un nuevo programa TLTRO llamado PELTRO, a través del cual los bancos podrán financiarse 25 puntos básicos por debajo de la tasa de refinanciación y se reafirma en el tamaño del PEPP en 750.000 millones de euros, una ligera decepción para el mercado”, resume Diego Fernández Elices, director general de inversiones de A&G Banca Privada, donde hablan de una reunión sin grandes decisiones.
“Esto nos parece lo más parecido que se puede hacer a una bajada de tipos, sin hacerla. No se quiere ahondar en tipos negativos y ese camino ya pensamos que queda descantado, pero se siguen relajando las condiciones financieras y facilitando las cosas a los bancos, que deben ser parte de la solución haciendo que fluya el crédito una vez están los avales de los gobiernos”, añade.
«Subsidio» a la banca
Así, el BCE ha mantenido la tasa de depósito y los tipos de interés oficiales en el -0,5% y en el 0%, respectivamente, pero de forma indirecta sí que ha rebajado el precio del dinero: Lagarde anunciaba la mejora, a partir de junio, de las condiciones de sus grandes inyecciones de liquidez, conocidas como TLTROs, con las que aporta liquidez a la banca con la condición de que ésta lo preste luego a empresas y familias, para garantizar que llega a la economía real. Si lo hacen, y hasta septiembre de 2021, los bancos podrán ganar hasta un 1% por el hecho de pedir dinero al BCE y conceder préstamos, cuando antes de esta reunión el incentivo era del 0,75%.
«La nueva decisión de hoy del BCE se refiere a su programa de préstamos, más que a los tipos de interés o a las compras del QE, que suelen ser el centro de atención. Pero esto no hace que el anuncio sea menos importante. El BCE ha ampliado el tamaño de su programa de préstamos baratos al sector bancario, y ha bajado la tasa de interés a la que los bancos pueden pedir prestado a -1%. Si se piensa, este último dato es realmente notable, los bancos de la eurozona están recibiendo un 1% por tomar dinero del BCE y prestarlo a empresas y hogares. El BCE podría seguir bajando esa tasa de interés si quisiera. En realidad, este tipo negativo es un subsidio directo a los bancos en lugar de una medida que genere consecuencias adversas para el sector bancario que muchos temen», explica Paul Diggle, economista principal de Aberdeen Standard Investments.
También ha lanzado las Operaciones de Refinanciación a Largo Plazo de Emergencia Pandémica (PELTROs), por las que las entidades podrán ganar hasta un 0,25% simplemente por el hecho de pedir prestado. “Se anunciaron operaciones de financiación a plazo más largo sin objetivo específico de emergencia frente a la pandemia (PELTRO), que son más cortas que las TLTRO que vencen en poco más de un año y tienen una tasa de endeudamiento de -.25% y, a diferencia de la TLTRO, no tienen condiciones: los bancos pueden usar esa liquidez para lo que quieran, incluida la participación en operaciones con carry con bonos periféricos a corto plazo (algo que no se puede hacer bajo las condiciones de TLTRO), incluyendo la compra de deuda pública italiana”, explican en Janus Henderson. Esto podría ayudar a reducir las primas de riesgo de los bonos periféricos, que han subido en las últimas semanas.
Sin ángeles caídos
Además, Lagarde anunció que la institución está preparada para incrementar el tamaño y la duración del Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP), «hasta el punto que sea necesario”, que ahora tiene previsto adquirir 750.000 millones de euros en deuda, aunque decepciona la ausencia de una ampliación inmediata, sobre todo hacia la deuda high yield.
Para Andrew Mulliner, gestor del equipo de renta fija de Janus Henderson, los titulares del BCE fueron decepcionantes a primera vista: “No hubo ningún aumento inicial en el tamaño del nuevo programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP) y ninguna indicación de que el BCE comprará deuda corporativa que se haya rebajado a deuda high yield, los dos anuncios que los inversores esperaban oír”. “Para los inversores, los anuncios de hoy fueron mejor que nada, pero menos de lo esperado. Los inversores en bonos corporativos se sentirán particularmente mal por el hecho de que el BCE no amplió sus compras corporativas para incluir ángeles caídos -bonos con grado de inversión que han sido rebajados a high yield-”, añade.
También advierte de que “el BCE está más limitado en su comportamiento y comunicación que los bancos centrales británico y estadounidense. Existen reglas estrictas sobre la financiación monetaria y el consenso no siempre es fácil de encontrar cuando hay tantos miembros del consejo de gobierno”. Sin embargo, matiza que el BCE no se presentó con las manos vacías a esta reunión, apuntando a un lenguaje que puede implicar esa posible ampliación futura del alcance y la escala de las compras de activos, y por las medidas de liquidez hacia la banca. “El BCE está haciendo todo lo posible para garantizar que las condiciones de liquidez en la zona euro sean lo más fáciles posible y, al hacerlo, han reducido efectivamente las tasas de financiación para los bancos en sigilo, sin tocar la tasa de refinanciación o la tasa de depósito”, añade. “El BCE está narrando un buen juego, pero está luchando por combinar la palabrería con la acción”, apostilla Mulliner.
«Tanto en términos de contenido político como de comunicación, la comparecencia de hoy de Christine Lagarde es, con mucho, la mejor de su mandato al frente del BCE. La presidenta del BCE ha logrado restaurar parte de la ambigüedad constructiva en torno al apoyo a los bonos soberanos que Mario Draghi cuidadosamente cultivó», asegura Ranko Berich, jefe de análisis de Monex Europe.