La crisis generada por la pandemia del COVID-19 ha impactado en la infraestructura de los mercados de capital (CMI, según sus siglas en inglés) del mundo y los proveedores de fondos deben tener en cuenta las nuevas características para avanzar.
La pandemia puso fin a la carrera alcista de la bolsa de valores estadounidense de 11 años y provocó el evento de estrés más extremo desde la crisis financiera mundial de 2008 con la reducción más rápida registrada.
El informe «Infraestructura de los mercados de capital: ¿Cuál es la nueva normalidad después de COVID-19?», generado por BNY Mellon con datos de Swift señala que los volúmenes de mensajes en marzo de 2020 fueron cuatro veces los niveles normales, mientras que el tamaño de las transacciones se desplomó en un 46% durante la primera mitad de este año.
Sin embargo, los proveedores de CMI se mantuvieron resistentes a pesar del fuerte aumento de los volúmenes de negociación, lo que ayudó a absorber los shocks masivos y fortalecer el comunidad de mercados de capitales en general.
Con este escenario, BNY Mellon llega a las distintas conclusiones dependiendo el sector del mercado.
Para los gestores de activos la escala y los AUM son cada vez más importantes; la analítica avanzada, el compromiso digital y la venta al por mayor dirigida pueden crear ventajas de distribución. Mientras, las estrategias pasivas continúan ganando terreno sobre las estrategias activas, ya que los inversores demandan productos transparentes y de bajo costo.
En cuanto a los propietarios de activos las tendencias de las pensiones, como la transición de los planes de beneficios definidos a los de contribución definida, han aumentado las asignaciones a los mercados privados. Están priorizando la resiliencia y la capacidad de operar de forma remota.
La consolidación continúa entre lo alternativos a medida que los administradores más grandes dominan la recaudación de fondos y el hambre de los inversores por retornos no correlacionados impulsa el crecimiento de productos de administradores alternativos.
En los bancos, corredores, distribuidores y asesores la subcontratación está en aumento para contrarrestar las presiones de ingresos y gastos, a medida que los jugadores se esfuerzan por reforzar los balances mediante la reducción de inventarios, la adopción de modelos de agencia y la optimización de la liquidez, la financiación y las garantías.
Por otro lado, las necesidades cambiantes de los clientes de seguros: (por ejemplo, seguridad para la jubilación, seguros basados en el uso, asesoramiento digital, etc.) continúan impulsando la evolución de las empresas.
El sector corporativo y de tecnología cuentan con una mayor demanda de liquidez, crédito y capital de trabajo, con el potencial de que las grandes tecnologías se embarquen en adquisiciones tácticas y estratégicas.
A medida que se mira hacia el futuro y se aprende de la dislocación del mercado, los mercados financieros y la interacción del CMI continuarán evolucionando.
El enfoque se centrará en comunicaciones optimizadas para garantizar que la comunicación sea transparente, frecuente y fluida entre los clientes y las comunidades reguladoras.
Además, se buscará una colaboración mejorada entre administradores de activos, corredores, distribuidores, asesores y fondos de seguros para resistir mejor los impactos de la volatilidad.
Los datos estandarizados a lo largo de todo el proceso comercial intentarán garantizar que se cumplan las expectativas de cumplimiento e informes normativos y de crisis, para proteger tanto a los clientes como a las empresas, y que la industria esté operando a un ritmo acelerado y eficiente.