La reunión del Banco Central Europeo (BCE) de ayer transcurrió sin grandes sorpresas y, por tanto, con movimientos limitados en los mercados financieros. Según el análisis que hacen las principales gestoras internacionales, lo más destacado del encuentro y de las palabras posteriores de Christine Lagarde, presidenta del BCE, fue la insistencia en que cualquier decisión dependerá de los datos.
En este sentido, las recientes cifras sobre la inflación de los servicios y los salarios no se han moderado, como se esperaba inicialmente, tras el recorte de tipos de junio. “El flujo de datos de los próximos meses decidirá la velocidad a la que el BCE eliminará las restricciones adicionales”, afirma Konstantin Veit, gestor de cartera de PIMCO. En principio, las nuevas proyecciones publicadas en septiembre deberían confirmar que la inflación converge sistemáticamente hacia el objetivo en el segundo semestre de 2025. Además, se espera que el crecimiento en el segundo trimestre sea inferior al del primero y la política monetaria restrictiva siga manteniendo unas condiciones de financiación difíciles, especialmente para las empresas. Hay que recordar que antes de la reunión de septiembre se publicarán muchos datos, que deberían dar confianza suficiente para reanudar los recortes.
En opinión de Felix Feather, economista de abrdn, “este movimiento refleja la reticencia del BCE a prolongar su actual ciclo de recortes hasta que no disponga de nuevos datos alentadores. El banco central siguió insistiendo en su dependencia de los datos, señalando que no se compromete de antemano con una senda de tipos concreta”.
Para Salman Ahmed, responsable global de macro y asignación estratégica de Activos en Fidelity International, el BCE también restó importancia al reciente repunte de la inflación, que calificó de puntual, y a las presiones salariales generales, que en líneas generales se ajustan a sus expectativas. “Entretanto, los riesgos a la baja para el crecimiento, debidos sobre todo a la lenta recuperación del sector industrial y a la débil dinámica crediticia que afecta a la demanda de inversión de las empresas, justifican que el BCE elimine cierto grado de restricción. Tendremos dos meses más de datos sobre la inflación y el trabajo, que deberían abrir el camino de par en par a los recortes, en ausencia de cualquier otra sorpresa al alza”, comenta Ahmed.
A vueltas con la inflación
Según el análisis que hace Sandra Rhouma, economista del equipo de Renta Fija Europea en AllianceBernstein, la función de reacción del BCE permanece inalterada y está condicionada por: la dinámica de la inflación subyacente, las perspectivas de inflación y la fortaleza de la transmisión de la política monetaria. “El comunicado destaca que la mayoría de los indicadores de inflación se han mantenido estables o han disminuido en junio, aunque la inflación de los servicios sigue siendo elevada. Esta última, del 4,1% en junio, es ciertamente elevada. Sin embargo, otros indicadores de la inflación subyacente, excluidos los componentes más volátiles, se sitúan en el 2% o por debajo”, explica.
Su previsión es que la desinflación subyacente continúe y que el crecimiento salarial también se relaje en la segunda mitad del año. “Por lo que respecta específicamente a los salarios, el BCE parece confiar en que los beneficios han empezado a absorber el elevado crecimiento salarial, por lo que la transmisión a los precios subyacentes se ha debilitado”, matiza Rhouma.
En opinión de Dave Chappel, gestor senior de Renta Fija en Columbia Threadneedle Investments, si bien los riesgos para el crecimiento siguen siendo a la baja, la compensación laboral todavía se está recuperando en algunos sectores como resultado del aumento de la inflación posterior al covid. “El BCE sigue confiando en que los salarios se suavizarán en los próximos trimestres y volverán a niveles que permitirán que la inflación vuelva al objetivo del 2% de forma sostenible. A medida que esto ocurra, el banco central tomará más medidas de normalización, y la próxima probablemente ocurrirá en septiembre”, añade.
Previsión sobre los próximos recortes
Para Veit, la previsión sigue siendo que el BCE siga bajando los tipos de interés oficiales en las reuniones de proyección de los expertos, y que el próximo recorte del tipo de la facilidad de depósito se produzca en septiembre. “A diferencia de lo que ocurría a principios de año, los precios de mercado actuales parecen razonables y se ajustan en líneas generales a nuestra línea de base de tres recortes para este año”, añade el gestor.
La previsión que maneja la economista del equipo de Renta Fija Europea en AllianceBernstein es que haya dos recortes adicionales este año, en septiembre y diciembre; lo que está en sintonía con el mercado. “Este ritmo de recortes parece el más apropiado a la luz de la dinámica de los datos y de las perspectivas de inflación. Aunque reacios a dar una orientación firme, también es el ritmo que algunos miembros, incluso de los más halcones, han empezado a respaldar. Ahora, en cuanto al camino a seguir, nada ha cambiado estructuralmente en la economía de la Eurozona que justifique unos tipos de interés neutrales del 2,3% en 2 y 3 años, tal y como los valora actualmente el mercado”, aclara Rhouma.
Desde Amundi esperan un recorte de tipos de 25 puntos básicos en la próxima reunión de septiembre. “Aunque el crecimiento salarial sigue siendo elevado y constante, la presidenta Lagarde parece considerarlo un indicador rezagado de la presión inflacionista, y tanto ella como el Consejo parecen más preocupados por la ralentización del crecimiento económico”, argumenta Guy Stear, Head of Developed Markets Strategy en Amundi.
Por último, Peter Goves, responsable de análisis de deuda soberana de mercados desarrollados de MFS IM, defiende que su hipótesis de base es un recorte en septiembre.
“Un recorte está en torno al 80% previsto para septiembre. Creemos que los próximos datos deberían confirmar la narrativa desinflacionista y permitir un recorte en la próxima reunión. Junto con las crecientes posibilidades de que la Reserva Federal recorte los tipos (factores globales que arrastran los rendimientos a la baja), vemos que los rendimientos del Bund caerán durante el segundo semestre, con un objetivo para finales de año del 2,25%. Esto nos mantiene constructivos con respecto a la duración de la zona del euro”, argumenta.