El BCE celebra esta semana otra reunión de máxima relevancia. Después de siete subidas consecutivas de los tipos de interés, la última de ellas con un movimiento de menor calado que los anteriores -25 puntos básicos-, el mercado espera señales acerca de la dirección de la política monetaria del organismo que dirige Christine Lagarde. Los tipos en la zona euro ya están en el 3,75%, pero parece, a tenor de las previsiones de los estrategas, que el fin del ciclo restrictivo aún no ha llegado. Eso sí, está más cerca que lejos.
Mondher Bettaieb-Loriot, director de deuda corporativa de Vontobel, cree que es probable que los tipos alcancen su nivel máximo en Europa en junio, cuando una subida de tipos de 25 puntos básicos deje el precio del dinero en el 3,5%, “antes de hacer una pausa”. Bettaieb-Loriot señala que en la eurozona “la situación de la inflación continúa siendo fluida pero debería evolucionar y reducir su velocidad de una manera similar a la de Estados Unidos”. De hecho el experto ve tendencias hacia este objetivo, como la drástica caída de la demanda de préstamos, que afectarán al consumo. De hecho, ya hay señales de esto en Alemania, donde el consumo de los hogares se contrajo un 1,2% intertrimestral y contribuyó a la cifra negativa del -0,3% intertrimestral del PIB en el primer trimestre de 2023.
Germán García Mellado, gestor de renta fija de A&G, pone el foco en el mercado energético para apoyar su tesis de una normalización de la inflación y, por lo tanto, de una menor agresividad del BCE. Por lo tanto, el experto ve “bastante descontada” una subida de 25 putos básicos para esta reunión, que dejará la facilidad de depósito en el 3,5% y las operaciones principales de financiación en el 4%. Eso sí, García Mellado espera otra subida más, en julio, también en un cuarto de puto porcentual.
A partir de este punto, “habría que ver el posicionamiento del BCE, ya que, según las declaraciones de los miembros del Consejo de Gobierno, las opiniones están muy divididas sobre si aplicarán o no otro incremento adicional a la vuelta de verano”, según García Mellado. Lo que sí cree que es “prácticamente seguro” es que el BCE siga con el mensaje de ir “reunión a reunión” para dejar todas las posibilidades abiertas de cara a los datos que se vayan publicando.
Dónde sí puede haber sorpresas en esta reunión sería en el programa PEPP (Pandemic Emergency Purchase Programme), ya que García Mellado no descarta que “se empiece a abrir el debate sobre cuándo empezar a reducir las compras de los vencimientos, pero probablemente sea una decisión que se tome en próximas reuniones”.
Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac, es tajante: “Aunque el ciclo de endurecimiento monetario europeo comenzó cuatro meses después que el de la Fed, sin mayores contratiempos, se está dejando sentir”. El experto explica que los indicadores adelantados (PMI manufactureros, en particular) y la ralentización de la demanda de crédito de hogares y empresas (la demanda neta de crédito del mes pasado cayó a 0) “muestran que el endurecimiento está funcionando”. Las decisiones, además, se están trasladando a una menor inflación, tal y como muestran los datos.
Pese a todo, Thozet coincide con la opinión del mercado de que se espera que el BCE suba los tipos de depósito otros 25 puntos básicos este jueves, puesto que aunque el ritmo de desinflación ha sorprendido a la baja, aún sigue siendo elevado. “Un IPC del 6,3% en Alemania y del 5,1% en Francia en tasa interanual exigen una vigilancia permanente”, afirma el experto, que sitúa en el 5% el umbral “especialmente importante, asociado a una mayor homogeneidad de las subidas de precios entre bienes y servicios y a una mayor vinculación con los salarios”.
Thozet también ve probable otro golpe de 25 puntos básicos en julio, “posiblemente por última vez si se confirma la tendencia desinflacionista”. En este sentido, Christine Lagarde ha conseguido (hasta ahora) completar su ciclo de endurecimiento monetario sin que se materialicen grietas en el sistema, a pesar de que hace un año se decía que la región era la menos preparada para afrontar un ciclo de endurecimiento, a juicio del experto.
Rubén Segura-Cayuela, economista jefe para Europa de Bank of America, también augura una subida de 25 puntos básicos con un mensaje de que habrá más movimientos en este sentido. “Es probable que el BCE se muestre impreciso sobre si eso significa una o varias subidas adicionales; hay poca presión, necesidad y convergencia para dar señales sobre ello”, afirma, al tiempo que no descarta que las previsiones “sigan alimentando la división en el BCE, con una inflación subyacente más alta a corto plazo, pero con perspectiva de que se aproxime al objetivo a medio plazo”.
También es partidario de una subida de 0,25 puntos Karsten Junius, economista jefe de J. Safra Sarasin Sustainable AM, que no descarta otro movimiento del mismo calado en junio. Eso sí, está convencido de que aquí acabará el proceso de normalización de la política monetaria de Christine Lagarde.
El motivo es que Junius observa que los agregados monetarios y el crecimiento del crédito están bajando, “lo que sugiere que la política monetaria restrictiva ya está pesando sobre la economía”. Más allá de junio, según el experto, las futuras decisiones del BCE dependerán probablemente de cómo los bancos puedan hacer frente a la retirada de liquidez originada por los reembolsos del TLTRO y las próximas amortizaciones del APP, que no se reinvertirán a partir de julio.
En Monex Europe, su analista de Mercado María Marcos espera una subida en un cuarto de punto en junio y otra en julio. Y aquí, empezaría una fase de esperar y ver para el BCE encaminada a comprobar que las políticas llevadas a cabo funcionan. La gran preocupación que encara el BCE, según Marcos es el mercado laboral debido a su influencia en la tasa de inflación subyacente. Por otra parte, la debilidad en el crecimiento mostrado en el último dato de PIB de la eurozona prácticamente descarta otro movimiento al alza en septiembre, a juicio de la experta.
Konstantin Veit, gestor de carteras en PIMCO, además de prever un alza de tipos en esta reunión, espera que el BCE confirme el fin de las reinversiones del programa de compra de activos (APP). Además, ve posible que el Consejo de Gobierno se abstenga de dar directrices firmes más allá de junio, pero que el Consejo de Gobierno (CG) indique que tiene previsto seguir subiendo los tipos de interés. «Para que la inflación se normalice completamente y vuelva al objetivo de estabilidad de precios del BCE del 2%, es probable que sea necesario un enfriamiento de la economía y del mercado laboral», sentencia Veit.
Consecuencias para los mercados
El ritmo al que están subiendo los tipos de interés oficiales se está ralentizando, o deteniendo, pero esto no significa que haya llegado “de facto” a su fin. Los bancos centrales dependen de los datos económicos, por lo que aún hay que estar preparados para diversos escenarios.
Thozet prefiere, en este contexto, los bonos básicos con vencimientos largos a intermedios (entre 5 y 10 años). Los vencimientos más cortos dependen demasiado de la volatilidad de los datos económicos (empleo, salarios, indicadores adelantados).
García Mellado, por su parte, ve que el mercado ya está poniendo en precio en parte esta posibilidad de tres subidas desde los niveles actuales, “por lo que tendría un impacto moderado sobre la valoración de los bonos”. Eso sí, ve relevante el impacto que tendría una hipotética reducción de compras en el programa PEPP en la valoración de los bonos periféricos “por la flexibilidad que otorga al BCE a la hora de realizar las adquisiciones de bonos”. En cualquier caso, el experto de momento no espera que llegue a realizar un quantitative tightening activo mediante la venta de la cartera de bonos, como es el caso del Banco de Inglaterra.
Desde Monex, este escenario se dejará notar en las divisas, con una posible revalorización en el cambio dólar euro que llevaría a una cotización a corto plazo del 1,10 dolares por euro.
Rebaja sorpresa en China
El Banco Popular de China (PBOC) ha rebajado por sorpresa su tipo repo a 7 días, hasta el 1,9% (-10 puntos básicos), en un momento en el que la recuperación económica se ha estancado. La economía china creció a una tasa anualizada de casi el 4,5% en el primer trimestre, por debajo del objetivo del 5%. La renovada crisis que sufre el sector inmobiliario y el vacilante sector manufacturero, junto con la débil confianza de las empresas, han influido mucho en la situación.
Desde BNY Mellon reiteran su posicionamiento neutral en renta variable y renta fija chinas, así como una visión negativa sobre el yuan.